“Las obsesiones de un escritor siempre han sido muy pocas, y Ernesto Sábato decía que cuanto menos numerosas más fuertes son”, refirió el escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez en su primer conversatorio en el Hay Festival de Jericó, donde aseguró que su obsesión es contar lo que pasa en ese espacio en que la historia se choca con las vidas privadas “con las pequeñas historias de los individuos, eso es lo que siempre me ha interesado contar”.
Volver la vista atrás, la más reciente novela de Vásquez, publicada por Penguin Random House a finales del año pasado, narra una época fundamental en las vidas del cineasta colombiano Sergio Cabrera y su padre, el escritor, poeta, actor y director teatral español Fausto Cabrera. En este libro se plasman los días de los Cabrera en la China de la Revolución Cultural, los movimientos armados de los 60, la guerra civil española y el exilio en América.
El creador de Los Informantes, reveló que cuando estaba escribiendo ese texto, descubrió que en sus libros siempre ha estado obsesionado con lo que llamó “un territorito muy completo”.
En el caso de Volver la vista atrás, Vásquez aseguró que, después de compartir diferentes espacios con el director de cine y televisión Sergio Cabrera, descubrió que sus historias no solo revelaban una vida particular llena de aventuras, sino que se podía leer como un gran relato de un momento muy importante del siglo XX que a él le interesaba de manera particular. “Entre ellas, la manera como, eso que llamamos la historia, la política, la vida pública, se mete en las familias, en la vida privada de la gente y les cambia su manera de existir en privado.
Según Juan Gabriel Vásquez, su más reciente novela trata de contar lo que pasa en el interior de una familia, la relación entre padres e hijos, entre hermanos y cómo todo es atravesado por el fantasma del conflicto armado en Colombia, la revolución cultural en China y la Guerra Civil en España.
Sin embargo, aclaró el autor de El ruido de las cosas al caer (premio Alfaguara de Novela 2011) , no se trata de una biografía. “Contar cinco años de la vida de una persona que vivió setenta no es una biografía. La novela parte de un momento de tres días del 2016 y, a partir de esos tres días, se lanza hacia atrás para contar, durante muchas páginas, no la vida de Sergio Cabrera, sino la de Fausto Cabrera, su padre, y luego la vida de Sergio Cabrera desde su nacimiento hasta que tiene 22 años”.
Explica Vásquez que su trabajo consistió en buscar, entre todos los aspectos de esas vidas, algunos fragmentos que permitieran hablar de algo interesante desde un punto de vista humano, político y filosófico, “porque hay muchas reflexiones que, para ustedes los lectores, les proponen preguntarse sobre nuestra relación con las ideas”.
A pesar de que no se trata de un relato exacto de sus vidas, el escritor bogotano decidió enseñarle el primer borrador a Sergio Cabrera, asegura, por una cuestión de ética. “La responsabilidad que yo sentí, escribiendo la novela, de tener en mis manos una vida ajena; encima, la vida de alguien que está vivo y, además, la vida ajena de alguien que está vivo y es mi amigo. Yo no quería publicar una sola línea que causara daño, incomodidad, que molestara a las personas que habían puesto sus experiencias en mis manos”.
Sin embargo, sostiene que escribió la novela que quiso y, reconoce, que Sergio Cabrera entendió que se trataba de una creación artística del escritor. “Sergio no cambió nada, pero sí corrigió datos y detalles, amplió información, y sucedió algo muy peligroso, que siempre pasa con él, y es que, por su memoria prodigiosa, cada vez que pasa una página le aparecía otro recuerdo y pensé que me tocaría hacer siete tomos para contar la historia. En algún momento, me hizo comentarios de verosimilitud: “mi madre nunca diría esta palabra”, por ejemplo”.
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