Nuestros hombres comienzan a extinguirse,
nadie sabe por qué las mujeres resisten más.
Mi padre llora al sacrificar un animal
mientras mi madre cambia el empapelado de las paredes.
No nos dejan exponernos al sol, empalidecemos
como flores que crecen bajo la nieve.
Huimos al bosque, lejos de este edificio,
yo con mi blusa infantil
y mi hermano con su remera lisa.
Qué ganas de volver al lugar donde nacimos,
limpiar el aire como uno de esos aviones
que arrojan espuma
sobre el sarcófago humeante.
El poema se llama Flores de Chernobyl y fue escrito por Natalia Litvinova, una joven escritora y editora nacida en Ucrania y que vive en la Argentina desde hace muchos años. Ella y su familia fueron testigos –y víctimas– del accidente de Chernobyl, ocurrido en la Unión Soviética el 26 de abril de 1986 y que la serie del mismo nombre que comenzó a emitir la señal HBO recrea de un modo dramático y eficaz, que produce en el espectador el terror ante la monstruosidad que puede provocar el hombre.
Chernobyl se convirtió en sinónimo de uno de los mayores desastres medioambientales de la historia, provocó la muerte inmediata de 31 personas, seguidas por un veloz cáncer de tiroides que fulminó a 15 niños en cuestión de días, y que por la magnitud de la explosión nuclear que produjo se estima que liberó una cantidad de materiales radioactivos 500 veces mayor al que realizó la bomba de Hiroshima, estrellada por aviones estadounidenses en Japón y que puso fin a la Segunda Guerra Mundial, y que incorporó al imaginario social el pavor a las posibilidades de la energía nuclear (que en Japón provocó la irrupción de monstruos ficticios como Godzilla).
Basada en el libro Voces de Chernóbil, de la Nobel bielorrusa Svetlana Aleksievich, la serie (protagonizada por Jared Harris, de Mad Men; Stellan Skarsgård, el detective de River y Emily Watson) tiene como centro a unos científicos –a los que se suman algunos militares y trabajadores– que se dan cuenta de la magnitud del desastre, que quiere ser desestimada por las autoridades de la planta, y del alto mando militar también.
Debe recordarse que el accidente se produjo durante la fase final de la Unión Soviética, en plena glasnost y perestroika impulsadas por Mijail Gorbachov, que si bien significaban la apertura directa a la restauración capitalista, no variaban los métodos políticos y falsificaciones del estalinismo.
Si el supuesto "comunismo" del régimen tendía a la perfección, así debía ser el ocultamiento de la información sobre la situación de la planta, situada en la ciudad de Prípiat: "Ha ocurrido un accidente en la central de energía de Chernobyl y uno de los reactores resultó dañado. Están tomándose medidas para eliminar las consecuencias del accidente. Se está asistiendo a las personas afectadas. Se ha designado una comisión del Gobierno", fue el breve comunicado que se leyó en el noticiero de la televisión nocturna el 28 de abril y que la serie de HBO reproduce de manera documental.
Las causas del accidente se habían originado en una prueba que simulaba un corte de energía eléctrica que terminó provocando la explosión del hidrógeno de la planta. Como los dosímetros de la planta eran obsoletos, marcaban su alcance máximo, que suponía 3,6 radioactividad por hora, cuando en ciertos sectores se comprobó que se llegó a registrar 30 mil por hora.
El jefe de turno de Chernobyl, Alexandr Akimov, sostenía que el reactor estaba intacto y que se trataba de un incendio superficial, cuando en realidad se asistía a la liberación radioactiva de quinientas bombas H que movieron a la evacuación inmediata de 116 mil habitantes del área más cercana, número que se incrementaría con posterioridad a medida que el radio de evacuación se ampliaba. Los vientos expandieron la radioactividad a al menos 13 países de Europa.
Mil personas sufrieron grandes dosis de radiación durante el día del accidente y, en total, 600 mil recibieron dosis de radiación por los trabajos de descontaminación posteriores al accidente. Cinco millones de personas habitaban áreas contaminadas y 400 mil espacios gravemente contaminados. Hasta hoy no hay estudios concluyentes sobre las consecuencias reales de la contaminación por la radioactividad. El jefe de turno Akimov murió él mismo en los días siguientes a la explosión, por consecuencias de la contaminación.
La serie de HBO muestra, como una película gore, la progresión de las quemaduras de los bomberos y obreros de la planta en medio de un clima de oscuridad y una sofocación por la densidad del encierro en subsuelos y la estética metálica de una planta nuclear.
Chernobyl muestra el diseño de silencio sobre el accidente, rescata actitudes heroicas y pinta un fresco sobre el accionar de la burocracia estalinista. La reunión de Gorbachov para ser informado sobre los acontecimientos es un retrato de la docilidad y la sumisión al líder. Pero también muestra a los bomberos voluntarios, las enfermeras y los médicos cumpliendo el deber, la magnitud de la evacuación, el voluntariado consciente hacia la muerte para evitar una tragedia humana sin límites.
Hoy la zona evacuada fue tomada por animales que regresaron a la naturaleza –como algunas especies de zorros y bisontes que se habían alejado de la zona pero que volvieron debido a la ausencia humana– y fueron declaradas como zona de exclusión en Bielorrusia y Ucrania con ese fin. Por el momento, no se han detectado consecuencias mayores en esa fauna. Sin embargo, se cree que la radiactividad liberada en Chernóbil no se extinguirá hasta pasados 300 mil años desde ocurrida la explosión.
*Chernobyl se emite los viernes a las 21 por HBO (con repeticiones)
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