El documental El silencio de otros, producido por Pedro Almodóvar y dirigido por Almudena Carracedo y Rober Bahar, muestra la lucha silenciada de las víctimas del régimen franquista, que continúan buscando justicia hasta nuestros días.
La pieza -que fue filmada a lo largo de seis años, acompañando a las víctimas y los sobrevivientes del régimen que confrontan un "pacto del olvido" sobre los crímenes que padecieron- busca de manera intimista pensar el pasado desde el presente a patir de la hipótesis de que es imposible avanzar sin justicia, porque los crímenes de lesa humanidad no proscriben.
El reconocido abogado argentino de derechos humanos, Carlos Slepoy, sostiene desde la denominada "justicia universal", que estos crímenes deben ser perseguidos en todo tiempo y todo lugar en los distintos tribunales del mundo. En abril del 2010, arrancó la Querella Argentina para que la justicia de nuestro país investigue y sancione a los responsables, dado que en España no se puede juzgar a los autores porque hay una ley que los amnistía.
"Es simplemente un olvido, una amnistía de todos para todos, un olvido de todos para todos, una ley puede establecer el olvido, pero ese olvido ha de bajar a toda la sociedad. Hemos de procurar que esta concepción del olvido se vaya generalizando porque es la única manera que podamos darnos la mano sin rencor", con estas palabras arranca el film mostrando como el Congreso de los Diputados de España en 1977 daba a conocer la Ley de Amnistía que venía a poner punto final al franquismo pero también cerrando, con el Pacto del Olvido, la posibilidad de pedir justicia a cientos de miles de españoles que lo sufrieron mediante la desaparición de personas, torturas, robos de bebés, esclavitud, entre otros crímenes de estado cometidos desde el golpe de estado fascista en 1936 hasta 1975.
Entre los casos que revela el film están los de Paqui Maqueda Fernández y Kutxi Echegoyen, ambas querellantes y miembro de distintas asociaciones que buscan justicia. Son parte de los protagonistas del documental y de la querella que pide justicia de una vez por todas. Ellas viajaron a la Argentina para presentar el documental y también para declarar ante la jueza Servini de Cubría.
-¿Cuál es su reclamo particular como querellantes?
Kutxi: Mi reclamo y el de la asociación que represento es por las torturas cometidas por la Brigada Político Social durante el franquismo contra miles y miles de personas. Soy parte de La comuna presos y presas del franquismo y estamos dentro de la coordinadora estatal en apoyo de la querella argentina en la que participamos distintos colectivos con distintos temas, como es el de fosas comunes o bebés robados.
Paqui: Tengo varios familiares en fosas comunes y un hermano desaparecido. Todo lo que era el abanico represivo que la película lo refleja tan bien. Mi bisabuelo, Juan Rodríguez Tirado, está en una fosa común, en mi pueblo, Carmona.
– ¿Cómo ha impactado en la sociedad española el documental?
K: Nos alegró mucho ya que es una forma de llegar a las personas, en especial a la juventud. En los colegios no se habla ni se explica nada acerca del tema. No se llega ni siquiera a la segunda república cuando repasan la historia. Por esa razón, es normal que la juventud no tenga idea del tema. Lo que esta película está haciendo es maravilloso. La primera reacción de ellos es la indignación porque dice que se les ha ocultado lo que ha pasado en su propio país. Muchos empiezan a hablar en sus casas. Se trata de un debate donde los padres o los abuelos se están abriendo a explicar lo que sucedió en sus vidas y en general en la sociedad. Está teniendo entre los chavales una aceptación impresionante, quieren apoyar, ayudar y organizarse. Es una lucha que se está extendiendo masivamente. En el estado español lo han visto ya más de un millón de personas, pero queremos llegar hasta el último rincón con charlas y coloquios. Como es una película que tampoco se posiciona de manera latente, la pueden ver todo tipo de persona, incluso las personas que no comulgan con este tipo de cosas o que han sido de derecha toda la vida.
P: El documental habla de derechos humanos y si hubiera en España una derecha sensata que lo entendiera así esto posiblemente se hubiera resuelto hace mucho tiempo, pero sigue habiendo una negación de lo que pasó. Mientras eso no se acepte como una herida social que hay que curar para que cierre, todos los que estamos reclamando, desde familiares de víctimas directas hasta personas que fueron torturadas o tienen hijos robados, no vamos a dejar de luchar.
