David Lynch dijo alguna una vez que si quiere ver cosas extrañas solo tiene que salir a su patio trasero. El guionista inglés Russell T. Davies resignifica esa frase mostrando en su nueva miniserie Years and Years que no es necesario leer la novela La guerra de los mundos para tener miedo, o hacer una maratón de las películas de la Hammer donde Christopher Lee es el Conde Drácula para sentir que estamos dentro de una historia de terror. Solo basta con mirar por la ventana para descubrir que la amenaza para la humanidad está frente a nuestros ojos: desde el viraje a la ultraderecha en Europa, la realidad del Brexit, la política xenófoba de Donald Trump, las consecuencias del calentamiento global y el peligro nuclear hasta la flexibilización laboral extrema, a partir de la explosión de varias aplicaciones que desligan a los propietarios del negocio de la responsabilidad con sus trabajadores. "La vida es mucho más loca que cualquier cosa que puedas inventar", le respondió Russell T. Davies a un periodista cuando le preguntó cómo se le ocurrió el argumento de la serie.
Trailer de "Years and Years"
Producida por Red Production Company y distribuida en Reino Unido por la BBC y en Argentina por HBO, Years and Years es un relato dramático que tiene como protagonista a una familia británica. Pero la serie es, ante todo, una obra de ciencia ficción, el género narrativo que toma una idea y la lleva hasta el límite usando como regla el rigor de la ciencia.
La política, la religión y la sexualidad han sido siempre constantes en la ciencia ficción mundial, y particularmente en la británica, desde La Máquina del Tiempo de H.G. Wells hasta El cuento de la criada de Margaret Atwood. Years and Years se ubica entre una y otra, presentando un mundo catastrófico a lo largo de muchos años, entre cambios tecnológicos y geopolíticos. Mientras tanto, un partido llamado Cuatro Estrellas, liderado por Vivienne Alison Rook (Emma Thompson), gana espacios de poder en Reino Unido gracias a declaraciones en los medios que alternan demagogia expresa con comentarios propios de la más rancia derecha. Una aspirante a Primera Ministra que genera amores y odios escupiendo en televisión que a ella, el conflicto entre israelíes y palestinos "le importa una mierda."
La pregunta es: ¿cuánto falta para que el mundo de hoy se convierta en la realidad que vive la familia Lyons? ¿Qué estamos haciendo para no despertarnos mañana siendo protagonistas de Years and Years? (si es que acaso no tenemos ya un pie en ese territorio minado). En el terreno abonado por Black Mirror florece Years and Years. Ambas series de ciencia ficción eminentemente políticas, pero muy distintas entre sí. Black Mirror en su primera temporada de 2011 se caracterizó por ser disparatada y grotesca; Years and Years es, en cambio, contenida y tan sobria que solo se permite una nota discordante: la clave grotesca en la que está el personaje de Emma Thompson, y solo en sus apariciones públicas.
La única coincidencia entre ambas series es el actor Rory Kinnear: quien hace el papel de uno de los hermanos Lyons es aquel recordado premier británico que en el primer episodio de Black Mirror se veía obligado a copular con un cerdo porque esa era la demanda extorsiva de un grupo terrorista. Por otro lado, el vínculo de Russell T. Davies con la ciencia ficción es anterior al estallido de Black Mirror: ya en 1991 el guionista inglés creó la miniserie Dark Season, con una jovencísima Kate Winslet.
Hacía tiempo que en televisión (y/o plataformas de streaming) no había tantos programas de ciencia ficción a la vez: en el presente se pisan la cola del vestido Years and Years, la última temporada de Black Mirror, Star Trek: Enterprise, Maniac, Doctor Who encarnado por Jodie Wittaker y la nueva Twilight Zone narrada por Jordan Peele. No es una casualidad: tal vez la única manera de entender y salvarnos de nosotros mismos sea a través de la ciencia ficción, que es capaz de mostrarnos el posible futuro en un abrir y cerrar de ojos.
