Boris Claudio Schifrin, Lalo Schifrin, (Buenos Aires, 1932) es uno de los compositores argentinos más importantes de todos los tiempos. Su nombre está asociado, irremediablemente, a Hollywood, por haber compuesto múltiples bandas sonoras de películas y series de televisión, siendo la más famosa el emblemático tema principal de Misión Imposible, que lo convirtió en un autor universal. Sin embargo, su relación con el jazz y cómo este estilo musical disparó su carrera es un aspecto menos conocido.
En ese sentido, en Nueva York se llevarán a cabo una serie de conciertos en honor al pianista, compositor, arreglista y director de orquesta: Jazz Across The Americas: Argentina - A Tribute To Lalo Schifrin.
El gran evento se realizará el 17 y 18 de enero en el Teatro Peter Jay Sharp Symphony Space y cuenta con la organización del compositor, pianista y educador mexicano Arturo O’Farrill, ganador de un premio Grammy, junto a la organización sin fines de lucro The Afro Latin Jazz Alliance (ALJA), quienes celebran su 18° aniversario.
Además, participarán destacados músicos sudamericanos: el bajista y compositor Pablo Aslan, un antiguo colaborador de Schifrin; la vocalista y compositora Sofia Rei; el pianista y tecladista Leo Genovese; el baterista y percusionista Franco Pinna; el guitarrista Juancho Herrera y el director invitado Gabriel Senanes.
A lo largo de su carrera, Lalo Schifrin recibió cuatro Premios Grammy, un Premio Cable ACE, seis nominaciones del Premio de la Academia y cuatro al Premio Emmy. Posee una estrella en el Paseo de la fama de Hollywood y recibió un Premio Óscar en noviembre de 2018, como reconocimiento a su exitosa trayectoria profesional.
El lenguaje del jazz y el tango, de África, Europa y Argentina están irrevocablemente entrelazados en el genio de Lalo Schifrin. Su sello en la cultura estadounidense, desde Hollywood hasta el escenario de conciertos y más allá, es irrefutable, sostuvo la organización en el comunicado de prensa.
El jazz en Lalo Schifrin
Schifrin nació en el seno de una familia musical. Su padre, Luis Schifrin, primer violinista de la Orquesta del Teatro Colón y maestro de conciertos en la Filarmónica de Buenos Aires, fue uno de sus primeros educadores, junto a Enrique Barenboim, padre de otra leyenda musical argentina, Daniel Barenboim.
El niño Lalo a los seis años ya tocaba el piano y su progenitor esperaba que siguiera sus pasos, pero el amor por el jazz pudo más.
En la adolescencia ya admiraba profundamente al maestro del bebop Dizzy Gillespie y, relató en una entrevista, que cuando salía de su casa a tocar le gritaba a su madre desde la puerta: “Si llama Dizzy decile que no estoy”. No sabía entonces, que años después, Gillespie no solo sería una influencia musical, sino que cambiaría su vida para siempre.
Más allá de las anécdotas que ya parecían marcar su camino, a su padre no le hizo nada de gracia su deseo de abordar el jazz en vez de la música clásica: “Es una vida llena de drogas, alcohol y mujeres de la noche”, le dijo y lo obligó a estudiar abogacía en la Universidad de Buenos Aires.
Al principio, Lalo aceptó, pero luego abandonó todo y se marchó a Francia becado para estudiar composición musical en el Conservatorio de París. En la Ciudad de la Luz tuvo una agitada vida nocturna en la que el jazz era su principal atención y tocó el piano en un sinfín de cafés para sobrevivir, ya que su padre, enojado otra vez con su decisión, había decidido no acompañarlo económicamente en su nueva carrera. El destino lo cruzaría con el escritor Julio Cortázar, habitué de estos espacios parisinos. Cuando volvió a Buenos Aires, formó su propia big band.
En Argentina orquestó composiciones para un canal de televisión con los mejores músicos de jazz y estudio del país hasta que, en 1956, su orquesta fue invitada a actuar en una recepción para Dizzy Gillespie y Quincy Jones, mientras los legendarios músicos realizaban una gira del Departamento de Estado de EE.UU.
Un año después tuvo su debut en la pantalla grande cuando incluyeron sus canciones en Venga a bailar el rock, de Carlos Stevani, y realizó la banda de sonido de El jefe, convocado por Fernando Ayala y Héctor Olivera.
Después de mudarse a la ciudad de Nueva York alrededor de 1960, los caminos de Schifrin y Dizzy se cruzarían una vez más y cambiarían para siempre la vida del pianista. Gillespie alentó a Schifrin a componer una pieza para su gran banda y nació Gillespiana Suite, que se grabó en los estudios de Verve con Schifrin al piano. Luego, se fue de gira con la Dizzy’s Band durante dos años donde escribiría piezas adicionales extendidas, incluyendo “Fantasía tunecina” y “El nuevo continente”.
Sobre Gillespiana Suite
Durante el evento en Nuevo York, el público podrá oír Gillespiana Suite por primera vez en 25 años, que será dirigida por Pablo Aslan, con solistas destacados en el trabajo provienen de la propia orquesta: Jim Seeley y Seneca Black en trompeta, Alejandro Aviles en flauta y Roman Filiu en saxo alto.
“La Gillespiana Suite rinde homenaje a la multitud de talentos de Dizzy. Cada movimiento refleja un aspecto de Dizzy, que va desde el melancolía azul hasta la vigorosa toccata, así como alusiones a los antepasados africanos de Dizzy a su interés en la música latinoamericana. Schifrin asumió la forma “suite” del siglo XVIII, específicamente en otra manifestación del siglo XVIII, es decir, el formato Concerto grosso, ejemplificado por un quinteto dentro de un gran acompañamiento de un grupo de metales y percusión. Schifrin reemplazaría aún más los cinco saxofones de una gran banda regular con cuatro cuernos franceses y una tuba, junto con las habituales cuatro trompetas y cuatro trombones”, explicaron desde la organización.
En 1964 hizo su primera participación en la televisión estadounidense con Caravana, a la que siguieron La hora de Alfred Hitchcock, Ben Casey, El agente de CIPOL, Centro Médico y Valle de pasiones, hasta llegar a Misión Imposible que lo consagró. Además, a lo largo de su carrera, compuso la banda sonora de más de 100 películas, como Harry el sucio, The Cincinnati Kid, Cool Hand Luke y Bullitt, y de series como Mannix y Starsky y Hutch, entre las más reconocidas.
“Lalo es de una época en la cual los compositores de música para películas eran grandes melodistas. Hoy la música de películas se convirtió en un soundtrack, con efectos. El punto es cuando la música es tan potente que uno no puede pensar en la película o en la serie sin esa banda de sonido, como es el caso de Misión imposible, que considero una genialidad”, comentó el pianista y compositor de jazz Adrián Iaies, director artístico de la Usina del Arte y del Festival Internacional de Jazz de Buenos Aires desde hace 11 años
*Jazz Across The Americas: Argentina - A Tribute To Lalo Schifrin / Con Arturo O’Farrill y The Afro Latin Jazz Alliance, con invitados especiales: Pablo Aslan, Sofía Rei, Leo Genovese, Franco Pinna, Juancho Herrera y Gabriel Senanes / Viernes 17 de enero y sábado 18 de enero de 2020, en el Teatro Peter Jay Sharp @ Symphony Space, 2537 Broadway (en la calle 95), Nueva York / Actuación: 7 pm (17 de enero) y 8 pm (18 de enero) / Entradas: USD 25 y 45 y se pueden comprar en symphonyspace.org.
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