Es uno de los grandes protagonistas culturales del siglo XX como músico, compositor, arreglador, director y productor. A los 86 años Quincy Jones es una leyenda viva de la música popular global. No es para menos. Ostenta una foja de servicios repleta de premios de toda clase -esta semana sin ir más lejos, recibió un “reconocimiento a su vida profesional” otorgado por la señera compañía austríaca de audio y video AKG- y llevan su firma icónica grabaciones de Frank Sinatra, Michael Jackson, Dizzy Gillespie, Lionel Hampton, The Count Basie Orchestra y el proyecto benéfico We are the world, entre tantos otros.
En diálogo exclusivo con Infobae Cultura, el hombre en cuestión accedió a recordar sus momentos en el estudio con Sinatra y Jackson, historias de su amistad con Ray Charles y eludió elegir su grabación favorita con cualquier de estos gigantes con un simple razonamiento. “Es como preguntar a cuál hijos querés más”, respondió con picardía y sabiduría. Fin de la cuestión.
Con el sello Quincy Jones como aval y garantía de satisfacción, la llegada a Sudamérica del multiinstrumentista inglés Jacob Collier, el trío sueco Dirty Loops -que se presentará este viernes en el Teatro Vórterix de Buenos Aires y el sábado 16 en el Teatro de las Artes de Santiago de Chile- y el bajista camerunés Richard Bona acompañado por el pianista cubano Alfredo Rodríguez y la baterista estadounidense Taylor Gordon (bajo el alias de The Pocket Queen), que tocarán en diciembre en Costa Rica, Panamá, Brasil, Argentina y Chile, reactualiza su leyenda del descubridor de nuevos talentos y padrino de los mejores artistas emergentes del momento. “Son los gatos más talentosos del planeta”, dice de ellos el maestro.
“Me honró trabajar con algunos de los mejores, y estos músicos no son la excepción. Todos y cada uno de ellos aportan algo especial a la mesa, y no tengo dudas de que el público los amará. Jacob es un maestro absoluto de su oficio y sabe cómo tocar casi todos los instrumentos. Dirty Loops son unos de los artistas más dinámicos que escuché y cuando los unes, simplemente te llevan a un siguiente nivel. Richard y Alfredo son realmente algunos de los mejores músicos que vi y saber que la gente los escuchará individualmente y juntos hace sonreír mi alma”, asegura.
La vida de Quincy Jones es de película. Alguien que se proyectó desde una infancia pobre y desvalida en su Chicago natal hasta la cima del mundo como productor-arreglador-director de dos de los mayores cantantes occidentales de la historia como Sinatra y Jackson. Con una conmovedora historia de vida en el medio, tal como puede verse en el excelente documental que su hija Rashida escribió y codirigió junto a Alan Hicks, Quincy (2018). Disponible en Netflix, la película recorre su vida a través de sus palabras y recuerdos, y por supuesto dedica un buen tiempo a retratar la particular química laboral que tuvo con Sinatra especialmente. Sobre Jackson -a quien en una sonora entrevista publicada hace un par de años, acusó de “ladrón” de canciones- el tono es menos laudatorio. Pero claro, el resultado artístico está por encima de todo. Alrededor de todo eso y centrado en Sinatra y Jackson versó este diálogo con Infobae Cultura.
- ¿Cómo fue trabajar con Frank Sinatra? ¿Cuál es, para usted, la mejor grabación que usted produjo con él?
- Frank no sólo era un artista: era un ser humano legendario. Él sentó un precedente para tantos que vinieron después suyo. Trabajar juntos cambió absolutamentemi vida. Nunca tuvimos un contrato, solo un apretón de manos. Simplemente no necesitábamos contrato cuando confiamos con nuestra música, nuestra vida, nuestras familias, lo que sea. Cuando nació mi hijo, Snoopy (alias QD3), Frank le dejó un regalo, junto con una nota que decía: "Querido Quincy Delight Jones III - ¡BIENVENIDO! Y deja que el tío Frank comience tu fondo universitario con la esperanza de que encuentres amistad, conocimiento y felicidad en lo que sin duda será un mundo mucho mejor que el que hemos estropeado. Amor, Francis ". Compartimos tantos recuerdos increíbles y, para ser honesto, amo toda la música que hicimos juntos, porque ¡No lo habría logrado si no me hubiera encantado!
- Trabajó con Michael Jackson en su momento de mayor popularidad y fama. ¿Qué recuerda de él? ¿Cómo fue la grabación de Thriller? ¿Cuáles considera que fueron sus principales contribuciones al sonido de ese disco?
- Cuando Michael y yo trabajamos juntos por primera vez en The Wiz, vi su ética de trabajo: conocía las canciones y los diálogos de todos en la película. Además, se levantaba muy temprano en la mañana para sentarse durante cinco horas en la sala de maquillaje. Era un joven que ya había tenido éxito, pero era tan dedicado que estaba dispuesto a hacer un esfuerzo adicional. Michael era un trabajador extremadamente duro, y ese era el denominador común que tenía con otros grandes artistas con los que había trabajado en el pasado. Entonces, cuando me pidió que lo ayudara a encontrar un productor para su primer disco en solitario, que se convertiría en Off The Wall, le dije que me gustaría intentarlo. Sabía que artísticamente tenía más dentro de él de lo que había mostrado anteriormente durante su tiempo en The Jackson Five, y como todos descubrimos pronto, eso era absolutamente cierto. Pero no se puede saber que un disco vendería más de 100 millones de copias cuando estás en las trincheras de las sesiones de estudio. Tenés que hacer lo que te pone la piel de gallina, porque si te gusta, entonces podés esperar que eso le suceda a alguien más. Nunca hice nada por dinero o fama. Una vez que comienzas a hacer eso, Dios sale de la habitación. Dio la casualidad de que Thriller era la tormenta perfecta del alma y la ciencia, y las personas se conectaban a esas canciones de una manera que nadie podría haber imaginado o predicho.
- Es famosa su amistad con Ray Charles, otro gigante de la música afroamericana. ¿Podría contarme alguna historia divertida que haya vivido con él?
- Realmente admiré todo lo que hizo, desde ser más independiente que muchas personas videntes así como todo lo que creó musicalmente. ¡Era como si alguien olvidara decirle que era ciego! Me enseñó braille, y también me enseñó mucho sobre música y la vida en general. Era extremadamente especial tener un vínculo con alguien como él, y nos mantuvimos lo más cerca posible hasta que falleció. Lo extraño más cada día que pasa pero me siento honrado de haber tenido la oportunidad de compartir nuestras vidas.
- Por último ¿cuál es su álbum favorito de todos los tiempos en el que participó?
- ¡Es como preguntar a qué hijo quiero más! No hay forma posible de elegir uno como favorito, simplemente porque cada artista con el que trabajé trajo algo diferente a la mesa. Ya sea el sentido de lo cool de Frank Sinatra, la voz de Ella Fitzgerald o la libertad creativa que tuve en mi disco The Dude, todos trajeron un nuevo nivel de alegría que simplemente no puedo expresar con palabras o clasificar en favoritos.
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