En los últimos 15 años, cuando se acerca Navidad, el tema Fairytale of New York (Cuento de hadas de Nueva York) de la banda irlandesa The Pogues trepa en los rankings británicos para ubicarse siempre dentro del Top 20. Es curioso porque la canción fue lanzada en 1987. Pero todo tiene una explicación.
The Pogues era una agrupación con claras raíces celtas, marcados rasgos punk y un ácido sentido del humor. Como muchas otras bandas británicas en la década del 80 intentaba ingresar en el gran mercado estadounidense con un hit. Y la estrategia que se habían trazado con el sello discográfico era grabar un tema navideño con su correspondiente video para rotarlo en los canales de cable musicales y luego presentarlo en los escenarios.
A diferencia de las clásicas canciones de paz, amor y esperanza que se lanzan a menudo hacia fines de año, Fairytale of New York es la historia de una pareja disfuncional que discute en las calles de Manhattan bajo una intensa nevada en la noche de un 25 de diciembre. “Me prometiste Broadway”, le recrimina ella, luego lo insulta y le dice: “Feliz Navidad, Dios quiera que sea la última”. Él intenta tranquilizarla y seducirla recordándole buenos tiempos pasados cuando se besaban en un rincón de un bar.
Poco antes de la grabación y la filmación del video la bajista Caitlin O’Riordan, quien iba a interpretar el rol femenino, abandonó el grupo para casarse con otro irlandés, famoso y muy cercano a The Pogues: Elvis Costello. La solución la acercó el productor de la banda, Steve Lillywhite, conocido por su trabajo junto a U2, Talking Heads, The Smiths y Simple Minds, entre otros, quien propuso reemplazar a O’Riordan por Kirsty MacColl, una cantante inglesa de voz privilegiada y carrera ascendente quien además era su esposa.
La pareja estelar quedó compuesta entonces por Kirsty MacColl y el cantante de la banda, Shane MacGowan. La canción fue lanzada al mercado el 23 de noviembre de 1987 y fue Nº1 en Irlanda y Nº2 en el Reino Unido, superada por Always on my mind de Pet Shop Boys. Tuvo muy buenas críticas y aún hoy es considerada uno de los mejores temas de Navidad en varios programas de radio y televisión y diarios ingleses. La gente se enamoró de aquella pareja en conflicto y de la pegajosa melodía que cantaba. Combinando ventas y streaming, desde su edición acumuló un millón y medio de copias sólo en el Reino Unido, y fue relanzada en 1991 y en 2005. En Estados Unidos funcionó bien y se esperaban las actuaciones de la banda para confirmar si se trataba finalmente de un hit, o no.
Sin embargo, esa aceptación que tuvo el tema no pudo ser convertida en el éxito que The Pogues esperaba debido a un inesperado problema: Kirsty MacColl sufría de pánico escénico. Para convertir en dinero el potencial de la canción y del álbum que la contenía, If I Should Fall from Grace with God (1988), había que salir de gira. Y eso con Kristy MacColl no era posible. Lo intentaron varias veces, pero fue en vano.
El ruido inicial que habían hecho con Fairytale of New York se fue apagando semana tras semana. No obstante, The Pogues se las ingenió para mantener un relativo éxito comercial hasta 1996, con cinco álbumes Peace and Love (1989), Hell’s Ditch (1990), Waiting for Herb (1993) y Pogue Mahone (1996).
La mejor posición que logró el álbum If I Should Fall From Grace With God en el ránking de álbumes estadounidense que elabora la revista Billboard fue 86. Superada aquella fallida experiencia con MacColl, el principal problema de la banda para poder crecer era la adicción al alcohol de Shane MacGowan. Totalmente borracho, el cantante no se presentó a los primeros shows de la gira por Estados Unidos en 1988, el primero de una serie de incidentes que boicotearon definitivamente cualquier posibilidad del grupo de ser exitoso: nunca pasó de ser una banda de culto.
