El “Salvator Mundi”, una de las obras más controversiales de la era moderna, ha puesto a dos grandes figuras del arte en una cruenta batalla legal. Se trata del oligarca ruso de fertilizantes Dmitry Rybolovlev y el magnate del almacenamiento de puertos francos, Yves Bouvier, quienes han pasado años tratando de resolver una supuesta estafa de 1,000 millones de dólares.
Por toda una década, Bouvier vendió 38 piezas a Rybolovlev a precios exorbitantes, obteniendo ganancias de más del 50%. Esto incomodó al ruso, quién decidió demandarlo y dio inicio a un extenuante conflicto legal que continúa hasta la fecha.
La demanda ha hecho que un séquito de abogados y administradores presenten una acusación tras otra, generando una gran polémica pública y afectando la reputación de ambas partes.
Bouvier dijo a CNN que también presentará una demanda de 1,000 millones de dólares, pues el este conflicto estaría arruinando sus negocios y su reputación en el mercado del arte.
Entre las piezas que Rybolovlev adquirió del suizo se encuentra el “Salvator Mundi”, una de las pinturas más caras que existen, no solo porque se cree que su autor es Leonardo Da Vinci, también porque el margen de beneficio de Bouvier como vendedor superó el 50%.
Esta obra ha estado sumergida en el misterio desde que apareció. Hasta la fecha se desconoce si es una copia o un trabajo del estudio de Da Vinci. Sea como sea, en 2005 fue adquirida en solo 10,000 dólares por un consorcio de arte especulativo, quienes la restauraron y declararon parte de la producción Renacentista.
Bouvier compró el cuadro por 80 millones de dólares y lo vendió a Rybolovlev en 127.5 millones de dólares, los cuales le fueron pagados, según CNN, a través de vehículos en alta mar, con una comisión del 1%. La batalla legal comenzó porque, aunque el ruso subastó la pintura en 450 millones de dólares en 2017, consideró que su vendedor lo había defraudado.
“Como asesor de arte, pretendía ayudar a sus clientes a montar una colección de arte a un costo de 2 mil millones de dólares, mientras que secretamente obtenía la mitad de ese precio para sí mismo“, dijo un portavoz de las entidades familiares de Dmitry Rybolovlev al medio
Pero el calificativo de “asesor de arte”, ha sido uno de los temas más concurridos en los litigios. Bouvier discute constantemente que él se desarrolla como “comerciante” e incluso dijo que en “los contratos preparados por los abogados de Rybolovlev y todas mis facturas me describían explícitamente como ‘el vendedor’”.
Así, el “Salvator Mundi” se ha mantenido fuera de la mirada pública, aunque se cree que Rybolovlev la subastó al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman. En este contexto, el documental “The Savior for Sale” reveló que autoridades francesas insistieron al árabe para que esta obra se expusiera junto con la “Mona Lisa” y consolidará su lugar entre las autenticidades de Da Vinci.
CNN aseguró que el gobierno francés tomó la decisión de no exhibir la pintura porque “sería como lavar una pieza que costó 450 millones de dólares”, en especial porque hay menos de 20 pinturas consideradas auténticas del pintor renacentista.
Las dudas sobre la autenticidad de la obra han sido permanentes. El propio Bouvier habría dicho por correo a Rybolovlev que, a pesar de que la obra era una belleza, no sería una buena inversión.
Actualmente, ni el Vaticano, ni ningún otro museo ha exhibido la pintura ni ha mostrado interés por ella. “Cualquier comprador que adquiera este cuadro que nadie quiere a un precio demasiado alto será visto como una ‘paloma’ y se convertirá en el hazmerreír del mercado y perderá credibilidad”, le escribió Bouvier a su comprador en otro correo revelado a CNN.
Sin embargo, figuras como la Galería Nacional de Reino Unido han apoyado su autenticidad, pues la obra fue expuesta en este lugar y ampliamente sonada en la prensa.
El pasado 7 de mato, Rybolovlev habría incluido una pintura Henri de Toulouse-Lautrec. El argumento también versa en contra de Bouvier, quien es acusado por el ruso de haber ayudado a la casa de subastas Sotheby’s a inflar los precios de la obra.
Como consecuencia de esta batalla, Bouvier asegura que no ha podido enfocarse en su carrera y pasa los días defendiéndose en los tribunales y cuidado su reputación. Pero, a pesar de eso, “las casas de subastas me pusieron en la lista negra, los bancos no me daban crédito (y) tuve que empezar a vender activos para mantener a mi personal y mis negocios”.
Además, expresó al medio estadounidense que es perseguido por gente que no conoce y que no ha podido identificar por sus propios medios.
Por su parte, el cineasta Ben Lewis dijo a CNN que “el asunto Bouvier es un ejemplo clásico de lo que puede salir mal en el mercado del arte secreto, opaco y, entre comillas, discreto”, sobre todo porque este tipo de conflictos revelan lo inestable de los negocios en el ámbito del arte.
Kenny Schachter, un coleccionista experto, también habló sobre este tema con el medio y señaló que mucha gente cree que el mercado del arte no se encuentra tan regulado, sin embargo, este no es más corrupto que otra industrias millonarias. Al final, “no importa lo que sea, cuando hay mucho dinero, habrá malas acciones”.
A la fecha se desconoce el paradero del “Salvator Mundi”. Se cree que el príncipe Bin Salman lo tiene en un yate, donde Bouvier asegura que la obra puede afectarse. También podría aparecer en el Louvre Abu Dhab i o estar colgado en un palacio de Arabia Saudita. Pero hasta ahora nadie lo sabe.
Donde quiera que esté, su comprador final disfruta de ella, mientras los dueños anteriores siguen peleando para mantener su reputación.
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