La escritora argentina María Gainza está en boca de todos por muchos motivos. El principal: su obra. Cuando la editorial independiente Mansalva publicó El nervio óptico en 2014 empezó su ascenso. En 2018 la novela, que ya se había convertido en un boca a boca extraordinario, se reeditó por Anagrama, una de las más grandes del mercado hispano, junto con otro libro, que salía a la par, La luz negra. Con esas dos obras se ganó el respeto de sus colegas, la admiración de la crítica y la fascinación de los lectores.
El batacazo literario fue tan grande que a fines de octubre la Universidad Autónoma de México anunció que Gainza era la ganadora del prestigioso Premio Sor Juana Inés de la Cruz, que desde 1993 distingue la literatura escrita por mujeres. La luz negra es el libro que le valió este galardón. “Es una novela que se nos impone como una gran metáfora de la identidad barroca que caracteriza a América Latina”, aseguró el jurado.
La ceremonia de entrega estaba pactada para el miércoles 4 de diciembre en la FIL, la Feria del Libro de Guadalajara. Todos la esperaban. Sin embargo, a último momento, Gainza avisó que no podría asistir. Había temas más urgentes: ese mismo día, su hija Azucena de 12 años ingresó al hospital aquejada de una neumonía con derrame pleural. María Gainza, que es viuda desde hace cuatro años, canceló todo de inmediato.
“El mejor premio que se le puede dar a la literatura escrita por mujeres es la creación de lectores y el fomento de la lectura a esa literatura”, le dijeron a Infobae Cultura las autoridades de la FIL de Guadalajara. “La ausencia de María dejó a muchos lectores decepcionados, clubes de lectura, la actividad ‘El placer de la lectura’ que también estaba orientada a promover a su obra y su persona... en fin, había toda una agenda para promover el libro, sus letras y su obra que no se cumplió por la desafortunada enfermedad de su hija. Esperamos que en el futuro ella pueda venir a Guadalajara y encontrarse con sus lectores”.
Para ellos, es un requisito “indispensable” que la ganadora vaya a recibir el premio. Cuando eso ocurra, se le otorgarán los 10 mil dólares correspondientes. Sin embargo, aún no está definido qué ocurrirá. Un comité se reunirá la tercera semana de enero y dará el veredicto. Infobae Cultura le preguntó a la autora si irá a recoger el premio. Ella respondió: “Mi editorial y mi agente se están encargando del tema y confío en que llegarán a un arreglo sensato”.
El diario El País de Madrid publicó estos días una entrevista a la escritora en la cual hablaban del tema y hoy en Twitter la escritora Mariana Enríquez escribió: “El premio Sor Juana está pendiente porque no fue a buscarlo: su hija se enfermó, internada, etc., y ella no pudo viajar. En enero deciden si se lo otorgan o no. Ojalá reciba lo que se merece”.
“Los argentinos —agregó Gainza en referencia al comité ante la consulta de este medio— no tenemos una buena relación con la burocracia (como decía Perón, aunque algunos se lo atribuyen a Napoleón: ‘Si querés que algo no se resuelva, llamá a un comité’) pero quizás para los mexicanos funcione distinto y mejor. Hay que esperar, situación que para mi personalidad ansiosa, es una prueba difícil”.
Así se toma estas cosas la autora de El nervio óptico, con humor, sin demasiado dramatismo. Su hija —lo sabe y lo reitera— es lo más importante y afortunadamente está mejorando. Mientras tanto, como ella mismo dijo, habrá que esperar. Los lectores también.
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