Tal como lo muestra la nueva película Rocketman, Elton John ha tenido tantos traspiés en su vida como reconocimientos: discos de platino, canciones en el primer puesto de los rankings, un Oscar, una condecoración como caballero por parte de la reina de Inglaterra y, sobre todo, un invaluable aporte a la música popular de Occidente.
Sus composiciones fueron la banda sonora de muchos amantes y su manera de tocar el piano demostró que se podía hacer rock teniendo una formación clásica. Entre todas estas credenciales, Sir Elton ostenta un inesperado honor: fue la primera gran estrella pop en tocar en la Unión Soviética. Sus shows en la entonces Leningrado y en Moscú fueron el primer martillazo contra la Cortina de Hierro. Después de su visita, nada sería igual en la república socialista.
A fines de 1978 Elton John editó A Single Man, su décimo segundo álbum. Siguiendo en cierta medida la consigna que proponía el título (Un Hombre Soltero), se embarcó al año siguiente en un tour sin banda, acompañado tan sólo por el percusionista Ray Cooper. A diferencia de las anteriores giras, donde Elton desplegaba shows de alto voltaje con visuales y vestimentas excéntricas -una clara influencia del glam rock de la época-, en esa oportunidad decidió concentrarse en el poder de las canciones y de su voz.
Con A Single Man Tour, el músico quiso visitar lugares donde no había estado antes, como Suiza, Irlanda e Israel y decidió incluir a la Unión Soviética, un territorio esquivo a las visitas de artistas occidentales. John Reid, su manager, fue a la embajada rusa en Londres a solicitar la autorización para tocar allá y un agregado cultural, luego de asistir a un concierto, le concedió el permiso.
La música de Elton no estaba en la lista negra de músicos que habían elaborado las autoridades del Partido, como sucedía con AC/DC, Kiss, los Sex Pistols, Tina Turner y Pink Floyd (prohibidos luego de haber publicado The Wall). Además, en 1980 la URSS iba a ser la sede de los Juegos Olímpicos, por lo que necesitaba mostrar al mundo un poco de apertura y un recital de una de las máximas figuras de ese momento era la vidriera ideal. Así fue como entre el 21 y el 30 de mayo de 1979, Elton John dio ocho conciertos históricos en Rusia, cuatro en Leningrado (hoy San Petersburgo) y cuatro en Moscú.
Si bien los shows fueron a sala llena, buena parte de las localidades –las mejores– fueron reservadas a las altas autoridades del Partido. El resto del público se enteró del evento con poca anticipación y fueron muchos los que no pudieron conseguir entradas debido a que se implementó un complejo sistema para adquirirlas. Al final, la mayor parte se vendió en el mercado negro a un precio mucho más alto que el oficial.
No debería llamar la atención: en la antigua URSS, la música popular de Occidente se conseguía a través de canales extraoficiales y los tickets para la presentación de Elton John no fueron la excepción. A pesar de que el Estado había prohibido la difusión del rock and roll y de cualquier otra manifestación musical que viniera del otro lado de la Cortina de Hierro, éste entraba al país por contrabando.
Militares, diplomáticos y empleados de la aerolínea rusa Aeroflot fueron los responsables de que los jóvenes soviéticos conocieran a artistas como The Beatles y The Rolling Stones. Conseguir un LP original costaba una fortuna, pero una vez que ingresaba, se traficaba por medio de copias piratas, primero en discos hechos con radiografías y más tarde en cassettes.
Al arribar a Moscú, Elton John fue recibido por una multitud y luego partió en tren hacia Leningrado, donde algunos afortunados tuvieron la oportunidad de verlo improvisar un pequeño set en el restaurante del hotel donde se hospedó. Fue un ágape en el que se bailó rock and roll y se bebió mucho vodka.
Cuando Elton se subió al escenario la primera noche y empezó a tocar Your Song, pudo percibir la tensión en el aire. Más tarde confesó que tuvo la sensación de que nadie sabía quién era y que alguien podría frenar el concierto en cualquier momento. Razones no le faltaban. Parte de su repertorio no era conocido allí y las primeras filas estaban ocupadas por funcionarios de alto rango que fueron a verlo más por el acontecimiento que representaba su presencia que por la afición a su música. Por otro lado, las fuerzas de seguridad se aseguraron de que el público no mostrara demasiado entusiasmo y neutralizaban cualquier intento que tuvieran los asistentes de levantarse de sus asientos.
