En medio de los bombardeos rusos a Ucrania, los cuales ya han dejado un importante saldo de civiles muertos y afectaciones graves a la infraestructura militar, otra víctima común en las guerras se perfila a ser impactada de menera potencialmente devastadora, la herencia cultural del país.
El ataque sistemático al arte, la cultura y los lugares de la memoria son habituales en las confrontaciones armadas y las invasiones imperialistas, y en la actual incursión de Rusia en Ucrania no son la excepción, por el contrario ya han cobrado su primera víctima, el Museo Ivankiv, ubicado a 50 millas del norte de Kiev, el cual alberga una colección de arte popular ucraniano.
Este martes, la Iglesia greco-catolica ucraniana recibió información de que las tropas rusas estarían preparando un ataque aéreo contra el santuario más importante del país: la catedral de Santa Sofia
Así lo ha denunciado la organización global de artes Getty, que ha lanzado una advertencia mundial ante la posible “catástrofe cultural” a la que se enfrenta Ucrania ante el avance de los bombardeos rusos.
La organización señala que millones de obras de arte y monumentos están en riesgo de ser destruidos en medio del ataque militar de Rusia, lo cual significa una pérdida enorme para el tejido social del país y la identidad nacional.
De acuerdo con Fedir Androshchuk, director del Museo Nacional de Historia de Ucrania en Kiev, él y otros dos colegas estaban tratando de proteger el museo de ataques o saqueos.
“El museo está ubicado en medio de un área rica en patrimonio cultural cerca de tres hermosas iglesias, pero también cerca de algunos posibles objetivos (el servicio de seguridad ucraniano y las fuerzas fronterizas)”, escribió en un correo electrónico a un académico sueco que fue publicado en un informe de The Guardian.
Por su parte, la organización Getty dijo que los monumentos en riesgo representan “siglos de historia desde el período bizantino hasta el barroco” y sitios del patrimonio mundial de la Unesco.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania tuiteó el lunes que se habían perdido 25 obras de la artista popular Maria Prymachenko que se encontraban en el museo. “Ella creó obras maestras mundialmente famosas. Su don especial y su talento cautivaron a Pablo Picasso”, dijo el ministerio.
En reconocimiento a su contribución al campo del arte popular, la Unesco, el organismo cultural y patrimonial de la ONU, declaró 2009 como el año de Prymachenko.
Hay siete sitios del patrimonio mundial en Ucrania, incluida la Catedral de Santa Sofía en Kiev, que contiene mosaicos y frescos únicos de principios del siglo XVI, y Kyiv-Pechersk Lavra, un monasterio ortodoxo fundado en 1051.
Todo el barrio antiguo de Lviv, que data del siglo XIII, también es patrimonio de la humanidad.
“El patrimonio cultural material del mundo es nuestro patrimonio común, la identidad y la inspiración para toda la humanidad. El patrimonio cultural tiene el poder de unirnos y es fundamental para lograr la paz”, afirmó Getty en un comunicado.
“También es con demasiada frecuencia el objetivo de la guerra, otra forma de destruir y apoderarse de una sociedad borrando su memoria”, agregó la organización.
Gran parte del patrimonio antiguo del mundo ya había sufrido “destrucción desenfrenada, saqueo, abandono, sobredesarrollo imprudente y cambio climático. Haber perdido aún más en una guerra sin sentido es inconcebible”.
Getty se sumó a las voces internacionales que condenan “las atrocidades culturales que se están cometiendo ahora en Ucrania, junto con las pérdidas humanas y ambientales insondables”.
Y expresó solidaridad con los colegas ucranianos. “Proteger y preservar nuestro patrimonio cultural es un valor fundamental de las sociedades civilizadas. Lo que está ocurriendo en Ucrania es una tragedia de proporciones monumentales”, manifestaron.
En su correo electrónico, Androshchuk dijo que cuatro museos, en Vinnytsia, Zhytomyr, Sumy y Chernihiv, habían “logrado derribar y proteger sus exposiciones principales. En Vinnytsia, el edificio del museo ahora se usa parcialmente para personas desplazadas internamente. Hasta el momento no tengo noticias de que ninguno de los museos antes mencionados haya sido objeto de saqueos o ataques”.
Pero agregó: “No hay garantía de que el patrimonio cultural ucraniano no sea saqueado y transferido a los museos rusos, especialmente dado que Kiev tiene un lugar especial en la interpretación de Putin de la historia rusa y sus raíces”.
Cabe destacar que Kiev, la capital ucraniana, tiene un sitio muy importante en la historia rusa, pues fue la primera capital del antigüo imperio ruso entre los siglos X y XII, durante la llamada Edad de Oro de la Rus de Kiev.
“Muchos hallazgos realizados en Ucrania durante el siglo XIX y principios del XX ya se encuentran en los dos mejores museos rusos. Y también hay evidencia de que objetos de excavaciones arqueológicas en Crimea han sido enviados al Hermitage en San Petersburgo”, continúa Androshchuk en su correo.
El museógrafo explicó que desde la época soviética existen protocolos sobre qué hacer en los museos en caso de un conflicto armado, los cuales indican que se debe “retirar y ocultar objetos en un cierto orden de prioridad y documentación”; el problema, señala, es cómo hacer todo eso con falta de tiempo y recursos.
“No se puede obligar a los empleados a entrar y trabajar en tales circunstancias. Muchos están huyendo con sus familias. Pero estoy muy orgulloso de mis colegas. Muchos de ellos vinieron al museo y ayudaron a desmantelar la exposición permanente. Después de este esfuerzo, dos arqueólogos y dos jóvenes historiadores, mis jóvenes colegas, se dirigieron directamente al frente”, explica.
Y concluye de forma heróica: “En este momento, veo mi misión como la siguiente: quedarme en el museo hasta que funcione la defensa”.
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