Esta semana se cumplió medio siglo del lanzamiento como simple de Something, la balada de los Beatles que aparece en Abbey Road, el último álbum que grabaron antes de la separación. Entre los hitos que ostenta la canción el que más se destaca es que fue el primer Lado A de la banda firmado por George Harrison.
Something demostró al mundo (y también a Lennon y a McCartney) que en los Beatles los compositores excepcionales eran tres.
Pocos días atrás Pattie Boyd, la primera esposa de George, recordó el cincuentenario de la canción con un tweet. En él mencionó los cientos de versiones de la canción y elegía una de ellas: la que le escuchó cantar a George en la cocina de la casa de campo que compartieron durante años. Pattie, a lo largo del tiempo, cimentó la leyenda de que ella fue la inspiradora de ese gran tema de amor. De ser así habría que otorgarle el galardón de gran musa del rock: la mujer que inspiró Something y Layla de Eric Clapton merece el halago.
La trastienda de una canción rechazada que se convirtió en clásico
Una tarde de 1968 mientras los Beatles se encontraban grabando el Álbum Blanco, George se sentó al piano en un estudio vacío y compuso en pocos minutos las partes fundamentales de Something. Paul estaba en otro estudio haciendo unas tomas para otro tema. La canción apareció sin mayores complicaciones, le resultó demasiado fácil componerla. Eso llevó a George a dudar de su calidad. Uno de los técnicos que la escuchó le dijo que era buenísima. Que grabaran esa en el álbum doble y no Piggies. George le preguntó si de verdad le parecía tan buena. Y resaltó el de verdad. Le contó que no la pensaba para los Beatles sino que quería dársela a Jackie Lomax, ex líder de The Undertakers, y nuevo artista de Apple. La canción no entró en el Álbum Blanco.
George adujo que eso sucedió porque cuando la creó ya habían cerrado la lista de temas. Pero no parece ser cierto. Luego de esa tarde en el piano, los Beatles siguieron grabando y componiendo cuatro semanas más para ese LP. Después entraron a grabar Get Back, el disco que finalmente salió al año siguiente con el título de Let it be y que fuera el último lanzamiento de la banda. En esas sesiones los cuatro de Liverpool hicieron cinco versiones distintas de este tema al que todavía le faltaban algunas líneas de lo que sería la letra final. Pero Something otra vez fue descartado. Recién en las sesiones de Abbey Road la canción quedó en el repertorio.
Esto indica cuál era el lugar de George compositor en el grupo y cómo era visto en esa función por la dupla principal. Los compañeros lo subestimaban. Su autoestima no estaba por las nubes ya que rápidamente quiso ceder el tema para un artista menor como Lomax (el primer single de él finalmente sería otra canción de George: Sour Milk Sea). También pensó en dársela a Joe Cocker (de hecho su versión apareció muy cercana en el tiempo que la de los Beatles). En una entrevista de la época, George afirmó que nunca sabía cuando algo era comercial o no, cuando un tema funcionaría. Y eso, sin dudas, es lo que sucedió en este caso. A partir de Something todo cambió, sin olvidar que en ese álbum, Abbey Road, otro aporte de George fue Here comes the sun. Que George dudara de sus habilidades compositivas era algo natural. A su bajo perfil se debe sumar la sombra de los dos monstruos mitológicos con los que convivía. Componer en los Beatles era como intentar patear un tiro libre en un equipo que tiene a Maradona y a Messi.
Un clásico inmediato e invencible como esta balada tuvo que esperar al tercer disco para ser incorporada por los otros. Paul y John no le daban espacio y miraban con desdén las capacidades creadoras de George. Pero su talento se logró imponer. Lennon, muchos años después, trató de justificarse diciendo que “hubo un período algo vergonzoso en que las composiciones de George no estaban a la altura del resto y nosotros tratábamos de disimularlo”. Pero tras la salida del disco debió reconocer que Something era la mejor canción del disco. Por su parte McCartney dijo que esa era la cima del aporte autoral de George al grupo.
