El regreso de Isabel Allende: amor y exilio durante la Guerra Civil Española, en su nueva novela

Ya está en las librerías “Largo pétalo de mar”. En esta breve entrevista, la bestseller chilena habló de literatura, política y amor: “Me preguntan cómo es el amor en la vejez y mi respuesta es que es igual al amor de los dieciocho años, pero con una sensación de urgencia”

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Isabel Allende
Isabel Allende

El nuevo libro de Isabel Allende ya está en las librerías. Editado por Plaza Janes, sello de Penguin Random House, lleva por título Largo pétalo de mar y aborda la Guerra Civil española y el exilio republicano. Para este texto, la bestseller chilena ha entrevistado a sobrevivientes de este episodio histórico, entre ellos al recientemente fallecido Victor Pey (empresario y periodista español que llegó a dirigir el diario Clarín y fue consejero de Salvador Allende), a quien está dedicado el libro. Coincidiendo con el 70 aniversario de la llegada del Winnipeg a Chile, la novela cuenta la historia de Víctor y Roser, una pareja catalana que formó parte de los más de dos mil exiliados españoles que llegaron al país andino a bordo del navío fletado por Pablo Neruda en 1939.

La novela recorre la historia de medio siglo en Chile —"ese largo pétalo de mar y nieve", en palabras de Neruda— desde los años cuarenta a los noventa, pasando por el Golpe de Estado de Augusto Pinochet. Por ella desfilan, como personajes secundarios: el presidente Salvador Allende y el propio Neruda, a quien Allende homenajea no solo por su condición de poeta — cada capítulo de la novela se abre con uno de sus versos— sino por su compromiso político. A partir del 21 de mayo estará disponible en las librerías para que su público lector, y también los que no lo sean, puedan disfrutar esta nueva novela. 

—La mezcla de la ficción con la realidad es un elemento importante en su novela, y de hecho por ella circulan varios personajes reales, entre ellos Salvador Allende. ¿Qué aspectos del que fue presidente de Chile ha querido resaltar en esta historia? ¿Se ha basado en sus propios recuerdos?

—He incorporado a Salvador Allende en otros libros que he escrito. En esta novela sus apariciones son breves, pero importantes, porque contribuyen a explicar cómo era Chile en el tiempo que Víctor y Roser, mis protagonistas, vivieron allí y la situación política que produjo el golpe y los obligó a exiliarse por segunda vez.

 
“Largo pétalo de mar” de
“Largo pétalo de mar” de Isabel Allende

—Otro personaje destacado es Pablo Neruda. De hecho, el título del libro es un verso suyo. ¿Es esta novela un homenaje al poeta? ¿Qué ha significado su obra literaria y su acción política para la historia de Chile?

—La odisea de los refugiados españoles que viajaron en el Winnipeg no habría ocurrido sin Pablo Neruda, quien convenció al presidente de Chile de que les abriera las puertas en un tiempo desesperado y se las arregló para conseguir el barco y el dinero necesarios para el viaje. La poesía de Neruda me ha acompañado siempre. Actualmente es muy criticado por su vida privada, por el abandono de su hija y por haber admitido un par de violaciones en sus memorias. Con ese criterio, quedarían muy pocas obras libres de censura. Neruda era un hombre con muchas fallas personales, pero con inmenso talento poético. Creo que debemos separar la obra de la vida privada del autor.

—Nunca antes había tratado la Guerra Civil Española en sus libros. ¿Cómo se ha documentado? ¿Qué le ha interesado especialmente de este terrible suceso histórico?

—Mi familia tuvo gran simpatía por los refugiados españoles. Esos hechos ocurrieron antes de mi nacimiento, pero recuerdo que durante mi infancia algunos de los españoles del Winnipeg eran visitantes asiduos a la mesa de mi abuelo. Más tarde me tocó trabajar como secretaria de Carmelo Soria en las Naciones Unidas y escuche de sus labios muchas historias de la Guerra Civil. Sin embargo, quien me inspiró para escribir esta novela fue Víctor Pey Casado, uno de los navegantes del Winnipeg, a quien conocí en Venezuela, después del golpe militar de Chile. Por supuesto, fueron necesarios meses de investigación para la parte histórica. Por suerte hay mucha documentación al respecto.

—Los protagonistas se ven obligados a huir de España y exiliarse en Chile. En su opinión, ¿qué unía y qué distanciaba a ambos países en ese momento, a principios de los años cuarenta? ¿Y cuáles son en la actualidad las principales similitudes y diferencias?

—Antes y ahora, Chile tiene mucho en común con España desde los tiempos de la Conquista, hace más de quinientos años, cuando un grupo de soldados corajudos se aventuró al país más remoto de América en busca de gloria, ya que oro no había. Después hubo oleadas de inmigrantes que llegaron a Chile escapando de la pobreza desde Galicia, el País Vasco, Castilla, Extremadura, Cataluña, etc. Los chilenos somos sus descendientes, unidos por la lengua, las tradiciones, la religión y una peculiar idiosincrasia. En mi niñez, éramos sobrios, serios, tercos, quitados de bulla, nos horrorizaba el despilfarro, la ostentación y el sentimentalismo. Eso se ha perdido, ahora padecemos el síndrome del nuevo riquismo, aunque no somos ricos, y nos hemos puesto un poco pretenciosos. No sé si ese es también el caso en España.

Isabel Allende
Isabel Allende

—El exilio es uno de los grandes temas de la novela, ¿en qué manera le marcó a usted? ¿Qué hay de su propia experiencia como exiliada en la novela?

—En mis tres últimas novelas trato el tema del desarraigo, de gente que se ve obligada a emigrar o a refugiarse en otro lugar, lejos de sus raíces. Es una de las tragedias más visibles de la humanidad en estos tiempos, en que millones de seres humanos escapan para salvarse de la violencia y la miseria. Aunque en mi juventud tuve que dejar mi país por razones políticas, no sufrí la suerte terrible de tantos refugiados, porque me acogió Venezuela, que en esos años era un país próspero y generoso. Sin embargo, también experimenté el dolor de irme, de perder la familia, los amigos, el hogar y la patria, por eso entiendo muy bien lo que significa ser refugiado. Además, mi Fundación trabaja con inmigrantes en los Estados Unidos y con refugiados en varios lugares del mundo, conozco varios casos de cerca que me han inspirado en la escritura.

—¿Está de acuerdo en que Largo pétalo de mar es sobre todo una historia de relaciones humanas, de amor, amistad, lealtad, encuentros y desencuentros?

Cierto. Lo que más me interesa al desarrollar una historia son los sentimientos que definen a los personajes y determinan sus destinos. En esta novela el amor es un hilo conductor desde la primera hasta la última página. La pasión atormentada de Víctor y Ofelia tiene como contrapartida la amistad amorosa de Víctor y Roser, que comienza como un acuerdo por la necesidad de sobrevivir y se transforma con el tiempo en el amor absoluto de los últimos años de sus vidas. Este es un tema que también he tratado en mis libros recientes: el amor de la madurez. Tengo 76 años y estoy enamorada. Me preguntan cómo es el amor en la vejez y mi respuesta es que es igual al amor de los dieciocho años, pero con una sensación de urgencia. No hay tiempo que perder en tonterías. El tiempo que se tiene es corto y precioso, hay que aprovecharlo muy bien. Así lo sienten Víctor y Roser en la novela.

 

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