El antiguo reportero Tom Wolfe se convirtió en un transgresor y partícipe de una corriente que revolucionó el periodismo en Estados Unidos con historias llenas de sátira y temas para muchos vedados.
Thomas Kennerly Wolfe Jr., su verdadero nombre, nació en Richmond, Virginia, en 1930, pero con los años se convirtió en un enamorado de Nueva York, donde murió a la edad de 88 años, en el 2018.
La sátira que diseccionó la realidad estadounidense fue el sello en los trabajos de Wolfe, que se estrenó como escritor con “La hoguera de las vanidades”, publicada en el otoño de 1987 y en la cual retrata la historia de un vendedor de bonos que se adentra con un Mercedes deportivo en el sur del Bronx.
“He sido un periodista, y todavía me considero un periodista que ha escrito algunas novelas”, aseguró el mismo Wolfe en una entrevista que concedió en 2013 al diario español ABC.
Por aquel entonces, el motivo de la charla era la publicación de su novela, “Bloody Miami”, en la que también hizo una cruda descripción de esa ciudad que consideró “una mezcla de culturas en la que nada se mezcla”.
A lo largo de su trayectoria personal y profesional hay pasajes curiosos que quizás pocos conocen del reconocido escritor.
Intentó convertirse en jugador de Béisbol
En los años cincuenta Wolfe abandonó su aspiración de ser jugador de béisbol al no ser aceptado por los New York Giants, pues se dio cuenta que no tenía las habilidades ni condiciones y decidió abandonar ese sueño aunque supo leer su generación, que incluyó plumas como la de Truman Capote, Gay Talese o Hunter S. Thompson, y bautizó sus creaciones como “Nuevo Periodismo”, dándole nombre a un género que mezcló el periodismo y la literatura.
Rechazó una Universidad prestigiosa
El hijo de Thomas Kennerly Wolfe, un científico agrario que editaba la publicación “Souther Planter”, y de la paisajista Louise Agnew se licenció en literatura y periodismo en Universidad de Washington & Lee, pero anteriormente lo habían aceptado en la Universidad de Princeton, pero lo rechazó ya que no le quedaba cerca de la casa de sus padres. Después cursó un doctorado en Estudios Americanos en la Universidad de Yale.
Su trabajo periodístico
Wolfe inició su carrera en el diario Union de Springfield (Massachusetts) y en 1962 como reportero todoterreno para Esquire, Washington Post y The New York Herald Tribune, si bien su tentativa de ensayo de nuevos formatos de periodismo le llevó a pilotar una actitud experimental en el suplemento del último.
Manías de Wolfe
Entre sus distintas formas de andar en público, había una muy peculiar: en todas sus apariciones siempre vestía un traje de color blanco impecable, así como corbata y chaleco. Una característica del autor.
Otras obras suyas son “Soy Charlotte Simmons”, “Las décadas púrpuras”, “La banda de la casa de la bomba”, “La palabra pintada” -en la que ironiza acerca del mundo actual del arte-, “La gran caza del tiburón”, “El Nuevo Periodismo”, “El coqueto aerodinámico rocanrol color caramelo de ron”, “En nuestro tiempo”, “Los años del desmadre” o “Elegidos para la gloria”.
Wolfe, a quien sobreviven su esposa, Sheila, y sus hijos Alexandra y Tommy, parte dejando su archivo, que incluye 10 mil cartas y borradores originales, en manos de la Biblioteca Pública de Nueva York (NYPL) que lo adquirió en 2013 por unos USD 2.15 millones y que hoy más que nunca se convertirá en motivo de consulta para los amantes de las letras.
Con información de EFE
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