– ¿Por qué creen que es tan difícil el pedido de justicia en España?
P: Esto ocurre porque no hubo una justicia transicional que se ocupe de ese tiempo en que se sale de una dictadura y se entra en democracia. Donde había que reconocer a las víctimas, señalar los delitos y los involucrados y repara a los damnificados. Cada país que pasó situaciones similares lo han hecho a su manera no quiere decir que uno sea mejor o peor. Es algo que España no tuvo. Se acabó el franquismo y todos los franquistas se despertaron al día siguiente como demócratas y eso no es verdad, no es ni siquiera natural. Ellos han seguido en las instituciones, como la policía o los partidos políticos. Gran parte de ellos hoy siguen dirigiendo. De todas formas, no solo hay franquismo en las instituciones, hay partidos que no son franquistas, que son de izquierda que tienen que colaborar de una vez por todas con las víctimas y sus reivindicaciones. Concretamente estoy hablando del partido socialista que hoy tiene que colaborar de una manera más rotunda ante nuestro pedido justicia y verdad. Hubo pasos muy importantes como leyes, quita de símbolos pero todavía hay una tremenda impunidad y si los partidos de izquierda llegan al poder tienen la responsabilidad de hacerlo. Es un problema muy serio que nos empuja a venir a la Argentina, mientras que no se abran allí las denuncias de los casos tendremos que seguir viniendo.
K: Hemos tenido muchos avances. Por ejemplo, este tema está en la agenda política de los gobiernos. Lo que valoramos mucho es la repercusión a nivel social porque todo lo que se consigue es a través de la movilización. Es un recorrido muy largo pero tenemos que pensar en todo lo que se avanzó. Hasta el 2010, esto ni se hablaba, mucho menos en las instituciones que hemos perseguido como locos y nos han tenido que escuchar. Ojalá haya más países como la Argentina que también a través de la justicia universal asuma esta querella, cuanto más países se suman.
– España acompañó causas que permitieron entre otras cosas la detención del dictador chileno Augusto Pinochet, ¿cómo viven esa contradicción?
P: España tiene que barrer su casa y dejarse de meter la suciedad debajo de la alfombra antes de dar lecciones. Siempre decimos, la transición fue un momento de muchas luces, se ha hablado mucho se ha puesto como ejemplo pero tuvo muchas sombras y ya es momento, después de cuarenta años, de enfocar, darle luz a esas sombras y hablar de eso. De sacar a las 114 mil personas de las cunetas, las dos mil fosas comunes y los 30 mil niños robados. Esas son cifras que maneja el estado que no deben enorgullecerlo. Somos el segundo país del mundo con más desaparecidos después de Camboya. Eso no es para que España vaya dando lecciones de nada a nadie y menos de reparación y de memoria. Muchos países de Latinoamérica como Argentina, Chile o Guatemala están enjuiciando a los responsables.
K: Hablando de Latinoamérica, el documental esta sirviendo mucho para dar una visibilidad también a nivel internacional, sumándole el acompañamiento de la plataforma de apoyo a la querella argentina, las madres y abuelas de Plaza de Mayo y las asociaciones de Derechos H
umanos que están actuando en muchos más países. Sin todas estas organizaciones, el trabajo sería mucho más arduo. Aquí hemos recogido un apoyo y un amor y una solidaridad tremenda del pueblo argentino, ha sido tremenda.
– ¿Cuáles creen que serán los próximos pasos de esta lucha?
P: Este documental tendría que proyectarse en colegios y universidades. Es un vehículo de conocimiento de la historia reciente de España, estamos hablando de sucesos del siglo XX, sigue siendo tan actual mientras haya fosas comunes y no se exhumen esos cuerpos y se entierren dignamente, estamos hablando del presente. Además, hay 30 mil niños robados que tienen una identidad que no es la suya. Es muy duro no tener ni un niño recuperado porque en España no hay políticas para recuperar niños ya que el estado no reconoce el robo de bebés en el país. No hay bancos de ADN públicos, entonces archivan las denuncias, entre ellas la de mi hermano. El Estado debe admitir que ha habido graves violaciones a los derechos humanos y poner en marcha toda una batería de políticas públicas de reparación.