Hartos de sus excesos, los restantes miembros del grupo lo echaron y lo reemplazaron temporalmente por el ex The Clash Joe Strummer, en 1991, y luego definitivamente por Spider Stacy. En 1996 The Pogues finalmente se disolvió sin haber podido lograr el objetivo de triunfar en el mercado norteamericano. Entre 2001 y 2014 hubo una reunión con shows principalmente en Europa.
Mientras tanto Kirsty MacColl siguió un tiempo más con su carrera de cantante de estudio, como solista o colaborando con otros artistas. Problemas contractuales con distintos sellos discográficos y el divorcio con Steve Lillywhite la fueron alejando de su vocación y simultáneamente fue creciendo su deseo de convertirse en una profesora de inglés en Sudamérica. Formó nueva pareja con otro músico, James Knight, quien la introdujo en el mundo del buceo.
MacColl abrazó con pasión esta nueva actividad y todos los años la pareja viajaba a Cozumel, México, para practicar el deporte. El último viaje fue en diciembre de 2000 cuando MacColl llevó por primera vez a sus dos hijos Louis (entonces de 13 años) y Jamie (15), frutos del matrimonio con Lillywhite.
En plena sesión de buceo con un experimentado guía local, un yate a motor que estaba navegando a alta velocidad por el área se les vino encima. Ella logró empujar a su hijo menor y alejarlo del peligro. Pero la embarcación la pasó literalmente por encima provocando su muerte en el acto. La navegación estaba terminantemente prohibida en ese lugar, reservado exclusivamente para los nadadores.
El caso de la muerte de Kirsty MacColl estalló inmediatamente en los medios británicos, principalmente los más sensacionalistas, que siguieron de cerca la causa judicial y todos los detalles con enviados especiales a México. Expusieron al propietario del yate, el multimillonario Guillermo Gutiérrez Nova, dueño de la cadena de supermercados Comercial Mexicana, y las sucesivas trabas legales que se fueron presentando en el expediente judicial.
En Inglaterra nació Justice for Kristy (Justicia para Kristy), una campaña para exigir el esclarecimiento del homicidio y el castigo correspondiente al magnate. A menor escala, Kristy MacColl se convirtió en una especie de Lady Di de los años 2000: varios artistas le rindieron homenaje en sus shows, se filmaron documentales sobre su vida y hasta un banco de plaza en Soho Square tiene una placa que lleva su nombre.
El juicio duró años. La gente seguía a diario las noticias que llegaban de México de un juicio amañado con la sospecha, exacerbada por la prensa, de las influencias que el multimillonario podía ejercer sobre el Tribunal. Y a pesar de que varios testigos afirmaron que Gutiérrez Nova iba al timón del yate en el momento del incidente, y que navegaba a una velocidad mucho mayor a un nudo (como había declarado en el juicio) un empleado suyo, José Cen Yam, asumió la responsabilidad y fue condenado, finalmente, a dos años y diez meses de prisión por homicidio culposo.
No la pena que esperaban del otro lado del océano, donde todavía se preguntan ¿Quién mató realmente a Kirsty? Muchos están convencidos de que Gutiérrez Nova usó su poder para eludir la justicia y aseguran que su empleado recibió una importante suma de dinero para autoincriminarse.
La tristeza y la indignación se adueñaron de los británicos que nunca pudieron aceptar que el caso tuviera ese final. Es por eso que Kirsty MacColl es recordada y homenajeada en el Reino Unido, sobre todo cada vez que se acerca la Navidad y viene a la memoria su trágica e injusta muerte. Todos los años desde 2005 hasta esta parte la gente le rinde tributo y elige escuchar aquella canción navideña grabada en Manhattan en 1987 con The Pogues. Y entonces Fairytale of New York trepa en los rankings para ubicarse dentro del Top 20 británico.
Fuentes: BBC, The Independent, The Guardian, Telegraph
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