“Tiempo de silencio” fue la obra cumbre de Luis Martín-Santos (1924-1964), cuya temprana muerte interrumpió su último libro, “Tiempo de destrucción”, la novela “enigma” de la literatura española que ha sido recuperada ahora y que demuestra el compromiso vital de este autor, según sus hijos.
Casi cinco décadas han transcurrido desde que se publicó “Tiempo de destrucción”, una edición y una obra que pasaron desapercibidas por varios motivos que pueden resumirse en que no fue llevada a cabo en el momento oportuno, destacó Mauricio Jalón, encargado de la nueva edición que acaba de llegar a las librerías con Galaxia Gutenberg.
Una libro que fue “inmerecidamente eclipsado”, pues iguala “por lo menos con recursos nuevos la altura del turbador ‘Tiempo de silencio’ de 1962″, considera Jalón, quien presentó la novela con Rocío y Luis Martín-Santos, hijos del escritor.
“La historia de ‘Tiempo de destrucción’ da para un musical”, bromeó Luis Martín-Santos sobre las peripecias del manuscrito que dejó su padre al morir y que han querido recuperar tantos años después para hacerlo “en las condiciones que se merece”, indicó su hermana Rocío.
“Novela enigma de la literatura española”, libro póstumo de un escritor que estaba “en su mejor momento” cuando falleció en un accidente de coche ocurrido el 21 de enero de 1964 mientras buscaba localizaciones para esta obra, recordó su hijo.
Su temprana muerte interrumpió así esta segunda gran novela, que fue publicada en 1975 en una edición que la reconstruía con los materiales inconexos dejados por el autor y no gozó de buena acogida. Así, “Tiempo de destrucción” quedó olvidada.
“Hacer una nueva edición de ‘Tiempo de destrucción’ era una asignatura pendiente desde hace muchas décadas, pero los buenos vinos se hacen esperar”, indicó Luis-Martín Santos.
Y la comparó con lo que sería “El primer hombre” en la obra de Albert Camus, dos personalidades que tienen muchos paralelismos y el objetivo de la lucha por la libertad, sostuvo Martín-Santos.
La novela aborda las primeras aventuras vitales y el quiebro brusco de Agustín, un héroe, algo ingenuo, pero siempre inquisitivo y a menudo clarividente, bajo el que se adivinan las preocupaciones y experiencias del propio Martín-Santos, según Mauricio Jalón.
Se trata de una “novela de formación”, que acompaña a Agustín en su acceso a la judicatura y relata cómo, siendo ya un juez prometedor, tiene noticias durante las fiestas de un carnaval del asesinato del sereno de una fábrica familiar, un drama que termina por imponerse en su existencia, pues, a través de densos interrogatorios, va desentrañando las sórdidas vidas enredadas de los dueños de la fábrica y sus empleados.
El director de Galaxia Gutenberg, Joan Tarrida, calificó la edición de esta novela de “acontecimiento literario de primer nivel” y recordó el éxito de “Tiempo de silencio”, un “libro deslumbrante” traducido a más de veinte idiomas y cuya lectura ha sido obligatoria durante muchos años en los institutos españoles.
Porque Martín-Santos, formado como médico, tuvo un pronto reconocimiento en el mundo literario, así como en el psiquiátrico y logró una gran resonancia con “Tiempo de silencio (1962), que marcó a una generación por su visión insólita de la “bajorrealidad” del momento y por su escritura desafiante.
Para Jalón, “Tiempo de silencio” y “Tiempo de destrucción” son dos novelas “absolutamente diferentes” que no se complementan y considera que el primer libro puede ser en cierta medida más difícil de leer que el segundo.
Junto a esta novela, se han recuperado recientemente otros textos de Martín-Santos, como “El amanecer podrido” y “Condenada belleza del mundo”.
Con información de EFE
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