Una foto polaroid. Eso es lo que se repite siempre en las tapas de los libros de Bordes, la colección que lanzó la editorial Planeta. Luego, dentro de esa foto, la imagen cambia dependiendo de cada libro. En iEl monstruo pentápodo/i de la mexicana Liliana Blum, por ejemplo, hay un niño de ojos azules con una mirada bastante dark.
Gabriel Sandoval es quien dirige esta colección y asegura, en diálogo con Infobae Cultura, que nace "como un intento de posicionar lo mejor de las letras latinoamericanas en todo el continente" porque "lo que pasaba anteriormente es que a un autor literario argentino o chileno o peruano, por ejemplo, le costaba mucho llegar a otro mercado porque en los anaqueles de las librerías no les daban el suficiente espacio y tiempo. Se tenía que defender solo. En muchos casos el autor venía, pero en otros no. No había forma de que ese libro se posicione comercialmente. Y el destino normalmente era que al cabo de un mes o un mes medio el librero te devolvía los libros y era muy difícil poderlos recolocar".
"Entonces —continúa—, viendo esta problemática, la idea de Bordes nace como una armada de escritores latinoamericanos, un ejército literario latinoamericano. Entonces el librero lo recibe de otra manera. Hoy recibe, ya no a un autor, sino a una colección. Una colección, además, identificada solamente con Latinoamérica y con literatura más boutique, digamos. Son autores que no son súper ventas, sino más minoritarios, que si no pensamos una herramienta para posicionarlos siempre estarán en sus países. Y los lectores de otros países no podrán leerlos. Al ser un ejército literario, el librero lo ve de una manera distinta."
Bordes toma como cantera los sellos literarios de mayor tradición de Grupo Planeta: Seix Barral, Tusquets, Destino, Espasa y Emecé. La primera avanzada está formada por doce novelas. Tres argentinas: iEl amor es una catástrofe natural/i de Betina González, i38 estrellas/i de Josefina Licitra y iEl espectáculo del tiempo/i de Juan José Becerra. Hay un autor brasileño, Juan Pablo Cuenca y su iDescubrí que estaba muerto/i. De Colombia, iLa luz difícil/i de Tomás González y iLa naturaleza seguía propagándose en la oscuridad/i de Andrea Mejía. Hay tres libros mexicanos: iEl monstruo pentápodo/i de Liliana Blum, iEl cerebro de mi hermano/i de Rafael Pérez Gay y iEl buscador de cabezas/i de Antonio Ortuño. A la colección la completan iNo somos cazafantasmas/i de Juan Manuel Roble y iLluvia /ide Karina Pacheco, ambos peruanos; yi El mitómano/i del ecuatoriano Adolfo Macías Huerta.
A esta primera docena se le va a sumar, en una segunda etapa, chilenos y centroamericanos. "Esto es literatura de calidad para América Latina", dice Sandoval, del otro lado del teléfono, con cierto orgullo. "Para el año que viene espero terminar con cuarenta libros publicados", agrega. ¿Y por qué Bordes? "El nombre de la colección es un juego porque lo que buscamos es que Latinoamérica no tenga límites, no tenga fronteras, no tenga bordes. Porque estos límites han sido los que han afectado que haya una circulación amplia y libre de esta literatura. Queremos una literatura sin bordes", dice y explica que en el proceso de selección fueron claves los directores editoriales de cada región: "Nos dan sus sugerencias, quiénes creen que podrían integrar ésto. Es una colección basada en el backlist. Queremos hacer una colección pensada en el catálogo, no en novedades. A partir de la segunda remesa sólo se tratará de catálogo".
Bordes se presentó en la Feria del Libro de Buenos Aires, también en la de Bogotá; el mes que viene planta bandera en Lima y se concluirá la gira de presentación en la Feria del Libro de Guadalajara. Sandoval y Planeta tienen un objetivo: "Lo que más me importa es que al cabo de dos o tres años esta colección esté totalmente instalada, y que realmente los autores más minoritarios (o no bestsellers, digamos) puedan tener acceso a todo el continente y puedan llegar a distintos países, dice, y luego concluye: "La meta es que ésto realmente funcione y que esta colección se instale con lo mejor de la literatura latinoamericana contemporánea. Y que ese destilado de la mejor literatura termine en todas las librerías de la región".
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