Una polémica pintura del líder revolucionario mexicano Emiliano Zapata, en la que aparece desnudo, con rasgos femeninos y usando zapatos de tacón, tiene enfrentados a familiares del caudillo y campesinos, de un lado, y al creador de la obra y la comunidad LGTB del otro.
Al grito de “¡Que la quemen, que la quemen!”, un centenar de manifestantes ingresaron al Palacio de Bellas Artes, máximo recinto cultural de México, y amenazaron con incendiar la obra La Revolución tras afirmar que con ella se “denigra” la imagen del líder revolucionario, un campesino del estado de Morelos.
Los campesinos, pertenecientes a la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), estuvieron durante horas protestando ante Bellas Artes y lanzado consignas homofóbicas, lo que motivó que un pequeño grupo de la comunidad LGBT acudiera al lugar, desatándose algunos roces verbales, empujones y puñetazos.
“Estoy bastante sorprendido por esta manifestación violenta (...). ¿Por qué lo femenino tendría que ser motivo de ofensa”, dijo a Radio Fórmula el autor de la pintura, Fabián Cháirez.
Zapata, cuya imagen es el mayor símbolo de la revolución mexicana, aparece desnudo, con el cuerpo feminizado, luciendo un sobrero rosa y montado con pose sensual sobre un caballo con el falo erecto.
La pintura, terminada en 2014 y que ya fue expuesta, forma parte de la exposición Emiliano. Zapata después de Zapata, que conmemora el centenario del fallecimiento del revolucionario. Fue elegida por autoridades culturales para ser portada del folleto de la muestra, lo que acentuó la polémica.
“Tratamos de dialogar. Este es un museo abierto a todos los mexicanos, a todas las manifestaciones y lo que hicimos fue subrayar eso”, dijo a la prensa Miguel Fernández, director del Palacio de Bellas Artes.
La pintura ya había despertado disgustos entre la familia y simpatizantes del caudillo, incluido su nieto Jorge Zapata, quien advirtió que presentará una acción legal contra Chairéz: “Para nosotros como familiares es denigrar la figura de nuestro general pintándolo de gay”.
Haciendo eco de esta petición, un centenar de personas irrumpieron a mediodía del martes en el museo, ocuparon sus escalinatas centrales y exigieron retirar la pintura del “Caudillo del Sur”, un líder famoso por luchar por los agricultores en la Revolución Mexicana entre 1910 y 1919, año en el que fue asesinado.
“No es libertad de expresión, es libertinaje... Eso es denigrante. No pueden exhibir nuestra historia de esa manera”, dijo Antonio Medrano, portavoz de quienes se manifestaban y exigían al gobierno federal respetar los “grandes íconos” de la historia del país. “No deben permitir semejante burla”, agregó.
Autoridades de Bellas Artes han advertido que La Revolución se mantendrá como parte de la exposición dedicada a Zapata, a pesar de que los manifestantes prometieron regresar “cada día” hasta que ésta se haya retirado.
Antes de la confrontación, el curador de exposición, Luis Vargas, recordó que una de las funciones del arte es provocar debate e incomodidad y consideró positivo que una muestra reabra discusiones sobre asignaturas pendientes de la sociedad mexicana, como es la homosexualidad: "¿Por qué es un insulto?”, se preguntó Vargas. “¿La feminización es lo que resulta insultante? Creo que eso revela la misoginia y la homofobia de algunos”.
La conmemoración por el centenario del fallecimiento de Emiliano Zapata forma parte del homenaje nacional que el mandatario izquierdista Andrés Manuel López Obrador extendió todo este año al tratarse de una figura histórica.
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