Almudena Grandes, fallecida este sábado en Madrid a los 61 años a consecuencia de un cáncer, fue una de las escritoras más relevantes de las últimas generaciones, con obras como Las edades de Lulú, Malena es un nombre de tanto o la serie Episodios de una guerra interminable, que deja inacabada aunque trabajó hasta el final en la última de las novelas, que algunas versiones sostienen que logró finalizar.
Nacida en Madrid el 7 de mayo de 1960, Grandes estudió Geografía e Historia en la Universidad Complutense de Madrid y pronto empezó a trabajar en el mundo editorial. A los 28 años, en 1989, mientras trabajaba en varias editoriales de guías turísticas y enciclopedias, salió del anonimato con Las edades de Lulú, que le valió el ya desaparecido premio de novela erótica La Sonrisa Vertical.
Historia del recorrido erótico de Lulú desde sus quince a sus treinta años, la novela suscitó el escándalo pero a la vez fue muy exitosa, fue traducida a más de veinte idiomas y poco después de su publicación fue llevada la gran pantalla por el director Bigas Luna.
Dejando atrás el género erótico, Grandes publicó en 1991 Te llamaré viernes, una historia de amor entre seres marginados en una Madrid hostil. Tres años más tarde editó Malena es un nombre de tango, una novela muy aplaudida en la que aborda uno de sus temas recurrentes: una niña imperfecta se rebelará contra las pautas sociales -en este caso, de una familia burguesa madrileña- para encontrar su lugar en el mundo.
Atlas de geografía humana (1998), Los aires difíciles (2002) -ambas, llevadas también al cine-, Castillos de Cartón (2004) o El corazón helado (2007), premio de Novela de la Fundación Juan Lara y del Gremio de Libreros de Madrid, fueron sus siguientes trabajos.
En 2010, e inspirada en su admirado Benito Pérez Galdós -del que dijo que había sido el escritor más importante de su vida-, publicó Inés y la alegría, primer título de la serie “Episodios de una guerra interminable”, que le valió el Premio de la Crítica de Madrid, el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska en Ciudad de México y el Premio Sor Juana Inés de la Cruz.
El lector de Julio Verne (2012), Las tres bodas de Manolita (2014) y Los pacientes del doctor García (2017) -Premio Nacional de Narrativa en 2018 en España- y La madre de Frankestein (2020) fueron los siguientes títulos de la serie, que finalmente deja incompleta, a falta de un título.
La escritora ha abordado otros géneros como la literatura infantil, con el libro ¡Adiós Martínez! y la participación en el texto colectivo Érase una vez la paz (1996), cuyos fondos fueron destinados a los niños víctimas de las guerras de Ruanda y Mozambique.
Modelos de mujer, Libro negro de Madrid o Madres e hijas son otros títulos de Almudena Grandes, considerada una de las narradoras españolas más consolidadas y con mayor proyección internacional.
En 2020 fue nombrada doctora “honoris causa” por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en España y ha sido galardonada con otros reconocimientos como los premios Rosone d’Or de Italia al conjunto de su obra (1997), el del sindicato español UGT, Julián Besteiro de las Artes y las Letras (2002), el Internacional de Abogados de Atocha (2017) o el Premio Jean Monnet de Literatura Europea (2020) por Los pacientes del doctor García.
Luchadora incansable
Casada con el poeta Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, con quien tuvo una hija, Elisa, la escritora madrileña es también conocida por su compromiso con el feminismo y su posicionamiento político de izquierdas.
En 2012 formó parte de Izquierda Abierta, partido integrado en Izquierda Unida, y ha mostrado su apoyo público a cuestiones políticas o sociales, como la autoinculpación colectiva en el caso de eutanasia para el tetrapléjico español Ramón Sampedro en 1998.
Son muchas y continuas las batallas en las que Grandes se involucró en su vida, incluso antes de ser una reconocida escritora. “Su compromiso fue cada vez más sólido, más claro, más contundente. Ella misma afirmó en más de una ocasión que, aunque tuviera inclinaciones desde la adolescencia, lo que le hizo ser verdaderamente de izquierdas fue leer”, cuenta Rosana Torres en El País.
Su compromiso ideológico y vital -recuerda Torres- fue el que la empujó a que casi toda su obra girara en torno al franquismo y la herencia que este había dejado, analizando tanto a la parte perdedora como a la golpista. “El franquismo fue una dictadura prototípica debido a su certera aplicación progresiva del terror; se sembraba toda esa represión desde el gobierno para que nadie se moviera ni quisiera cambiar las cosas”, llegó a decir.
Grandes, que se declaraba de izquierdas, republicana y anticlerical, sentó sus apreciaciones sobre la actualidad española desde una columna que publicaba todos los domingos en el diario El País, desde 2008. Y fue precisamente en ese espacio, el pasado 10 de octubre, que anunció que padecía cáncer.
El presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, publicó en Twitter que la literatura española pierde “a una de las escritoras referentes de nuestro tiempo”. “Comprometida y valiente, que ha narrado nuestra historia reciente desde una mirada progresista. Tu recuerdo, tu obra, siempre estará con nosotros, Almudena Grandes”, añadió.
Con información de EFE, Europa Press y AFP
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