El costado cauto y discreto, poco estentóreo, de George hizo que se tardara en reconocer su talento y que durante décadas aún grandes figuras de la música no identificaran su aporte. Dos anécdotas al respecto. Frank Sinatra fue zarandeado por los años sesenta. La irrupción del rock y de la música joven lo habían descolocado. Había dejado de ser el artista más taquillero. Ya no le bastaba con el cancionero de Tin Pan Alley y decidió bucear en esa música nueva (que ya tenía más de una década). Decidió versionar Something. Su interpretación es correcta (impecable, en realidad: el estándar de Sinatra) pero no logra conmover ni transmitir el espíritu del tema. Frank dijo que era la mejor canción de amor de los últimos 50 años. Eso sí cuando la presentaba en sus conciertos decía que la habían compuesto Lennon y McCartney. A fines de la década del setenta, Michael Jackson y George Harrison se encontraron en los pasillos de un gran estudio londinense. Michel estaba por lanzar Off the Wall. Un periodista inglés grabó la charla entre ambas estrellas. En un momento Michael elogia a Something; George, con algo de timidez, le dice que él la había escrito. Jackson saltó de su asiento sin poder creer el nuevo dato. No sabía que el tema era de Harrison. Era tan bueno que creyó que tenía que haber sido creado por John y Paul.
Una unidad de medida posible para determinar cuándo una canción pop es buena: la cantidad de covers que genera de otros artistas prestigiosos.
Después de Yesterday, Something es la canción del grupo de Liverpool con más versiones. Más de 150 artistas la grabaron. Sin embargo para entender el verdadero impacto de esta obra veamos quienes la grabaron en su primer año, es decir entre noviembre de 1969 y noviembre de 1970. La lista abruma: Peggie Lee, Tony Bennett, Joe Cocker, Dionne Warwick, Shirley Bassey, Isaac Hayes, O’ Jays, Martha Reeves and The Vandellas, Carmen McRae, Bobby Womack, George Benson y otras dos decenas de artistas. Al año siguiente la versionó una trilogía insuperable: Sinatra, Elvis Presley y Ray Charles.
“En su momento no me produjo nada especial que Sinatra grabara la canción. Él era de una generación anterior a la mía. Unos años después me di cuenta de la magnitud del hecho y sí me conmocionó. Pero en los primeros años las versiones que me movilizaron fueron las de Smokey Robinson y James Brown”, dijo George Harrison a mediados de los noventa.
El primer verso de la canción (Something in the way she moves) surge de una canción de esa época que James Taylor había compuesto y grabado para Apple, el sello de los Beatles. Al darse cuenta de la similitud (en realidad, la plena coincidencia) de la frase, George trató de modificarla pero no encontró algo mejor o que se ajustara a lo que él quería. La canción sólo admitía que el inicio fuera ese. En las sesiones de Get Back se lo escucha a George pedir ideas a los otros tres para encontrar la palabra adecuada para completar el segundo verso. John le recomienda utilizar cualquiera y seguir adelante, que luego aparecería la palabra justa.
Otra muestra del cambio de paradigma que produjo la canción, de cómo la confianza de George se había desarrollado es la anécdota que relata Geoff Emerick, ingeniero de sonido del disco en su libro de memorias: en una de las tomas Paul intenta con su bajo una línea sofisticada y algo recargada; hasta que llega la voz calma y segura de George pidiéndole que toque con más sencillez. Una escena impensable un tiempo atrás: George diciéndole a McCartney como tocar el bajo. La ventaja de componer clásicos instantáneos.
Una digresión: Entre las grandes virtudes y logros de George se suele mencionar que fue el primer Beatle en tener un éxito solista con el triple All things must pass, que fue pionero de la World Music y de los conciertos a beneficio, que fue productor de los Monty Python, de su búsqueda espiritual, de su falta de pomposidad, de esa actitud rocker altanera e infantil. Pero una de las características que más llama la atención de él es la calidad y bagaje de los amigos que tuvo.
En un ámbito donde las alianzas son pasajeras, en el que sólo comparten noches de juerga, en el que los egos obstaculizan relaciones sinceras y paridad, George Harrison es la celebridad de los grandes amigos. El Beatle tuvo los mejores amigos del mundo. Una enumeración no taxativa: John Lennon, Paul McCartney, Bob Dylan, Jackie Stewart, Los Monty Python Eric Idle y Gilliam, Eric Clapton, entre otros. O lo que es lo mismo: los mejores compositores pop de la historia, el poeta que cambió la música popular, uno de los tres grandes pilotos de todas las épocas de Fórmula 1 , dos de las personas más graciosas de la tierra y el guitarrista al que para describir su talento tuvieron que recurrir al apodo de Dios.