Lo primero es la familia
Cada episodio de Years and Years inicia con un contador analógico. Los números de color blanco que contrastan con el fondo negro pasan delante de nuestros ojos de manera veloz, hasta volverse imperceptibles como los símbolos de las máquinas tragamonedas cuando el jugador baja la palanca. Ni cerezas, ni campanas, ni uvas violetas. Luego de un conteo ascendente que nos traslada a un futuro donde reina la oscuridad, los números se transforman en letras que forman: Years and Years. Russell. T Davies nos da la oportunidad de convertirnos en Doctor Who y viajar en el tiempo a través de la televisión, como si fuera la Tardis.
El primer capítulo comienza con el rostro de una Emma Thompson con un look muy formal, interpretando a Vivienne Rook. "Yo ya no entiendo el mundo. Hasta hace años tenía sentido. La izquierda era la izquierda. La derecha era la derecha. América era América. Yo no sabía encontrar Siria en el mapa", declara en un programa de televisión. Daniel (Russell Tovey), un joven gay que trabaja asistiendo a refugiados, integrante de la familia Lyons no está mirando la TV. Se sienta de espaldas a la candidata. "¿Quién es ella?", pregunta. "Quién sabe", le responde su novio despreocupado. "Besaba a los niños, apagaba la luz y esperaba con entusiasmo el día siguiente. Ahora odio todos los días", sigue hablando Vivienne con su trajecito color verde oscuro, que bien podría usar Theresa May. "Me agrada" expresa livianamente desde otra casa Celeste (T'Nia Miller), la esposa del hermano de Daniel, cuando siente que la candidata le habla a ella. Ni siquiera sabe quién es, qué propuestas políticas tiene entre manos, pero cuentan con un aparato llamado Signor que contesta con voz varonil cualquier pregunta. "Nacida en 1964. Socia fundadora de la Consultoría J.J.C.", responde la máquina. Pasarán solo segundos hasta que lance que en lo que tiene que ver con Israel y Palestina a ella le importa una mierda.
Muchos se ríen de semejante exabrupto, no la toman en serio, pero apenas pronuncia esa frase, Viv se convierte en tendencia en redes. "Todo lo que quiero es que recojan mi basura (…). Así que pregúntenme sobre Israel y Palestina y les diré que me importa… un bledo. Pero ya tengo su atención, ¿no?", cierra su primer discurso en medios la escalofriante Viv. Dichos que suenan más que conocidos a nuestros oídos.
La familia Lyons está compuesta por cuatro hermanos, sus respectivas parejas, varios hijos y una abuela de casi noventa años que reúne a sus nietos y bisnietos en su enorme casa en Manchester. Son personas corrientes, reconocibles, cada uno con sus egoísmos particulares que irán desnudando episodio a episodio, pero sin dudas entre (casi todos) ellos se quieren, y mucho.
Muriel Deacon (Anne Reid), aunque no sea tan evidente en los primeros capítulos, es el personaje más importante de esa familia, y de esta historia. No solo porque es quien más gobiernos conoció, sino porque será ella la encargada de dar una cachetada en forma de discurso en el último episodio que interpelará a cada espectador e individuo del planeta. El elenco se caracteriza por tener una notable diversidad sexual y étnica. La esposa de Stephen es afroamericana, Danny es homosexual, Edith (Jessica Hynes, la hermana Lyons activista que tardará un rato en aparecer) es lesbiana, uno de los niños años más tarde será una chica trans y Bethany, una de las dos hijas adolescentes de Stephen y Celeste, desea ser "transhumana". Una nueva identidad que significa deshacerse del propio cuerpo y transformarse en información, que la conciencia flote en una nube como el carrete de fotografía de un I-Phone.
Bethany (Lydia West) no tardará en implantarse el celular en su propia mano, y convertir a sus pupilas en una cámara de fotos. Registrar un momento con un breve pestañeo. Una cirugía que pagará el gobierno, adueñándose así de sus habilidades artificiales.
