Cómo definir a Rébecca Dautremer. Sin dudas ilustradora, artistas, autora, -o mejor dicho-las tres y no solo eso, sino también dueña de un estilo, de un talento digno de ganarse su propio espacio en el Museo de Louvre.
En el marco de su participación en la 45º de la Feria internacional del libro de Buenos Aires, la gran creadora francesa conversó con Infobae Cultura: sus libros como autora integral, el trabajo de escritura y el proceso creativo, los "temas" en la literatura infantil, la dupla creativa con su marido, el escritor Tai-Marc Le Thanh, sus personajes, la influencia de distintas disciplinas artísticas en su tarea, entre otros temas.
Rébecca Dautremer nació en Gap, Francia, en 1971. Estudió en la Escuela Nacional de Arte Decorativo de París. Publicó su primer libro en 1995 (L´enfant espion). Después de ese primer título llegaron muchos más: Babayaga, Cyrano, Princesas, Elvis, Seda, El pequeño teatro de Rébecca, por nombrar solo algunos.
Dice de ella misma que es una persona que tuvo mucha suerte. Le emociona que los lectores y lectoras de todo el mundo le brinden devoluciones sobre su trabajo. Las reacciones de algunas personas frente a sus libros la llevan a preguntarse cómo es posible eso de tocar emocionalmente a alguien a quien no conoce.
Le interesa que sus lectores se demoren en las imágenes con muchos detalles, que dispongan de tiempo para ir descubriendo, por eso trata de incluir en sus ilustraciones algún indicio, algo extraño, alguna sorpresa, como un sapo que se asoma en un bolsillo de algún personaje, o una araña escondida en el peinado de una de sus damas dibujadas. Trabaja mucho, no para nunca. Cuenta que no tiene mucho tiempo para leer porque siempre está haciendo alguna ilustración, pero que suele escuchar audiolibros mientras trabaja.
– El libro Dautremer está dividido en dos: medio libro está dedicado a la Dautremer soñadora, y la otra mitad a la realista. ¿Cómo se siente hoy? Más soñadora que ordenada (o viceversa)?
– Hay que saber que es un libro en el que yo hice todas las imágenes que se pueden encontrar en el libro pero mi marido escribió todas las "tonterías" que pueden leer en el libro e hizo también él la organización de las dos partes. Yo pienso que me encuentro más soñadora, que el lado organizado está mucho menos en mí, y que cada año me vuelvo más y más soñadora.
–¿Cómo llega a dedicarse a la ilustración?
– Para resumir, yo llegué a la ilustración por el gusto por dibujar y pintar, y para sobrevivir con este trabajo el lugar es en la edición infantil. Entonces la realidad es que el gusto por dibujar y pintar me trajo hasta donde estoy. Ahora me doy cuenta de que es muy interesante hacer historias para los niños o para los adultos, y preocuparme de la narración del libro en si mismo más que de la técnica. Es lo que mi padre quería para mí, él me empujó mucho para trabajar en la disciplina de la pintura porque él podía ver que me gustaba mucho dibujar y pintar. Me apoyó totalmente.
– Sus libros están llenos de detalles para detenerse, para entrar, para demorarse. ¿En qué aspectos de su trabajo se percibe más detallista?
– Yo reflexiono porque no sé, creo que en todos (risas). No te contesto del todo pero sí: a mí me gustaba como niña dedicar mucho tiempo para observar una imagen llena de detalles. Entonces ahora me gusta hacerlo como ilustradora, porque me gusta que el lector vea todo en un primer plano, en un golpe de vista, primero más general y que después pueda descubrir detalles atrás. Como en los cuadros de Brueghel el Joven (1564-1636), en donde puedes descubrir un montón de pequeñas historias secundarias, aquí, allá, entonces te puedes sumergir en la imagen. Yo armo un mundo lleno de detalles, porque esos eran los mundos que me gustaban a mí.
–¿Cómo sucede con las imágenes de Las ricas horas de Jacominus Gainsborough?
-En una página especial en Jacominus, se acerca, aunque para mí es muy difícil decirlo. Pero de verdad la página de la escuela con los niños fue inspirada y le hace un guiño a este gran cuadro (de Brueghel) que me gusta muchísimo.
– ¿Usted suele leer libros ilustrados? ¿Le gustan? ¿La inspiran?
– A mí me gusta alimentarme de la obra de artistas de otras disciplinas. Hay ilustradores que me gustan, obviamente, pero no me ayudan para mi propio trabajo.
– Y dentro de las otras disciplinas, ¿cuáles son las que más la convocan?
– Muchas cosas, pero creo que lo que más me inspira son las obras de teatro. Porque podemos comparar un poquito hacer un libro y poner en escena una obra de teatro. La doble página blanca es como la escena básica, y los actores vienen actuando su rol y la decoración es la escenografía, algo así pasa con la ilustración también, y tenemos cuadros para contar muchas cosas. Se arma el escenario. Sería la noción de cuadro teatral. (NdR: Un cuadro teatral es cada una de las partes en las que puede dividirse una representación teatral sin cambio de decorado, es decir, termina cuando cambia la escenografía.)