La historia de amor detrás del tema
A pesar de las afirmaciones de Pattie (en sus memorias publicadas en el 2007 no es tan terminante y sostiene que cree que se inspiró en ella: “George era demasiado callado para confesármelo, pero un día me hizo escuchar esa canción y supe que era para mí. Me enloqueció por completo”), George negó que la canción haya sido escrita pensando en ella. Un Beatle en esos años podía tener muchos amores. George contó que la escribió con la mira puesta en Ray Charles y en su voz, para que se ajustara al estilo del cantante ciego. Hay también quienes sostienen que la inspiración es la filosofía hindú en la que George se había sumergido y que el destinatario es Krishna. George creía que la gente afirmaba que había escrito la canción con Pattie en mente se debía a que el video promocional de Something era un collage de imágenes caseras y cotidianas de cada uno de los Beatles con su esposa: Paul y Linda, John y Yoko, Ringo y Maureen, y George y Pattie.
Pattie y George se conocieron en 1964. Ella era modelo y el encuentro se dio en el rodaje de A Hard day´s night, la primera de las películas del cuarteto. Luego se casaron y vivieron juntos hasta 1974, año en el que se divorciaron. Pero en el medio apareció Eric Clapton, gran amigo de George y por un tiempo cuñado de Pattie, ya que salió con su hermana menor. Pero Clapton se enamoró de Pattie. Y su obsesión no lo abandonó por años. Buscaba cualquier excusa para encontrarse con ella. Contando su deseo por Pattie, la historia de ese amor que parecía imposible, compuso Layla. Su novia, hermana de Pattie Boyd, lo abandonó apenas escuchó la canción por primera vez. Supo con claridad de quién estaba hablando.
Una noche de 1969, George se quedó en su casa y Pattie fue a una fiesta. Allí estaba Eric Clapton. Pattie y Eric se besaron y se mimaron casi toda la noche. En un momento George ingresó imprevistamente en el salón. Y vio como su esposa se besaba con su amigo. Eric Clapton no ayudó a tranquilizar a George. "Estoy completamente enamorado de Pattie", dijo. George le preguntó a Pattie, sin levantar la voz, qué pensaba hacer. Ella respondió: "Me vuelvo a casa con vos". En 1974 George se separó de Pattie. Al poco tiempo ella comenzó a salir oficialmente con Clapton. Se casaron en 1979. Y George (ya casado con Olivia) fue uno de los invitados de honor. Fue la vez que más cerca estuvieron los Beatles en reunirse. Lennon también invitado no concurrió. En el escenario de la celebración Paul, George y Ringo tocaron varios clásicos y entretuvieron a los invitados al casamiento.
George con los años explicó su actitud magnánima: "Nuestra relación ya estaba rota. Así que ella estaba en su derecho de hacer su vida. Mejor que lo haga con amigo que uno sabe que es buena gente", dijo. Aunque también se dio el gusto de aplicar su ironía con Clapton: "Eric se enfureció porque yo nunca me enfurecí. Eso lo desconcertó por completo".
Ravi Shankar, el maestro del sítar que George dio a conocer al mundo, decía que Harrison poseía Tyagi, una palabra en sánscrito que significa tener una gran capacidad de desprendimiento o de renunciamiento. Esta historia es una de las pruebas más cabales. Lo mismo que la ocasión en que abandonó la banda cansado del mal clima o de la manera en que asumió la ruptura, saliendo adelante, forjando una notable carrera solista.
Something llegó al medio siglo de vida. Todavía se discutirá por otros tantos años quien fue la musa que inspiró la canción o si es la mejor canción de Abbey Road. Lo que no admite debate es que George Harrison con ese tema logró un lugar en el olimpo de los creadores de canciones, un sitio que le correspondía hacía tiempo por derecho propio y que nadie ya le iba a poder disputar.
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