La cultura oriental ha sido una de las más innovadoras y las más influenciadas en muchos de los jóvenes del mundo, ya que su literatura, mangas, caricaturas, tecnología y anime son algunos de los elementos que más visibilidad le da al país nippon.
¿Qué habría sido de nuestra juventud sin el Walkman, Pokémon, Pac-Man, y el anime? ¿Qué sería de nuestros mensajes de texto sin emojis? ¿Y de las celebraciones con amigos sin karaoke? Todas estas innovaciones y más se las debemos a los japoneses.
Matt Alt, especialista en Japón y colaborador para medios como The New Yorker, se dio a la tarea de revelar en este libro, de la editorial Planeta, la historia detrás de las principales creaciones niponas que han conquistado el mundo.
Artísticamente empaquetadas, peligrosamente tiernas e inmensamente divertidas, exportaciones como “Hello Kitty” y “Nintendo” crearon un mundo fantástico que ha marcado a generaciones.
Japón ha influido en muchos aspectos a la cultura pop global; desde la televisión y el cine, los libros y los cómics, hasta la música, la tecnología y la moda. “De Japón para el mundo” es el relato de cómo esta nación asiática reinventó la vida moderna.
Pero algo que es muy conocido de los japoneses es la tecnología, aunque no del todo fue querido, ya que en el libro explica cómo fueron los pasos del país al tratar de regresar al mundo, después de la segunda Guerra Mundial.
Tras su derrota, EEUU se burlaba de sus productos, ya que mencionaba que no eran buenos: sus juguetes de hojalata, sombrillas, pero esta burla no duro sino hasta 1957 ya que el reproductor TR63 fue el favorito de la nación y el que tenía el logotipo de Sony.
“El TR63 parecía ser otra moda navideña, pero la forma en que superó las expectativas estadounidenses de lo que los productos japoneses podían hacer, fue apenas una probada de lo que estaba por venir”, menciona el autor.
“El constante goteo de la década de 1960 se convirtió en una marejada de electrónicos de alta calidad y automóviles a finales de los setenta y principios de los ochenta”.
Mientras que los orientales ganaban en el mercado automotriz, los empresarios estadounidenses se enojaban más con ellos, pero la calidad y la tecnología fue lo que sobresalió de las empresas niponas.
Y mientras la importación de la tecnología aterrizaba en EEUU, otros elementos empezaron a llamar la atención de los niños y esta fue el entretenimiento como las series y los juguetes.
Matt Alt es escritor, traductor y reportero, vive en Tokio. Ha colaborado en “The New Yorker online”, CNN, “Wired”, “Slate”, “The Independent”, “Newsweek Japan”, “The Japan Times” y muchas otras publicaciones; además, es coautor de seis libros ilustrados sobre Japón.
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