– En el documental se ve claramente cómo la juventud desconoce que ha ocurrido durante el franquismo, ¿creen que eso está cambiando?
P: Sí, pero no como política de estado. Hay profesores que, de manera particular, se implican y nos llaman para dar charlas y que contemos lo que hacemos, contamos de los desaparecidos, dejamos que pregunten. Nosotros les proponemos a los jóvenes que cuando salgaís pregunten en sus casas ya que seguro tendrán historias ya que la represión fue brutal y es raro que no haya una familia afectada. Sin embargo, los mecanismos de olvido se han puesto en funcionamiento y muchas no quieren recordar. A todos nos ha costado. En mi caso, hace algunos años, supe lo que había pasado con mi familia, con mi tío, mi bisabuelo y mi hermano. La represión fue tan dura que hubo muchas familias que decidieron olvidar para preservar al resto. Cerrar ese capítulo. Eso pasó de generación en generación. Nunca es tarde para recuperar ese pedazo de tu historia y sanar esa herida. Pero tiene que llegar la reparación. Es un reclamo fundamental.
-¿Qué les ocurre con el resto de la sociedad que prefiere cerrar ese capítulo y no hacer justicia?
P: Quien quiera olvidar que olvide, pero los que conocemos y hemos luchado por no olvidar y trabajar en este tema vamos a seguir adelante por mucho que nos digan. Para nosotros si que es necesario cerrar la herida y la cerramos así. En España, lo malo es que esta política pública de reparación siempre va de la mano de un partido político por ende que cuando llega uno más a fin a nosotros, empiezan a quitar los nombres de las calles o los símbolos, pero a los cuatro años cuando cambia de gobierno llega otro que va todo para atrás. Eso no debería estar en mano de los gobiernos sino que sea una política pública intocable, que sea algo orgánico. La organización y el reclamo civil es algo que paraliza a los gobiernos cuando quieren retroceder. Tiene que haber una ciudadanía pendiente. Ahora mismo somos quijotes luchando contra los molinos de viento. Somos conscientes del poder que tenemos enfrente que se niega a que haya una mínima reparación. Sabemos que reconocer los crímenes es replantearse todo lo que ha pasado desde la transición. Tarde o temprano tiene que haber reparación. Tengo la esperanza que las próximas manifestaciones que hagamos sean súper masivas.
-¿Qué sentimientos surgen después de tanto tiempo poder declarar ante un juez por primera vez?
K: Te vas con la satisfacción de poder expresarte delante de un tribunal cuál ha sido tu caso, toman nota y sigue el proceso que tenga que seguiremos. Para todos se trata de la primera vez que hay toma tu caso y te da la certeza que se puede pelear y tenes el apoyo de necesario para que ocurran las sentencias que necesitamos para reparar todo el daño que se ha hecho. No queremos revanchismos, solo justicia.
Este valiente documental ha recibido decenas de premios entre ellos el del Festival Internacional de Cine de Berlin y el Goya al mejor documental y destaca el trabajo de la Dra. Romilda Servini de Cubría jueza de la causa que año tras año va sumando nuevos querellantes. Una causa que tiene sus momentos satisfactorios, cuando logran abrir fosas comunes y reconocer aquellos cuerpos que llevan años enterrados sin saber su identidad o cuando llaman a declarar a aquellos represores como Antonio González Pacheco, más conocido como Billy El Niño. Pero también tiene sus costados más tristes al ver cómo el gobierno español pone trabas para que el Consulado argentino en Madrid que disponga lo necesario para realizar las testimoniales vía conferencia por internet, sin tener que atravesar el Atlántico o conocer las historias de aquellos que mueren sin poder hacer justicia.
*El documental se puede ver en CABA: Cosmos UBA (Av. Corrientes 2046), MALBA (Av. Pres. Figueroa Alcorta 3415) y en el Arte Multiplex (Av. Cabildo 2829). Además, hay funciones en Córdoba, en el Cineclub Municipal Hugo del Carril.
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