– En ambos lados del libro Dautremer (y viceversa), aparece un plano (dibujado y fotografiado) de su estudio visto desde arriba. ¿Lo comparte con Thai-Marc?
-No, el estudio es mío. Trabajo ahí sola, pero Thai-Marc es un visitador frecuente (risas).
– ¿Hay algún objeto de su estudio que sea su preferido?
-Son un montón de objetos, yo no soy muy organizada, y no tengo un objeto particularmente preferido pero me gusta tener diferentes cosas que puedan traerme recuerdos. No tengo un apego a un objeto en especial, hay muchos y van rotando.
– Dautremer (y viceversa) es un libro de artista, ¿cómo fue el proceso de trabajo con Thai-Marc en este libro?
– Yo creo que solo Thai-Marc puede hacer este tipo de libro porque me conoce muy bien, puede también osar decir cosas que otros no podrían y osa también decir cosas personales, y reírse de mí. De todas formas esa es su especialidad, decir cosas con humor. Es un trabajo muy importante porque había que organizar todas las páginas y encontrar un tipo de orden para hacerlo, como finalmente lo hizo. Había que hacer algo para que fuera legible, era difícil ordenar todo ese caos. Y es también fue una forma de no tomarnos demasiado en serio. Y en ese caos del trabajo mío intentamos encontrar un principio organizador para que el lector circule por el libro y pueda entrar. Me gusta cuando Thai-Marc escribe anécdotas cargadas de poesía, un mezclado de poesía y humor, eso me encanta.
– ¿Cómo es que se conforma esta dupla creativa?
-Lo conocí en el primer año que yo pasé en París para estudiar, en la escuela Nacional de Arte decorativo. Desde la edad de 19 años que nos conocemos. Fuimos creciendo juntos. El primer libro que hicimos fue diez años después de que nos casáramos.
–Sus ilustraciones crean climas, universos con mucho detalle e intimidad, son muy poéticas. ¿Es lectora de poesía? Y si es así, ¿qué poetas le gustan?
– No era, pero ahora hace un tiempo que descubrí a Rilke. Un texto en especial: Para escribir un solo verso. Me encanta. ¿Lo conoces? (NdR: "Para escribir un solo verso, es necesario haber visto muchas ciudades, hombres y cosas; hace falta conocer a los animales, hay que sentir cómo vuelan los pájaros y saber qué movimiento hacen las pequeñas flores al abrirse por la mañana."Rainer Maria Rilke)
– ¿Cómo es un día en la vida de Rébecca Dautremer?
– Trabajo siempre, todo el día. Me levanto, voy a trabajar sin vestirme, en pijama, sin parar hasta la cena con mis hijos y después vuelvo a trabajar un rato más a la noche. Estoy totalmente libre de parar un poquito para ir a comprar algo, pero necesito trabajar al menos 10/12 horas al día, para terminar mis cosas. Y me gusta. No es demasiado esfuerzo porque me apasiona.
– Con Jacominus los lectores se encuentran con la historia de una vida entera con todos los condimentos (amor, dolor, alegría, tristeza). ¿Cómo surgió la idea de este libro?
-Quería trabajar con animales, porque tenía las ganas de hacer un libro que fuera más acogedor para los niños, porque después de años estaba volviendo y trabajando cada año un poco más para los adultos. Porque el problema, o no sé si es un problema, pero mis libros tienen un interés para los adultos, los adultos compran mis libros para ellos mismos y creo que paso a paso me fui dedicando más a ellos que a la infancia, y eso no me gustaba. Quería volver a algo más generoso para los niños. Entonces elegí trabajar con animales y tenía en mi el mundo de Beatrix Potter que me parece un mundo dulce, suave y agradable, todas las cosas están en un buen lugar, los pequeños animales son perfectos, la decoración las pequeñas casas, y eso fue un objetivo. Otro de mis objetivos era contar toda una vida, hablar de las cosas malas como de las buenas, y mezclar todo eso para hablar de un personaje que sea no un héroe grande, sino un héroe de la vida normal, como yo, como tú, como ella.
– El libro incluye una nota en la que parece invitar a quien lo tenga en sus manos a dialogar, a preguntar, a leer el libro en compañía, ¿esa fue su idea?
– Sí, exactamente. Quise hacer un libro que se pudiera compartir entre los miembros de una familia, entonces hablar de una vida es fácil porque concierne a todos. Y obviamente hay cosas que tocan más a los adultos que a los niños, pero mi objetivo era hablar de la muerte de la abuela de Jacominus, que puede interesar a algunos o no, pero si les interesa pueden preguntar las cosas que no entienden. El objetivo para mí es que se puedan compartir emociones, es poner en situación de diálogo a la familia.
–Es muy rico que en Jacominus aparezca la muerte como parte de la vida, cosa que a veces no sucede en los libros para niños y niñas… ¿Se propuso que eso pasara?
