A un día de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia, poco han hablado los candidatos sobre propuestas para el sector cultural en el país. Sobre temas como la cadena del libro, los recursos para el cine y los estímulos para el teatro o la danza, o la educación de los niños en artes es muy poco lo que se ha escuchado. Abundan, desde luego, las propuestas para integrar las artes y la cultura a procesos educativos o administrativos, con el ánimo de aumentar el presupuesto y apoyar a los emprendedores de la industria. En algunos casos, el enfásis se remite al sector audiovisual, las nuevas tecnologías y las llamadas industrias creativas. En otros, a las expresiones comunitarias y lo referente a la cultura popular. Sin embargo, con tanto en juego, aún no son claras las propuestas concretas en este ámbito.
Rodolfo Hernández habló en algún momento de unificar los ministerios de Ambiente y Cultura, con el escritor William Ospina a la cabeza de lo que sería una nueva entidad; sin embargo, después aclaró que su propuesta es que la cultura tenga un enfoque más ambiental, y que ambas carteras seguirían como están, si él llega a la Casa de Nariño, sede del gobierno colombiano.
El candidato por la Liga de Gobernantes Anticorrupción asegura en su plan de gobierno que existe una deuda histórica con el sector cultural y por eso le apunta a “recuperar, preservar y difundir las distintas expresiones que hacen de Colombia uno de los países más prolíficos en materia cultural”. Además, asegura que quiere apostarle política y presupuestalmente a la cultura en el país para que represente una opción real para la población.
Gustavo Petro, por su parte, se ha mantenido firme respecto a la propuesta de crear un estatuto laboral para el arte y la cultura. El candidato por el Pacto Histórico reconoce que la producción cultural es la “base para el bienestar, la reconciliación, el reconocimiento intercultural y la construcción de ciudadanías libres y sensibles para el crecimiento económico”.
Evaluación de los candidatos
La periodista cultural Laura Camila Arévalo, una de las personas que más ha discutido el tema del concepto cultural en los planes de gobierno de los candidatos, asegura que hya vacíos importantes en ambas propuestas. Con relación a Rodolfo Hernández asegura que “todo suena bien pero es plano, no tiene ningún tipo de desarrollo. No se habla de tiempos, no se habla de recursos, de hecho no hay ningún tipo de novedad. Por eso su apuesta más arriesgada y más definitiva es la de la fusión de las dos carteras, que sería, claramente, una muestra de la no voluntad política de invertir recursos en un sector que nunca ha superado el porcentaje del 0.26% del presupuesto total nacional, mientras la Unesco recomienda que los recursos para la cultura estén alrededor o puedan superar el 2%”.
Sobre los planteamientos de Gustavo Petro resalta el aumento del espacio para las artes, la cultura y el patrimonio en el centro de las políticas de inclusión, de enfoque territorial, de equidad (de género, étnica, simbólica). “Él se refiere a eso como Justicia Cultural, teniendo en cuenta los derechos culturales y las libertades creativas. Pero lo más destacable de su propuesta, sin duda, sería lo que refiere a la creación de una política integral, que piensa a largo plazo en el bienestar de los colombianos, para así resignificar el valor que como nación le damos a la cultura”.
Catalina Ceballos, antropológa y presentadora del programa Debate La Cultura, del Canal Capital, criticó la ausencia de ambos en muchos temas. “Sería buenísimo que los políticos [tomaran en serio al pueblo y le dieran su lugar], que nos ubicaran, que nos vieran como interlocutores válidos y que nos convenzan a punta de argumentos, no a punta del Tiktok. Esas son herramientas que están bien, pero cuando estamos hablando del futuro de un país, yo necesito a dos candidatos que me convenzan a punta de argumentos y que me validen como un interlocutor en donde nosotros pensamos. Todos los colombianos tenemos ideas y experiencias”.
Ambos aspirantes coinciden en la importancia de la cultura para el desarrollo del país. Mientras el ingeniero la identifica como un sector con potencial para crecer en materia económica, el ex alcalde de Bogotá la define como la base para el bienestar de la sociedad.
Estos son los puntos más importantes de las propuestas de ambos candidatos en materia cultural:
Gustavo Petro
-Hacer un gran diálogo nacional de las artes, la cultura y el patrimonio, en el que participen los actores culturales y la ciudadanía para tomar las decisiones políticas, presupuestales y armar las agenda territoriales de gestión del arte, la cultura y el patrimonio. De ahí saldrá un nuevo plan nacional de arte, cultura y patrimonio.