El ritmo de Years and Years es tan acelerado que sentimos ver los hechos que suceden como si fuera el paisaje desde la ventanilla de un tren en movimiento. O peor, subidos a un Samba, desorientados, sin saber bien qué día es y cuánto tiempo transcurrió desde que subimos. No es desprolijidad narrativa, todo lo contrario: Years and Years es un relato sólido que juega con una tensión que nunca cesa, saltando de a varios años en solo seis episodios de una hora cada uno.
El conflicto estalla cuando crece la tensión entre Estados Unidos y China por el territorio (ficticio) de Hong Sha Dao, en China. En la noche del cumpleaños de la abuela Muriel suena una sirena que aturde, y recuerda a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial: el anuncio del lanzamiento de un misil nuclear de Estados Unidos en dirección a la isla de Hong Sha. La alerta de una guerra en puerta que retumba en los oídos de los personajes como la llegada del fin del mundo. Suceso que Vivienne Rook usará hábilmente a su favor.
La educación de Doctor Who
Russell T. Davies nació en Swansea, Inglaterra, en 1963, en una casa donde la televisión siempre estaba encendida. Su principal preocupación a los 16 años era ver Doctor Who, sin saber que 26 años después sería él quien escribiría su serie favorita. De adolescente Davies era un chico callado, que estaba siempre solo en el patio del colegio. Ya sabía que era gay, y ese autoconocimiento lo volvía introvertido, alejado de sus compañeros. Sin embargo, todos esos años de soledad, de pensar para adentro, fueron la cocina de su futuro como escritor.
Observando todo el tiempo a las personas, aprendiendo a comprender la naturaleza humana como un espectador. Los Doctores Who interpretados por William Hartnell y Tom Baker lo llevaron a amar la ciencia ficción, mostrándole las herramientas y códigos para que cuando fuera adulto pudiera crear sus propios mundos. Invitando a otros Russell T. Davies adolescentes que están siempre solos en el patio del colegio a sentirse seguros habitando el espacio del relato. "Si hubiera podido decírselo a mi yo de 16 años, ¡un día estarás a cargo de Doctor Who! Y serás tan feliz. ¿Alguna vez podría haber soñado que lo que más quería hacer, podría hacerlo algún día?", se preguntó hace unos años Davies.
Doctor Who es una institución para la ciencia ficción y la fantasía inglesa que continúa hasta el día de hoy, luego de 56 años. Adaptándose a cada época y momento, desde una solemnidad sobria a la psicodelia pop. Es curioso que la serie comenzó en 1963, el año en el que llegó al mundo Davies. EL autor nació en el momento donde el primer Señor del tiempo presentaba la Tardis. "Una cosa que luce como una cabina de policía, estacionada en un basurero. ¿Se puede mover a cualquier lugar en el tiempo y en el espacio? ¡Pero eso es ridículo!", le decía un personaje a Doctor Who en una imagen en blanco y negro. Esa cabina de policía cambiaría el destino de Davies, primero como espectador y a sus 35 años como autor.
En 2005, Davies logró que la serie, que ya es parte de la identidad cultural de Reino Unido, volviera a producirse luego de 16 años de ausencia en la televisión. Pero este regreso no sería una simple continuación: la mirada de Davies propuso relatos más complejos , y una visión política, social y de género cada vez mayor. Desde la participación de primeros ministros en las historias, los contrastes de clase social, y la idea de la pansexualidad. Elementos que hicieron que la serie resultara moderna, hablándole a nuevas audiencias. Animándose a crear al personaje del Capitán Jack, un alienígena con aspecto de galán del Hollywood dorado, pero con una consciencia de género abierta y plurisexual. En uno de los capítulos, el Capitán Jack parte a una batalla sin saber si va a regresar y se despide de la protagonista de la serie, Rose, con un beso en la boca, para luego dar otro beso en la boca al Doctor, interpretado por Christopher Eccleston. Una escena que a Russell T. Davies le hubiera encantado ver cuando era adolescente. Y que gracias al poder de la (ciencia) ficción hoy él puede cambiar la vida de tantos niños y jóvenes que, tal vez, el día de mañana, creen sus propios mundos para refugiar a futuras generaciones.
