El artista visual Luis Manuel Otero Alcántara presentó “Retrato al carbón del gato de Schrödinger”, una obra conceptual que propone “la compra del tiempo que él ha permanecido en prisión”. Se trata de una manera de reflexionar sobre la responsabilidad que asumimos con los presos políticos cubanos. Él está detenido en la Prisión de Máxima Seguridad de Guanajay en Cuba desde el 11 de julio de 2021. Fue detenido por sumarse a las manifestaciones pacíficas que sucedieron en la isla para exigir libertad.
Alcántara ha realizado varias huelgas de hambre para denunciar el trato que recibe dentro de la prisión donde constantemente es privado de derechos elementales como llamadas telefónicas, la retención de cartas personales y el sometimiento a acoso y torturas psicológicas. Sin embargo, a pesar del sufrimiento, su obra no se ha detenido desde los primeros meses ha realizado obras como “Carta de renuncia” o la serie de dibujos Payasos.
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Su pareja Claudia Genlui Hidalgo, miembro del Movimiento San Isidro y representante de su obra, pudo entrevistarlo de manera telefónica para el medio de comunicación “Hyperallergic”, donde le consultó sobre su reciente obra, “Retrato al carbón del Gato de Schrodinger”. Ella le consultó qué significa el “tiempo” que ha permanecido en prisión y él respondió: “Puedo definir por gesto involuntario esas cosas que nos pasan en la vida y nos modifican o hacen que la realidad nos modifique, como el coronavirus por ejemplo. El coronavirus metió a todo el mundo en una casa y eso hizo que la humanidad se replanteara cosas sobre el día a día de las personas. Retrato al carbón del gato de Scrödinger me habla de eso. Un gesto involuntario es básicamente estar donde estoy, porque soy consciente de que aunque yo no pedí estar aquí, mi propia actividad me iba a traer aquí”.
A su vez el artista agregó para explicar su concepto: “Mis días aquí dentro no son del sistema, porque en este caso si yo salgo, esos días no se pierden porque significan cosas para la gente. El dueño de estos días soy yo, el dueño de este tiempo soy yo. A ese tiempo yo le doy contenido. Al darle contenido también le doy un valor, y en el mundo occidental, el valor se traduce en dinero, se cuantifica en dinero. El precio le da valor a algo que no lo tiene (o no es entendido como que lo tiene). Puede ser una pintura o un lienzo con un poco de pintura encima, en el mundo occidental contemporáneo el valor del dinero le da valor a las cosas. Por eso quiero vender mi tiempo y que así la gente pueda aprender a apreciarlo. Es como una especie de servicio social lo que estoy brindando, un servicio estético que duele, porque mi carne duele”.
Cuando le preguntaron si la obra “El gato de Schrödinger” hace referencia al tiempo de todos los presos políticos, él respondió: “Por supuesto que es el tiempo de todos los presos políticos. Yo soy un preso político. En este caso lo asumo como “yo”: yo vendo mi tiempo y eso tiene un doble sentido que es darle valor a todos esos presos políticos. Pero me interesa la individualidad, porque no somos una gran masa. Me interesan las madres de esos personajes que están sobreviviendo día a día y vienen aquí. Todo el mundo dice “los presos políticos” y es “el preso político”, el artista, la ama de casa, el albañil, el tipo que está en la esquina, todo el que salió ese día. No son una gran masa, son individuos que están sufriendo hoy”.
Sobre el proceso de creación de esta obra desde el penal, el artista relató: “El objeto único hace mucho tiempo que se barrió. El arte no es el objeto arte, el arte es la relación que existe entre tú y una idea representada en el objeto arte estético. Entonces, en este caso el arte es una experiencia acá adentro. El gesto de arte involuntario no es cuando yo hago algo, sino cuando un fenómeno de mi vida, un fragmento de mi vida que nunca pensé convertir en arte influye y hace que se vuelva un referente para la gente. Estamos hablando de cuando sacaron mis fotos por ejemplo. Ellos sacaron mis fotos desnudo y eso generó una acción en la gente, un comentario, una experiencia sobre sus cuerpos y demás cosas. Pero nunca pedí que eso pasara, ni que subieran mis fotos. Ahora mismo yo no pedí que ellos me metieran aquí adentro, ni que me metieran tanto tiempo aquí adentro. Al contrario, yo quiero salir desde el primer día, solo que no con sus condiciones. Esto es un fragmento de mi vida que se convierte en algo referente para la gente y se convierte en una obra de arte para mí”.
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