J.K. Rowling ha vuelto a situarse en el centro de la polémica. La escritora ha publicado Troubled Blood, una novela protagonizada por un asesino en serie que se viste de mujer para asesinar a sus víctimas, todas femeninas, y que ha desatado de nuevo las acusaciones de transfobia contra la autora.
Troubled Blood es la quinta novela de la saga policiaca de Rowling protagonizada por el detective Cormoran Strike y fue escrita por la autora bajo el seudónimo Robert Galbraith. Según ha desvelado The Telegraph, la obra se centra en un asesino en serie que se viste de mujer y un caso sin resolver desde 1974.
Jake Kerridge de ese diario inglés escribió en su crítica que “la moraleja parece ser: nunca confíes en un hombre con vestido”. Rowling ha sido ampliamente denunciada por diversas asociaciones y activistas transgénero por, a su juicio, difundir peligroso temor de que las mujeres trans son un peligro para las mujeres “reales”.
En este sentido, destacan el hecho de que el asesino en su próximo libro es un hombre vestido de mujer que mata mujeres alimenta de nuevo estas teorías. Estas asociaciones denuncian que la historia de Rowling entra en una enorme contradicción ya que en el mundo real las mujeres trans son agredidas e incluso asesinadas y, sin embargo, la historia de la novela las presenta como la amenaza.
#RIPJKROWLING
Tras conocerse el argumento, los internautas han cargado contra Rowling en Twitter, donde se ha convertido en trending topic el hashtag #RIPJKRowling. Algunos usuarios consideran que esta representación de las personas trans es un estereotipo pernicioso.
El lanzamiento de Troubled Blood ha reavivado una polémica que se remonta al 6 de junio, cuando la británica criticó un artículo en el que usaban el término “personas que menstrúan” en lugar de “mujeres”. Este comentario fue considerado transfóbico, ya que algunos alegaron que también pueden menstruar los hombres trans y las personas no binarias.
Tras esta primera controversia, Rowling profundizó en su postura respecto al sexo y género. “Si el sexo no es real, entonces no existe la atracción por personas del mismo sexo. Si el sexo no es real, la realidad vivida por las mujeres a nivel mundial se borra. Conozco y amo a las personas trans, pero borrar el concepto de sexo les quita la capacidad a muchos de discutir sus vidas de manera significativa. No es odio decir la verdad”, publicó.
Una explicación que , una vez más, convirtió a la escritora en el blanco de las críticas. La autora decidió entonces publicar un extenso ensayo en su web argumentando su posición, en el que expresó su miedo a que “las niñas y mujeres por nacimiento estén menos seguras”.
“Cuando abres las puertas de los baños y vestuarios a cualquier hombre que cree o siente que es una mujer -y hoy en día, como he dicho, los certificados de confirmación de género se pueden otorgar sin necesidad de cirugía u hormonas- entonces abres la puerta a todos y cada uno de los hombres que desean entrar. Esa es la simple verdad”, reivindicó. J.K.
“Ser mujer no es un disfraz, no es una idea en la cabeza de un hombre, no es tener un cerebro rosa, una afición por los zapatos Jimmy Choo o cualquiera de las otras ideas que ahora se promocionan como progresistas”, agregó en el texto, en el que también reveló que había sido víctima de abusos y violencia de género.
En 2019 la organización de derechos humanos Robert F. Kennedy otorgó a la autora el premio Ripple of Hope, galardón que decidió devolver en agosto de 2020 después de que Kerry Kennedy, presidenta de la organización, la tachara de tránsfoba. “La declaración decía incorrectamente que yo soy tránsfoba y que soy responsable del daño a las personas trans. Como donante a organizaciones benéficas LGBT y partidaria del derecho de las personas trans a vivir sin persecución, rechazo absolutamente la acusación de que odio a las personas trans o les deseo el mal”, aclaró.
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