Embajador del universo queer
A los 12 años Russell. T. Davies vio por primera vez a hombres besándose en el programa Yo, Claudio y supo que era gay. 24 años después el escritor revolucionaría la ficción y cada hogar con el estreno de su serie Queer as Folk, producida por Nicola Schindler, quien trabaja a su lado hasta el día de hoy. Basada en sus experiencias en Manchester, el programa presentaba la vida de tres hombres homosexuales puertas adentro y afuera, mostrando cómo atravesaban su sexualidad con libertad y placer.
Davies nunca pensó que sería posible que una obra tan atrevida y honesta pudiera ser transmitida en la pantalla, y menos que menos que él podría llegar a ser el responsable de semejante logro. Pero lo que menos imaginó es lo abiertamente gay que iba a poder ser en esa época y por eso creó a esos personajes que lo gritaban a los cuatro vientos, tal como lo hace el autor en cada entrevista. "Es tan importante ver que puedes ser un hombre gay abierto, feliz y confiado", explica siempre Davies.
Su madre no llegó a ver el Doctor Who producido por Davies, murió demasiado pronto. Pero en 1999 se sentó frente al televisor a ver Queer as Folk, sin importarle que la gente comentaba que el programa era "pura pornografía". Cuando cumplió 70 años muchos de sus amigos no asistieron a la fiesta porque no querían ver a su hijo, ofendidos ante las imágenes que mostraba Queer as Folk. A esa madre nunca le importó el qué dirán, estaba orgullosa de su hijo. Tanto que le relataba cada escena subida de tono de la serie a su marido, quien estaba ciego. Davies, sonrojado, no salía del asombro de que su madre le contara al padre con lujo de detalles de qué manera un personaje tocaba a otro. Esa comprensión y apoyo tan humano lo volcaría en muchas de sus futuras series, también en Years and Years.
Todo es una cuestión política
Russell T. Davies tuvo la idea de escribir algo cercano a Years and Years durante veinte años. Pero fue Donald Trump quien lo arrastró a sentarse y a pensar seriamente en este proyecto. En las vísperas de las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos Davies temió lo peor: que Trump fuera elegido. Un día antes de la votación, Davies le escribió un mail a Piers Wenger, el encargado de drama de la BBC, diciéndole que si Trump ganaba al día siguiente había que hacer Years and Years. "¡Nunca he lamentado más tener razón!", repitió una y otra vez en cada presentación de su nueva serie. "La vida real es mucho más loca que cualquier cosa que puedas imaginar. Podría haberme sentado allí en una computadora portátil escribiendo durante un millón de años y nunca hubiera encontrado a Donald Trump parado en una sala dorada con 1000 hamburguesas", explicó entre risas y preocupación.
Pero un año antes de estrenar Years and Years Davies creó otra serie, producida por la BBC, con un trasfondo político: A Very English Scandal. Una miniserie de 3 capítulos, dirigida por Stephen Frears, que narra la historia de Jeremy Thorpe, el primer político de Inglaterra en ser llevado a los estrados investigado por conspiración homicida. Basada en hechos reales sucedidos en los años 60, A Very English Scandal dibuja con tono policial y una gracia salvaje el amor y odio entre entre el dirigente del Partido Liberal (Hugh Grant) y su joven amante, Norman Scott (Ben Whishaw), quienes iniciaron una relación amorosa a escondidas cuando en Inglaterra ser homosexual era inaceptable.
Tu cara me suena
"Les prometo libertad. Y la capacidad de disfrutar esa libertad. Solo estoy empezando. Miro hacia adelante y veo esplendor", entona en un discurso Vivienne Rook en pleno mandato. Extasiada por lograr que Reino Unido vuelva a su pasado imperial. Un discurso más que conocido: Vivienne Rook se parece demasiado al líder del Partido Conservador y nuevo Primer Ministro de Reino Unido, Boris Johnson. Hasta tienen el mismo color de pelo, ese rubio platinado, solo que Johnson siempre está despeinado. Ambos políticos, la que gobierna en la ficción y quien gobernará en la realidad, surgen de los medios. Como periodista, Johnson fue vice editor del Telegraph en 1994, y en 1999 fue nombrado editor de The Spectator, puesto que mantuvo hasta 2005. Tuvo apariciones en televisión haciendo diferentes personajes, hasta convertirse en uno que ofende sin tapujos a Barack Obama y a Hillary Clinton. Tal como hace Vivienne en Years and Years, con su exabrupto de decir al aire que el mundo era más bello a partir de la muerte de Angela Merkel (sí, la serie ocurre en un futuro cercano y la canciller alemana ya no está viva). "Ella está usando todos esos trucos que hacen los políticos modernos. Es aterradora y fascinante al mismo tiempo Vivienne, ese es el peligro", explicó Davies en una conferencia.