Los shows de esta gira tuvieron alrededor de dos horas y media de duración. La primera parte, con Elton solo al piano, ponía el foco en sus baladas más famosas, como Rocket Man, Candle In The Wind y Don't Let The Sun Go Down On Me. Para ganarse a la audiencia soviética, las intercaló con fragmentos de composiciones de autores locales, como el Concierto para Piano Nº1 de Piotr Tchaikovsky y Podmoskovnye Vechera (Noches de Moscú) de Vasily Solovyov-Sedoi, popularizada en todo el mundo por el pianista norteamericano Van Cliburn en 1958.
El percusionista Ray Cooper aparecía en la segunda mitad del espectáculo, que empezaba con la épica Funeral For A Friend, la pieza proto-progresiva de 11 minutos que abre Goodbye Yellow Brick Road, el magistral álbum que Elton editó en 1973. Con el acompañamiento de Cooper, la energía del show aumentaba a medida que pasaban las canciones más rockeras de su repertorio (Benny And The Jets, Saturday Night's Alright For Fighting y Crocodile Rock).
Para ese momento, las autoridades rusas ya se habían retirado del lugar y los fans se animaron a acercarse al escenario, a bailar y a entregarle ramos de flores al músico. El personal de seguridad no pudo hacer nada para evitarlo, aunque, como se ve en el documental To Russia with Elton (1979), algunos policías observaron la situación con una sonrisa.
Los shows terminaron con una explosiva versión de Back In The USSR de The Beatles, una canción que Paul McCartney pudo cantar frente a los rusos recién en 2003 en un mítico recital en la Plaza Roja de Moscú.
Luego del debut, las autoridades pidieron a Elton John que bajara la intensidad de su performance y que no tocara el tema de The Beatles. Tenían miedo de que el público se descontrolara, ya que, pese a la prohibición, los Fab Four eran los artistas occidentales más populares de la Unión Soviética. El inglés hizo caso omiso a las advertencias e hizo delirar a todos en sus ocho presentaciones. En algunas incluso salió a escena con maquillaje, en un gesto que sin duda desafiaba la idiosincrasia del régimen comunista. Sin embargo, como él mismo dijo en una entrevista en la televisión rusa, su vestimenta refleja su estado de ánimo, por lo que es probable que su look haya sido más una muestra de alegría que una provocación.
Elton descubrió que Moscú era mucho más linda de lo que imaginaba. "Pensaba que iba a ser fea y gris como Berlín Este", admite en To Russia with Elton. Allí, un conjunto de fans le pidió autógrafos frente al Kremlin, fue invitado a una función de El Lago De Los Cisnes del ballet del Bolshoi y asistió a un partido de fútbol entre el Dynamo y el equipo del Ejército Rojo.
Los shows en la capital soviética fueron en el célebre teatro Rossiya, el más grande de la ciudad, y la última función fue transmitida en vivo por la BBC en lo que fue la primera conexión vía satélite en estéreo entre el Este y Occidente. La grabación de ese recital circuló como pirata desde ese momento hasta que este año fue editada de forma oficial en el marco del Record Store Day de Europa y los Estados Unidos.
La visita de Elton John fue un antes y un después para la Unión Soviética. Los jóvenes rusos tuvieron la oportunidad de ver en vivo a un ícono del rock que antes debían escuchar en secreto. De hecho, luego de estos recitales, A Single Man se convirtió en el primer álbum de pop occidental en ser editado por el sello discográfico estatal Melodiya. Fue lanzado bajo el título Poyot Elton John (Elton John Canta) y tuvo dos canciones menos porque Big Dipper y Part Time Lover fueron removidas por ser contrarias a los valores del Partido. Curiosamente, Elton tocó en vivo esta última y no fue censurado por las autoridades.
Esta gira inspiró a que otros artistas se animaran a atravesar la Cortina de Hierro para descubrir a un público ávido por escuchar su música. Antes que Elton, sólo el cantante inglés Cliff Richard y el grupo de música disco alemán Boney M. habían pisado territorio ruso. Si bien Richard fue en pleno resurgimiento de su carrera, sin duda era un artista de una generación anterior. Boney M., por su parte, tuvo mucho éxito en la URSS gracias al hit Rasputin, pero el impacto de su visita no es comparable con la del famoso pianista.
El historiador ucraniano Sergei Zhuk plantea en su libro Rock and Roll in the Rocket City (2010) que la juventud de la república comunista, al abrazar en secreto el rock, fue adquiriendo nuevos valores que con el tiempo debilitaron al régimen. Tal como pasó en los Estados Unidos y Europa en los años '50 y '60, fue la música la que le abrió a las nuevas generaciones las puertas del consumo.
Hace 40 años, Elton John fue a la Unión Soviética, cantó y venció. Todavía faltaba una década para que cayera el Muro de Berlín, pero el bloque socialista ya había recibido el primer golpe. Y lo había asestado el rock.
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