Miami, enviada especial. En la larga historia de las polémicas con el arte, posiblemente estos días se esté escribiendo uno de sus capítulos más extravagantes. Lo primero fue una banana comprada en una tienda; lo segundo, cinta adhesiva. Lo tercero, una obra conceptual compuesta de una banana pegada con cinta adhesiva a la pared en una de las ferias más famosas del planeta por un artista cotizado y célebre por romper los límites. Le siguió un precio “razonable” para una obra conceptual del italiano Maurizio Cattalan: 120.000 dólares y la aparición del primer cliente. Dos bananas más. Dos obras más. ¿Dos clientes más?
Esto sucedió ayer durante el pre opening de Art Basel Miami Beach, que inaugura en unas horas, según contó la periodista Sarah Cascone en su artículo del sitio web Artnet. En su nota, Cascone mencionaba que dos de las tres ediciones de la obra titulada “Comediante” ya se vendieron y, es más, que el precio ahora es de 150.000 dólares y tanto el galerista como el artista esperan que alguna de las ediciones sea comprada por algún museo.
La “obra” de Cattelan -quien se hizo célebre fuera de los circuitos habituales del arte con su “inodoro de oro”- fue presentada ayer en durante la visita privada a la feria que se hace antes de la apertura al público por Perrotin, la galería de arte contemporáneo de París que trabaja hace 27 años con el artista italiano. Se trata del primer aporte de Cattelan a una feria de arte en 15 años, dijo la galería y hay tres ediciones de la singular pieza. Cascone señaló que la compradora de la primera obra era una clienta francesa, habitual visitante de la galería Perrotin, que nunca antes había comprado una obra de Cattelan. El segundo comprador también es supuestamente un francés.
El italiano Maurizio Cattelan es uno de los artistas contemporáneos más famosos de este siglo. Discutido e irreverente, seguramente su obras más conocida es un retrete de oro macizo de 18 quilates valorado en 1.250.000 dólares, que fue robada recientemente mientras formaba parte de una exposición sobre el artista en el palacio Blenheim, en Woodstock (Oxforshire), lugar de nacimiento de Winston Churchill. La pieza, que fue concebida por su autor como una ácida sátira sobre el exceso de riqueza, fue recuperada por la policía británica.
El fundador de la galería, Emmanuel Perrotin, le dijo a algunos medios que las bananas o plátanos son “un símbolo del comercio mundial, un doble sentido, y también un dispositivo clásico para el humor”. Según Perrotin, Cattelan tiene la capacidad de convertir objetos cotidianos en “vehículos tanto de deleite como de crítica”. El galerista no tiene miedo de que roben la singular obra o que a partir de ahora cualquiera “venda” un Cattelan ya que solo él tiene los certificados de originalidad de las piezas, que fueron concebidas seriamente, más allá de que pueda parecer una broma.
Un detalle en el que aún nadie pensó es qué va a pasar en unas horas, cuando las frutas/obras de arte comiencen a madurar y descomponerse, Cattelan no dio instrucciones sobre eso. Tal vez ir cambiando la fruta a medida que eso ocurra...
SEGUIR LEYENDO: