Imperios, magia, reinos distópicos, realismo, vampiros, licántropos. Y más. El universo de la literatura infantil y juvenil (Young Adults) resulta inabarcable y parece expanderse cada vez más. Y el público, responde.
Hace menos de una década, era casi utópico pensar en que diferentes autores del mundo del fantasy realizaran giras por el mundo. Sin embargo, hoy resulta imposible que no suceda, sobre todo a partir del fenómeno Harry Potter. Las pruebas de su repercusión entre los lectores jóvenes no solo se encuentran en las ventas, sino también en los cientos de personas -sino miles en mega eventos como la Feria del Libro de Buenos Aires- que se acercan para poder conocer a sus escritores favoritos, sacarse una selfie, llevarse un libro autografiado.
Para conocer más sobre este fenómeno, Infobae Cultura dialogó con las autoras estadounidenses Kiersten White (Utah, 1983) y Sara Holland (Minnesota, 1993), quiens visitaron Buenos Aires como parte de una mina gira que también comprendió la Feria del Libro de Lima, Perú.
White ya lleva más de 10 publicando e incursionó en diferentes géneros, como el fantasy, la ficción histórica, la paranormal con títulos como Juegos Mentales, Hija de las tinieblas, Hija del Dragón o La última cazadora. Por su parte, Holland recién comienza su recorrido, con dos títulos muy exitosos como Everless y Evermore. Ambas son un fenómeno de ventas en su país.
Siendo su primera vez en esta parte del mundo, no dejaron de sorprenderse por la recepción de sus lectores, de la misma forma que le sucede a los músicos cuando llegan a estas tierras: la pasión. "Todo el mundo aquí es muy afectivo. Tienen una manera de expresar su alegría y son muy abiertos, lo que es muy diferente a lo que sucede en EEUU", comentó White en el inicio de una entrevista en la que repasaron no solo sus claves creativas, sino también las que ellas consideran esenciales para escribir una buena historia. A continuación, una entrevista en la que revelan sus secretos y proyectos:
–A partir de la experiencia con lectores tan demostrativos, ¿por qué cree que sucede?
White: Cuando leés un libro durante tu juventud, la historia es tan vívida que se queda contigo por el resto de tu vida. Cuando lo haces de adulto, quizá lo ames, pero no te penetra tanto. Por eso es tan excitante escribir para autores adolescentes y jóvenes, porque el impacto que esas historias tienen en ellos es muy poderoso.
–Conociendo este tipo de reacción, ¿eso las condiciona como autoras?
Holland: Cuando escribo trato de no pensar en si les va a gustar o no, sino que escribo para mí. Aunque trato de crear historias que yo hubiese amado durante mi adolescencia y que yo también disfrute escribir. Y espero que a partir de eso se pueda generar una conexión a partir de un factor común entre los lectores y yo.
–¿Cuáles creen que son esos puntos de conexión?
H: Creo que todos tenemos algunas obsesiones sobre las que nos gusta escribir. En mi caso, a mi me interesa mucho el momento en que te das cuenta de que tus padres no son perfectos o en que ya no puedes apoyarte del todo en tu familia y tienes que volverte independiente como nunca antes.
W: En mi caso me gustan muchos las historias donde haya hermanos, yo tengo tres hermanas y un hermano. Me fascina cómo se puede crecer en un mismo ambiente y con las mismas personas y nos convertimos en personas muy diferentes. Entonces el factor de la familia aparece mucho en mis libros. Y mucho tiene que ver con esa sensación de que uno es una persona individual y que tenes que dejar de depender de tus padres o tus hermanos y cuando eres adolescente todavía está ese hueco y tienes que ser responsable por tu familia, no puedes ser completamente un individuo independiente y creo que eso es una historia universal, sea para lectores jóvenes o adultos creo que todos pueden relacionarse con eso. Sentir que uno está listo para ser uno mismo, pero a la vez todavía existe una fuerza en tu interior relacionada a tu historia y el lugar de donde provienes.
–¿Cómo es el proceso a partir del cual una idea se convierte en un libro?
W: En mi caso depende del libro. La última cazadora tiene el mismo escenario que Buffy, la cazavampiros, el viejo programa de televisión, y fui contratada para hacerlo. Me lo ofrecieron y me encantó porque era muy abierto, podía escribir la historia que quisiera y construir al personaje. Entonces hice mucho trabajo de planeamiento antes de empezar, aunque eso no es lo más común. Por ejemplo, con Juegos Mentales tuve una idea que me encantaba, entonces me senté a escribirlo y en una semana tenía el primer borrador. Era tan divertido contarme a mí misma la historia que apareció muy rápido en mi mente. Cuando eres un autor de carrera cada libro surge de una manera diferente, pero para mi lo más importante es que la historia me motive y me importe.
