Si no se puede mirar, ¿cómo apreciar el arte del dibujo y la pintura? El nombre de la muestra del artista español Andrés Rábago García, más conocido por El Roto, es ese, No se puede mirar, y está inspirado, como toda la exposición, en Francisco de Goya, uno de los pintores más geniales de la historia occidental. Ambos son españoles, pero los separa casi dos siglos de diferencia.
Son 36 dibujos que acaban de instalarse en el Museo del Prado donde, además, en la pinacoteca del lugar, se exhibe una muestra del propio Goya, sus dibujos, titulada Solo la voluntad me sobra, que reúne más de 300 obras. En ese sentido, ambas exposiciones dialogan y se retroalimentan para construir un sentido nuevo.
De origen historietista, Rábago García siempre se movió entre diarios revistas. Durante la dictadura franquista, dibujaba bajo el suedónimo de Ops. Tiene varios libros editados, más de 25, y actualmente publica en el diario El País. Tiene 72 años.
“He utilizado elementos de su iconografía. He intentado reflejar lo que está pasando en nuestra sociedad en temas que él trató”, ha dicho este lunes, en la presentación, según recoge durante el medio donde escribe. La referencia es a Goya, por supuesto, y cómo el aragonés, dos siglos atrás, retrataba el dolor, la muerte, la tortura, la farsa, la impostura y el cinismo, entre otros tantos temas.
Francisco de Goya nació en 1746 y murió en 1828. Su estilo empezó en el rococó, pasó por el neoclasicismo y llegó al prerromanticismo. En su obra, el estilo es clave, pero también el mensaje ético. Por su parte, Rábago García nació en 1947, casi dos siglos después, en Madrid.
Uno de las pinturas satirizadas por El Roto es Duelo a garrotazos o La riña, pintada por Goya entre 1820 y 1823, perteneciente a la serie Pinturas negras que Goya realizó para la decoración de los muros de la Quinta del Sordo, la casa que adquirió en 1819. También el clásico Saturno devorando a sus hijos (1819-1823), donde la nueva obra cambia el canibalismo por una rosca de chorizos.
La referencia de Disney está presente en dos obras: por un lado, en El perro semihundido, El Roto coloca allí a Goofy o Tribilín; y por otro, en un detalle de Las brujas le coloca a una mujer las orejass de Mickey Mouse.
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