-Construir el estatuto laboral para el arte y la cultura para superar la histórica precariedad de las condiciones de trabajo y de protección social.
-Reformular y potenciar las políticas de fomento con nuevas modalidades de convocatorias más allá de los concursos y premios que permitan que los recursos para la creación y circulación se diversifiquen garantizando la igualdad de oportunidades, comprendiendo la singularidad de los territorios y sus creadores.
-Reformar el sistema de televisión pública (RTVC) para asegurar su carácter institucional, popular e independiente, y para que sea la voz de las multitudes, expresión de la democracia multicolor.
-Promover una ley de radio pública, cultural e institucional que se articule y contenga parámetros similares a la ley de televisión. Eso incluye fortalecer los contenidos culturales y educativos, así como su infraestructura (física y equipos), presencia territorial (descentralización) y sus alianzas con orquestas sinfónicas y filarmónicas.
-Apoyar a los artistas en creación de contenidos para las plataformas digitales como estrategia para la dinamización de la creatividad, impulsando sectores estratégicos como la industria cinematográfica nacional, promoviendo el empleo cultural y los procesos de afirmación identitaria.
-Garantizar el mínimo cultural vital. Es decir, según el documento, que las fiestas y carnavales del patrimonio inmaterial serán para la gente. También que las plazas, calles y parques serán los escenarios comunes para la libre expresión, la circulación del arte y la cultura para el encuentro de ciudadanías libres, diversas y deliberantes. Y que el presupuesto se ejecutará con y para la gente.
-Democratizar el espacio público como un escenario de encuentro de la diversidad cultural del país. Eso implica habilitar corredores culturales para la circulación de artistas populares.
-Fortalecer espacios culturales, academias de artes y oficios, festivales de arte y cultura, carnavales, entre otros.
-Apoyar las expresiones culturales y deportivas dinamizadas por la juventud a través de las músicas populares, el hip hop y el rock, el teatro, la danza, el muralismo, entre otras múltiples actividades.
-Vincular el arte popular de manera estratégica a ofertas, planes y corredores de la política de turismo cultural. En ese sentido, gestionar el paisaje natural y cultural con las comunidades que históricamente han habitado los territorios.
-Revitalizar los 46 centros históricos del país, para vincularlos al desarrollo turístico y a la memoria colectiva e histórica.
-Incluir en el sistema educativo nacional el arte, la cultura y el patrimonio como eje estructurante de sus modelos pedagógicos en todos sus ciclos. De esta forma serán el núcleo (junto con el deporte y la recreación) de la jornada extendida.
-Promover, con financiamiento público, los emprendimientos culturales y de impacto comunitario y canalizar recursos mixtos y privados nacionales e internacionales para fortalecer las industrias culturales locales, así como su proyección internacional.
-Fortalecer la red pública de canales y medios regionales para la producción y difusión de contenidos culturales de alta calidad, enfatizando en las radios públicas y comunitarias.
Rodolfo Hernández
-Introducir la cultura y el arte en la cadena productiva del país a través del fomento de la industria creativa.
-Aumentar el presupuesto de inversión en cultura y arte, para promover el nacimiento de pequeñas y grandes empresas. La idea, dice el documento, es que los rubros en ambas áreas pasen de estar en un último plano a ser protagonistas.
-Intervenir arquitectónicamente, con curaduría de arte (estética), los escenarios culturales ya existentes. Para ello se implementará un sistema de curadores avalado por expertos reconocidos internacionalmente.
-Establecer la gratuidad en el ingreso a escenarios artísticos y culturales, como la red de museos, para niños y jóvenes hasta la mayoría de edad o los 26 años, en el caso de estudiantes universitarios activos.
-Incentivar la pedagogía en temas culturales desde la primera infancia hasta los estudios universitarios, en un proceso que se adelantará con el fin de preservar las tradiciones orales y escritas, y las costumbres ancestrales de cada una de las regiones colombianas, como una forma de conservación del patrimonio cultural y artístico.
-Potenciar la industria digital y financiar la mayor cantidad posible de proyectos de emprendimientos digitales: programación, videojuegos, marketing digital, dibujo gráfico, cine 3D, entre otros.
-Promover procesos culturales y artísticos en todo el territorio, especialmente aquellos que involucren los indígenas, raizales, negritudes, comunidad LGBT+ y minorías.
-Hacer de Bogotá, como ciudad cosmopolita que ofrece un talento humano robusto en cultura, arte e innovación, el epicentro de la política para el estímulo de industrias creativas.
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