"Todo lo viejo vuelve. ¿Y si revisamos la historia?", le dice Vivienne en el penúltimo episodio a su equipo. Vivienne Rook representa políticos y modos de gobernar que trascienden al Reino Unido. Sin embargo, hay ideas expuestas en Years and Years que construyen un espejo entre Vivienne y Johnson. Years and Years se estrenó dos meses antes de que Boris Johnson asumiera el poder. La ciencia ficción, siempre un paso adelante de la realidad.
Hablar de amor
Seis meses antes de terminar de filmar Years and Years, el marido de Russell T. Davies que vivió a su lado durante veinte años murió por una enfermedad terminal. El escritor lo cuidó noche y día durante esos siete años de dolor y tratamientos. En varias entrevistas declaró que, más allá de sus programas, el trabajo más grande que hizo sobre la Tierra fue cuidar a su marido de una manera que jamás imaginó poder hacerlo. Mientras se estaba muriendo, Andrew, su marido, le confesó a Davies que lo ponía muy triste el hecho de nunca poder ver Years and Years. Y así fue, no llegó a verla. La miniserie está dedicada a Andrew, tal como lo informa un cartel cuando termina el último capítulo.
Davies, quien extraña amarlo pero aún más extraña ser amado, contó en varias entrevistas que lo que más le gustaría es entrar a la Tardis y viajar en el tiempo hasta 1998, el 12 de abril, a las 1.50 de la mañana, cuando en un club nocturno en Manchester vio por primera vez a Andrew. Y en ese viaje decirse a sí mismo, a ese Davies joven, que ese hombre tan guapo lo amará, aunque no lo crea, durante veinte años. Esta historia personal del autor es importante conocerla a la hora de analizar Years and Years. Porque, a pesar del panorama distópico que presenta la miniserie, del sabor amargo y las muertes injustas que muestra, Davies termina hablando de amor. Del amor como el sentimiento poderoso y transformador que le da sentido a las cosas.
Para hablar de amor hay que ser valiente, y Davies lo es. Incluso siendo consciente de que muchos espectadores podrían pensar que es un discurso cursi. Pero, por suerte, poco le importó lo que puedan opinar: si a él el amor lo transformó, ¿por qué no le ocurriría lo mismo a sus personajes?
Davies le entrega al personaje de Edith el mensaje de amor y a Muriel, la tarea de regañarnos. Ambos discursos buscan hacer del espectador una persona mejor, o por lo menos responsable de sus actos pasados y futuros. "Todo es culpa de todos. El gobierno, los bancos, la recesión, Estados Unidos, la Sra. Rook. (…) Culpamos a la economía, a Europa, a la oposición, al clima y al vasto e incontrolable curso de la historia, como si no dependiera de nosotros, seres indefensos e insignificantes. Pero sigue siendo culpa nuestra", les dice la abuela de más de 90 años a su familia, hablando a través de ellos a nosotros.
Esta miniserie generó tanto furor en el mundo, es amada y odiada, porque, en definitiva, interpela al espectador, incomoda al individuo que quiere ver un programa escapista para no pensar en nada. Que se niega a ver las noticias para no amargarse. Y Davies nos hace parte de una familia que intenta sobrevivir al dolor cotidiano, al igual que cada uno de nosotros. Que, en el mejor de los casos, podemos amar y ser amados. Ya lo dijo Emily Dickinson: "Todo lo que sabemos del amor es que el amor es todo lo que hay".
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