“Es necesario adaptar la democracia en las nuevas tecnologías”: Mauricio García

El autor invitado al Hay Festival Jericó 2022 aborda el proceso histórico y natural en que los seres humanos asumen el progreso intelectual y el papel de las emociones en la construcción de la ciudadanía

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El autor aborda el proceso histórico y natural en que los seres humanos asumen el progreso intelectual y el papel de las emociones en la construcción de la ciudadanía
El autor aborda el proceso histórico y natural en que los seres humanos asumen el progreso intelectual y el papel de las emociones en la construcción de la ciudadanía

En el marco del Hay Festival Jericó se llevó a cabo un diálogo entre Mauricio García Villegas y Juan Diego Mejía, señalando las conexiones dentro de la cultura entre la religión, la política y lo emocional.

¿Qué conexión existe entre las políticas y las emociones? García es autor de varios libros, su última publicación es ‘El país de las emociones tristes’ (2021), un ensayo que parte de las ideas del filósofo Baruch Spinoza para entender cómo, en un país como Colombia, tantas buenas ideas, tantos proyectos de nación fracasaron dando lugar a una historia llena de conflictos bélicos, corrupción e injusticias.

De esta manera, el autor desenmaraña la complejidad de la construcción cultural y su influencia en las diversas visiones que tenemos como ciudadanos de las ideas, la confrontación, la elección de líderes, la militancia política llevado incluso al campo de las nuevas tecnologías.

Mauricio García sostiene que una de las bases de las interacciones en redes sociales es la ‘indignación virtuosa’ caracterizada por el placer de juzgar a otros con la reconocida premisa de “los buenos somos más”, lo cual revela que colectivamente, al intentar moderar las furias, los colombianos podríamos no manifestar habilidad para manejar el conflicto. Así mismo, el autor ratifica la necesidad de adaptar la democracia a la comunicación digital, de moderar las conversaciones con el propósito de debatir , relacionarnos y votar.

¿Cómo asumimos el conflicto históricamente? La guerra podría ser una discusión de ideas pero está alimentada por la emoción tribal, posteriormente las emociones crean las imágenes que concebimos del mundo influidas totalmente por la cultura popular : “los seres humanos tenemos una mente confirmadora, no una mente científica que evalúe, leemos el periódico y tenemos amigos para confirmar lo que pensamos…” afirma García, que también señala que en este tiempo se prioriza la búsqueda del odio como un dulce porque brinda placer, “químicamente nuestro cuerpo libera dopamina y es por esta razón que las imágenes que nos formamos ya sea de amor u odio están sobredimensionadas, la imagen del gran líder es la que alimenta la militancia, no la verdad ni la duda”.

El autor señala que todos los seres humanos tienen la figura de un abogado interior que nos defiende de todo nuestro alrededor, encuentra todos los argumentos posibles para justificar nuestros actos, cualesquiera que sean, pasando aún por encima de cualquier lógica; no tenemos, por ejemplo, la figura de un científico que nos mueva a la duda, a la comprobación de la verdad “nuestra gran dificultad es controlar el torrente emocional y lograr el científico se someta al abogado”.

García es doctor en Ciencias Políticas, profesor en la Universidad Nacional de Colombia, en el Institute for Legal Studies de la Universidad de Wisconsin y en la Universidad de Grenoble, investigador de justicia y columnista de El Espectador.

Juan Diego Mejía, moderador de esta conversación, es escritor y académico graduado en matemáticas por la Universidad Nacional de Colombia, actualmente es asesor de Cultura de la Caja de Compensación Familiar de Antioquia (Comfama). Anteriormente fue secretario de Cultura Ciudadana de Medellín, director de la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, profesor de la Maestría de Escrituras Creativas en la Universidad Nacional y profesor de la Maestría de Escrituras Creativas en la Universidad EAFIT. Como escritor ha publicado nueve libros y su más reciente obra es Adiós, pero conmigo (Alfaguara, 2021).

Puede revivir esta conversación en la página del Hay Festival Jericó aquí

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