Para Mauricio Vásquez, los negocios independientes y que usualmente son de poca envergadura, dedicados a prácticas como el crossfit y el boxing, así como los gimnasios medianos con una, dos o hasta cuatro sedes de entre 500 y 1500 metros cuadrados, fueron los más afectados por el cierre de casi seis meses, decretado por el Gobierno Nacional como consecuencia de la emergencia sanitaria por la pandemia de COVID-19.
“Los gimnasios que tenían varias sedes cerraron algunas, pero muchos de estos pequeños y medianos tuvieron que colgar el letrero y están, luego de 15 o 20 años, tratando de sacar un negocio adelante dando clases en los parques o en una situación muy precaria”, aseguró el vocero a la revista Semana.
Muchos de estos negocios que se dedicaban al deporte en Bogotá no pudieron llegar a acuerdos con sus arrendatarios y según Vázquez, debido a que en el sector hay pocas facilidades para adquirir créditos, muchos gimnasios tuvieron que vender sus instrumentos, accesorios y máquinas. La revista Semana, asegura que se estima que 15 mil trabajadores se quedaron sin empleo debido a esta crisis y que “muchos emprendedores reportan que sus arrendatarios les han comenzado a cobrar de manera retroactiva los arriendos que dejaron de pagar”.
“Cada negocio que cerró es el cierre de una ilusión y un proyecto de vida. Es el tiempo intentando sacar un negocio adelante, pasar de ser dueño a ser empleado, años de capacitación, pérdidas de recursos”, dijo el representante, quien además añadió que si bien los negocios ya pueden abrir en el marco de la actual reapertura, se calcula que otro 25% de los gimnasios no resistirá.
Esto se debe, a que los ingresos ya no serán los mismos, ya que el aforo máximo permitido en los gimnasios es de 50 personas, por lo que para muchos negocios, los ingresos recibidos con esta afluencia de clientes, no puede sostener los gastos que representa tener a flote este tipo de actividad económica.
“Los gimnasios que abrieron reportan aún poca afluencia y no hay clases grupales de rumba, zumba, yoga y pilates, entre otras. A esto hay que añadirle que los peores meses para el gimnasio son noviembre o diciembre. Por lo que habrá que hacer un gran esfuerzo para generar confianza”, afirman representantes del sector.
Debido a la emergencia, surgieron gremios como el de Gimnasios Unidos por Colombia, que se pronunció afirmando que son parte de la solución y no del problema. Entre sus pedidos, demandan que no los estigmaticen con temas de belleza, ya que ellos contribuyen a la salud y son una fuente de empleo, además aseguran que no han recibido ayudas y que hay negligencia en referencia al sector.
Cálculos aproximados arrojan que más de 50.000 personas trabajan en este sector económico. Según el gremio abanderado, lo único que exigen es que los dejen trabajar.