H: Para mi es importante tener el personaje y la idea, aunque todavía no reconozco cómo se produce la química entre ambos. En Everless estaba interesada en escribir sobre esa cuestión de que el tiempo es dinero, básicamente porque me había mudado hacía poco y tenía tres trabajos al mismo tiempo. La vida era muy complicada. Entonces solo deseaba chasquear los dedos y tener más tiempo. Pero el libro no creció dentro mío hasta que encontré el personaje principal. Tenía la imagen de una joven que estaba en pleno desarrollo y la introduje en la idea del tiempo y allí todo arrancó.
–¿Cuáles consideran que son las claves que generan que los jóvenes se vuelquen a sus historias?
W: Creo que ayuda mucho que el escenario sea inventado. Si se piensa en géneros como el fantay, los thriller o la ciencia ficción, estos te permiten crear historias verdaderas, reales, pero debes hacerlo alejándote unos pasos, para poder hacerlo de manera más grande y la cuestión emocional está allí. Eso le permite al lector disfrutar de historias y a la vez de experimentar ciertas emociones de una manera segura. En mi caso, yo amo el horror, porque permite mirar de cerca a cuestiones escabrosas, oscuras, desde un lugar seguro, porque es ficción. Entonces, aunque escribas sobre temas de la vida real es una historia inventada, por lo que hay un elemento de seguridad.
H: Creo que el fantasy y la ciencia ficción te dan muchas herramientas ya que permiten crear un mundo muy amplio y así transmitir historias que de otra manera deberías buscarlas en otro contexto. También sé que algunos lectores jóvenes y también adultos se sienten atraídos a estas historias porque el mundo real no les da ningún tipo de contención. No importa si son espías, reyes y reinas o magos, estos libros permiten que los jóvenes tengan el control, pueden genera una sensación de poder real mientras se los lee.
–¿Cuáles son sus próximos proyectos?
W: Mi próximo título es la secuela de La última cazadora, que se llama Chosen aunque no sé aún cómo será el nombre aquí. Y después saldrá la primera obra de una nueva trilogía, El engaño de la princesa, que sucederá en Camelot y tendrá como centro a la reina Guinevere, aunque en este caso no es siempre Guinevere sino que va cambiando para proteger al rey Arturo de amenazas mágicas. Fue muy difícil, pero a la vez muy divertido escribirlo.
H: Dentro de poco saldrá Evermore, la secuela de Everless en latinoamérica, y después estoy escribiendo una obra de fantasía contemporánea, que sucede en el mundo actual en Colorado y que sigue la vida de una chica y su tío, que tiene un hotel en las montañas que es el punto de encuentro secreto de tres mundos mágicos. Cada verano, personas de todo el mundo van al hotel para tener sus reuniones, sus fiestas, hasta que sucede un crimen que la niña tiene que resolver.
–¿Consideran que sin Harry Potter quizá el segmento de jóvenes-adultos no tendría la fuerza actual?
W: Cuando salió Harry Potter yo ya iba a la Universidad, pero sin dudas creo la base para que se escriban más historias del estilo en todo el mundo. Después aparecieron Twilight y Los juegos del Hambre y mostraron que había un gran mercado para este tipo de historias.
En muchos libros para adultos uno lo lee y siente que nunca pasa nada. Puede estar escrito de manera hermosa, pero no pasa nada. En cambio, los niños o adolescentes no leen un libro porque sienten que deben hacerlo, los adultos sí, lo hacen todo el tiempo. Entonces hay que asegurarse que cada página, cada oración, cada escena sea excitante y hace que la historia se mueva mientras mantiene su atención. Y creo que la aparición de estos libros le hizo darse cuenta, no solo los niños y los adolescentes, también los adultos, de que es divertido perderse en estas historias, que es divertido leer algo solo para disfrutarlo.
H: Creo que más allá de que es importante de que los protagonistas sean jóvenes, también resulta importante que no esté escrito desde el punto de vida de un adulto. Hay varios libros que tienen esa perspectiva joven antes de la aparición de Harry Potter como Rebeldes (The outsiders, Susan Eloise Hinton, 1967) o los libros de Roald Dahl con esa mentalidad de que el mundo puede ser cualquier cosa, que es algo muy característico de estas historias. Pero sin dudas, la aparición de la saga Potter hizo que los editores dijeran 'waw, tenemos que publicar más de esto'.
–Las dos son de generaciones lectoras diferentes, ¿pueden encontrar puntos de encuentro?
W: Es muy interesante ver como en mi generación había lecturas compartidas, libros que todos habíamos leído y nos unían. Hoy eso ya no es así, hay tantos autores e historias que resulta imposible que las nuevas generaciones terminen leyendo lo mismo.
H: Es verdad, son pocos los libros que todos leímos. El mercado explotó de tal manera que va a resultar muy interesante ver dentro de algunas años, qué es lo que sucederá con quienes hoy son adolescentes cuando sean adultos. ¿Continuará leyendo estas historias?
–¿Podrían recomendar tres autores cada una?
W: Alex London, Mandy Taylor y Angie Thomas
H: Dhonielle Clayton, Marie Lu y Mandy Taylor
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