Stanley Kubrick fue un obsesivo detrás de cámaras. Cada proyectó en el que se encauzó terminó demorando -y costando- más de lo esperado, por eso en sus 45 años de carrera cinematográfica solo dirigió 13 películas. En cambios, muchísimas otras, en diferentes estados de producción quedaron en el camino, siendo Napoleón y Los papeles Arios quizá las más conocidas.
Ahora, la aparición de tres nuevos guiones -inconclusos- ensancha la lista de filmes que jamás llegó a realizar y que estuvieron, hasta estos días, salvaguardados en los Archivos de Kubrick, en la Universidad de las Artes de Londres, ciudad que el director estadounidense eligió para vivir y producir.
Todos fueron escritos entre 1955 a 1957 (la única vez en su carrera que estrenó un filme por año: El besos del asesino, Casta de malditos y su primera mega producción, Senderos de Gloria) en los que además estuvo casado con la actriz y bailarina de origen austriaco Ruth Sobotka., de quien se separaría luego de terminada la filmación de la historia centrada en la Gran Guerra.
En ese sentido, los libretos tienen los mismos ejes, son historias que giran en torno a los conflictos matrimoniales, los celos y el adulterio. El más extenso, The Married Man (El hombre casado), se extiende por 35 páginas mecanografiadas, con múltiples anotaciones a mano, lo que devela el interés que llegó a tener por éste. Luego, tanto a The Perfect Marriage (El matrimonio perfecto) como Jealousy (Celos) de 7 y 13 páginas, respectivamente, se los considera esbozos o disparadores de otra obra.
De 1956 es también el libreto que apareció el año pasado: Ardiente secreto, una adaptación de una novela de 1913 escrita por Stefan Zweig -un trabajo en conjunto con el novelista Calder Willingham- que desarrolló en paralelo a la redacción del primer guion de Senderos de gloria.
Aquí la temática, a la que se consideró un reverso de Lolita, también bucea en los mares conflictivos del matrimonio, tema que solo abordó de manera directa en dos de sus filmes: Casta de malditos y su última película, Ojos bien cerrados, de 1999, un filme de una factoría estética deslumbrante, digna del director neoyorkino, que se estrenó días antes de su muerte.
"El matrimonio es como una larga comida cuyo postre se sirve al principio.¿Puedes imaginar el horror de vivir con una mujer que se aferra a ti como una ventosa y cuya vida entera gira en torno a ti, mañana, tarde y noche? Es como ahogarse en un mar de plumas. Y hundirse más y más en las suaves y sofocantes profundidades de la costumbre y la familiaridad. Si tan solo ella se decidiera a combatirlo. Enfadarse, o ponerse celosa, aunque solo fuera por una vez", rezan las primeras líneas de The Married Man.
El profesor de cine en la Universidad de Bangor (Reino Unido) y autor de varios libros sobre Kubrick, Nathan Abrams, quien además realizó el hallazgo del script de Ardiente Secreto, explicó al diario español El país: "Son tratamientos de guion, ideas en desarrollo. Estos tres proyectos están unidos por las reflexiones sobre la naturaleza del matrimonio, los celos, el adulterio y la infidelidad. Estos descubrimientos nos dicen que Kubrick estaba trabajando en más ideas de lo que sabíamos. Si se suman a ello Casta de malditos o Ardiente secreto, nos damos cuenta de que le interesaba hacer películas sobre estos asuntos todavía más de lo que creíamos".
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