Alejandro Rivas lleva muchos años creando crucigramas para varios de los más importantes medios de comunicación impresos de Colombia, creció con la tradición de crear esta clase de contenido que requiere conocimiento, contacto con la cultura popular, ingenio y mucha paciencia. Llega ‘Crucigrámese con Rivas’ un libro que cuenta historias de crucigramas, presenta retos e invita a los lectores y apasionados de estos pasatiempos a divertirse e invertir tiempo en la elaboración.
¿Cómo comenzó su historia con los crucigramas?
Desde que me conozco estoy relacionado con los crucigramas, mi mamá era muy aficionada a ellos y por ella empecé a resolverlos. Principalmente los de El Tiempo que además elaboraba un tío mío: Fray Lejón.
Con tanta oferta de entretenimiento digital ¿Cuál es el propósito de publicar un libro de crucigramas?
Los crucigramas se resuelven en cualquier parte: bus, sala de espera, avión, café, cama, etc. Pero además el libro enseña a hacer grillas, cuenta historias de crucigramas. Esa parte es corta pero es importante.
Mis crucigramas no se resuelven en dos minutos, normalmente no se llenan de una y toca volver una y otra vez para añadir una y otras letras hasta completarlos. Los crucigramas en medios digitales implican preguntas muy cortas y entonces echar un cuento interesante o divertido, preguntar por una palabra sacada de una canción, etc., se vuelve imposible. La manera de hacer las preguntas cambia, también influye la edad de las personas que resuelven los crucigramas, yo no tengo problemas en resolverlos en el computador, pero sé de mucha gente de mi edad que se enreda allí y prefieren el papel.
De hecho los principales periódicos del mundo publican sus crucigramas en ambos medios, digital e impreso, porque hay usuarios para ambos. Al libro no se le acaba la batería tal como le acaba de pasar a mi celular. Estoy trabajando para tener crucigramas en la red, pero solo hasta que pueda lograr que sean divertidos con las limitaciones dadas no los publico. Pero ahí voy.
¿Cree que la pandemia tuvo algo que ver con el regreso de los pasatiempos y otras formas de entretenimiento en las rutinas diarias?
Si, mucho. Cuando el periódico ADN dejó de circular por la pandemia, varios lectores, mucho más de los que yo hubiera podido imaginarme, inmediatamente me escribieron para que les mandara crucigramas y entonces empecé a sacar un fanzine que compartía por Twitter con crucigrama, sudokus y otros pasatiempos. Lo sigo haciendo los días en que no circula el ADN. Adicionalmente en El Tiempo, en esa misma coyuntura, publiqué un especial de tres páginas de pasatiempos y en El Heraldo durante 10 días sacamos una página diaria de pasatiempos de todo tipo.
¿Ha tenido retroalimentación de los lectores sobre los crucigramas a lo largo de su experiencia trabajando con diferentes medios?
Siempre. Para bien y para mal. Afortunadamente más para bien, con algunos lectores inclusive tengo una comunicación fluida. No hay error que los lectores perdonen. La gran mayoría hacen la corrección con corrección. Los menos con grosería. Pero igual se les contesta con cortesía, faltaba más que uno se enganchara en un rifirrafe sin sentido. Claro, a veces, toca recurrir a la ironía. Una vez un tipo me escribió un correo que decía: Hijueputa. Le contesté agradeciéndole que me haya permitido conocer un anónimo firmado.