En entrevista para RFI y France 24, el escritor cubano Leonardo Padura recibió en su casa de La Habana a Domitille Pirón para conversar sobre lo que el confinamiento por la pandemia del coronavirus ha significado para él como escritor, sobre el impacto en su creación literaria y cómo cree que esta pandemia cambiará nuestras vidas. Padura vaticina que el temor a la muerte nos hará entregar muchas de nuestras libertades.
RFI: ¿Cómo vive usted esta situación de la pandemia que estamos atravesando? Como escritor, como cubano...
Leonardo Padura: Lo vivo con mucha preocupación. Ha sido algo que escapó de todas las imaginaciones posibles. Se sabía que algo similar podía ocurrir en cualquier momento, lo que creo es que nadie imaginó que iba a tener las proporciones que ha tenido, una enfermedad con un nivel de contagio y de letalidad tan alto que ha paralizado al mundo. Está provocando algo que a partir de ahora va a ser el gran problema: si logramos superar la crisis sanitaria vamos a tener que entrar en la lucha por la crisis económica desde los países más ricos hasta los países más pobres. Desde los más pobres que es el caso de Cuba, va a ser realmente muy complicado, no creo que en Cuba vivamos otra vez algo similar a lo que pasó en los años 90, el llamado período especial, a partir del cual mis personajes empiezan a irse de Cuba pero sí va a ser un período especialmente complicado.
RFI: Cuba es criticada por su sistema de diplomacia médica, pero para luchar contra la pandemia mundial ha enviado brigadas de médicos a más de 20 países. ¿Cuál es su opinión respecto a eso?
Leonardo Padura: Puede haber muchas políticas al respecto pero lo que sí creo es que ese personal médico merece el respeto de todos. Esas personas van a lugares antes de la pandemia, ocurrió con la crisis del Ébola, hace dos o tres años, ocurre ahora con la crisis del coronavirus. Pienso que atacar esa colaboración médica es una actitud un poco defensiva y un poco mezquina respecto a lo que están haciendo esas personas. Las lecturas políticas son otras cosas, pero la lectura humanista de esas personas yo sí creo que merece todo el respeto.
RFI: Hay muchas artistas que han aprovechado este tiempo para crear, ¿usted diría que una cuarentena es un tiempo adecuado para la creación?
Leonardo Padura: Sí, sobre todo para los artistas que trabajamos de manera individual. Los artistas plásticos o los escritores hemos tenido una posibilidad de trabajo que siempre estamos reclamando porque el escritor necesita la soledad para poder trabajar y a cuarentena ha sido propicia en ese sentido. De todas maneras hay mecanismos que se ven alterados con un encierro obligatorio, no es lo mismo un encierro voluntario que yo diga me voy a cierto lugar para poder escribir que estar dos meses encerrado en mi casa porque no puedo salir. Lo puedo aprovechar para trabajar pero siempre existe un elemento que dice "estás encerrado, no estás haciendo esto porque quieres hacerlo si no porque no te queda más remedio que hacerlo".
RFI: Mario Conde, el personaje más famoso de su obra, siempre está paseando en La Habana. Quisiera saber si ha paseado en La Habana Vieja, por el Malecón en estos últimos días, ¿cuál es su mirada sobre esa Habana paralizada?, ¿ha imaginado una historia de Mario Conde en ese contexto?
Leonardo Padura: Justo hoy por la mañana estaba pensando en una historia donde interviniera mi personaje Mario Conde, y estaba decidiendo que tal vez el final de la historia ocurriera en esta primavera de 2020, en estos momentos de cuarentena obligatoria, de encierro, de tantas personas en el mundo y tenía que buscar la alternativa a como Conde se podía enfrentar a una ciudad paralizada aunque en el sentido del la vida cotidiana en Cuba, y esto es lo complicado, no se han paralizado. Es decir, se han cerrado las escuelas, los trabajos, muchas actividades se han detenido, el transporte público, pero la vida no se ha parado porque Cuba tiene un problema con los abastecimientos que es ya tan endémico como determinadas epidemias y obliga a la gente a salir a la calle. Yo he tenido que salir a la calle a hacer colas de dos o tres horas para conseguir bolsas de yogurt si no no hubiera tenido con qué desayunar. Eso hace que la cercanía con la realidad tenga un elemento de permanencia que no sea tan drástica la solución. El hecho de que incluso que salgamos disfrazados, con mascarilla, hace que la mirada con respecto al mundo sea diferente, estamos viviendo un momento donde todo el mundo se ha tenido que enmascarar y eso me crea una sensación de extrañamiento terrible. Me ha pasado de haber visto gente en la calle y no haberla reconocido porque le veo solo los ojos, no les veo la mitad de la cara y eso hace que yo tenga como otras lecturas. Otras lecturas que van a necesitar que yo tenga una reflexión para poder asentarse. Yo siempre pienso que la literatura necesita un espacio entre los acontecimientos y la escritura, a diferencia del periodismo, que se debe hacer, generalmente, sobre los acontecimientos.
RFI: ¿Tiene la sensación de que esta crisis ha quitado ciertas libertades a las personas?
Leonardo Padura: Sensación, no. Nos ha quitado muchas libertades. Las personas han tenido que entregar un espacio de su privacidad a las autoridades sanitarias y políticas. Cuando empezó la epidemia en Cuba, hubo muchísimos cubanos que le reclamaron al gobierno vía redes sociales que por fin, que cerrara ya la frontera para salvarnos. Y yo pensaba que muchos de esos cubanos durante 20, 30 o 40 años habían pedido por la libertad de viajar de los cubanos y cuando al fin tenemos libertad para viajar, la gente pide que le cierren la frontera y como ése, han sido muchos otros elementos de la libertad individual que hemos entregado y más lo que entregaremos en el futuro.
Hay un elemento aquí en toda esta historia que yo creo que es esencial y es que se ha develado el miedo que le tenemos a la muerte. La muerte es lo inevitable. Decía Milán Kundera en algún momento que la muerte era tan vencedora que nos daba una vida de ventaja porque al final siempre nos iba a alcanzar, pero le tenemos miedo a la muerte y eso ha hecho que la gente entregue esas libertades y que en el futuro, nuestras reuniones sociales, las formas en que nos conectemos entre los individuos estén bajo vigilancia y va a ser una manera de protegernos, sí, pero será también una manera de perder nuestras privacidades y de entregar información sobre nuestra vida a autoridades que lo pueden usar de una manera o de otra.
Publicado originalmente por RFI
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