– A mí no me gustan libros que encuentro muy a menudo que hablan sobre "La muerte", del que se pueda decir "es un libro sobre la muerte", a mi no me gustan nada ese tipo de libros. A mí me gusta cuando hablamos de la muerte porque la historia que estoy contando lo pide, porque es un pasaje de la vida pero no es lo único en lo que tenemos que concentrarnos, prefiero hablar de las cosas como pasan en la vida. En el entierro de la abuela de Jacominus, por ejemplo, él vive un momento muy triste pero también se enamora de Dulce, su futura esposa. Entonces sí, es un momento muy triste pero es un buen momento también. La muerte es parte de nuestra vida pero he aquí que todas las cosas pasan a la vez, quería mostrar también la ambigüedad de esas tristezas.
– En las guardas del libro, aparecen muchos personajes, algunos se los encuentra dentro del libro y a otros no… ¿Tiene pensado realizar nuevas historias de Jacominus y su familia y amigos?
– Sí. Yo instalé un mundo, un universo para trabajar de nuevo con Jacominus, porque como en la vida real necesitamos un montón de personajes en todos lados. Pero todos los que están en las páginas de guarda están en el libro, a veces escondidos. Hay que buscarlos.
– ¿Qué hacé cuando no estás ilustrando o escribiendo? ¿Tiene algún hobby?
– Tengo miedo que no hago mucho más que dibujar. Si necesito hacer deporte para estar bien físicamente, lo necesito porque si no me siento mal de estar sentada todo el día a la mesa. Entonces me voy a practicar un ratito. Tener tiempo con mis amigos, mi familia, obviamente también me gusta, pero no necesito hacer mucho más. Ir al teatro, todo lo del arte me gusta, pero no tengo otro hobby que dibujar.
– En un video de promoción de Jacominus se la ve trabajo con guache y lápiz, ¿qué otros recursos de las artes visuales le gustaría explorar?
-Todos, me gustaría hacer escultura. Estoy tratando de escribir una obra de teatro, un espectáculo viviente. Y quiero proponer una obra de teatro porque estoy un poco cansada de hablar de mi trabajo y de la creación de un libro, preferiría hacer algo más original, individual, quisiera tener armado un real espectáculo para hablar de todo esto. Tener un bailarín, armar una escena para contar lo que hago.
Otra cosa que me gustaría hacer es crear y coser trajes, hacer esculturas de papel. Todo lo visual me gusta pero no tengo el tiempo.
–En la última página de Jacominus aparece un recuento de varias situaciones de su vida. ¿Usted también es de hacer balances, recuentos?
– Es un poco ridículo decirlo pero creo que hice este libro con un conejito en un momento de mi vida en que yo me siento contando, haciendo cuentas, balances. Será por la edad, no sé, tal vez. Entonces lo hago con mis personajes también. Porque ahora tengo un punto de vista sobre la vida que hace veinte años no tenía.
– ¿Le llegan respuestas de los lectores y lectoras?
– Sí. Tuve un testimonio de una madre que me dijo "a mi hija de tres años la página que más le gusta es la del entierro de la abuela de Jacominus. Cada vez que le voy a leer este libro me pide para mirar la página del entierro de la abuela, y se queda allí, observándola". Ese tipo de devoluciones me emocionan.
– En una entrevista contó que se siente orgullosa del trabajo con los textos en el libro de Jacominus. ¿Cómo fue ese proceso de escritura?
– Hace tres años cambié de casa editora, dejé la casa con la cual trabajé durante más de veinte años, y en este cambio me encontré con una mujer, la editora, que es como un nuevo novio (risas), la energía, el entusiasmo. Ella me empujó a escribir más que antes, porque al principio este libro eran doce cuadros, doce imágenes de la vida de Jacominus, cada uno con una pequeña frase. Había escrito otros libros como autora pero como un pretexto para acompañar a mis imágenes. Esta vez quería escribir por escribir. Y entonces ella me dijo: "ok, podrías decir un poco más de la vida de Jacominus". Y lo hice. Ahora oso más decir las cosas, escribir más, asumir mis palabras. Y así fue que Jacominus tomo vida, eso es lo que pasó.
–Aunque es un libro que tiene muchos años, no se puede terminar esta charla sin hablar del libro Princesas olvidadas o desconocidas. Ese libro que realizó con Philippe Lechermeier es amado por gente lectora de todas las edades. ¿Cómo recuerda ese proyecto?
– Hace quince años que lo hice pero recuerdo bastante bien el trabajo. Philippe envío su texto a la casa de edición y la casa de edición me dio el texto que al principio era un diccionario. Entonces leí el texto que me llamó más o menos, pero al mismo tiempo era una gran posibilidad para mí trabajar en este tipo de libros. Muy rápidamente me puse en contacto con él, nos sentimos cómodos y le propuse tratar de ir un poco más allá, porque él había escrito retratos de princesas olvidadas o desconocidas, pero a mí me faltaban algunos retratos de princesas un poco más extrañas, como las princesas travestidas, o la princesa insecta, o una que es un pescado, entonces le pedí hacer esas cosas para que yo pueda hacer dibujos más interesantes, porque para mí era más rico hacer, por ejemplo, una princesa con alas de mosca. Él había escrito retratos psicológicos, pero no retratos visuales, y fue muy abierto para cambiar un poco su texto y adaptarlo a mis ganas también, entonces construimos juntos. La idea es original de Philippe, totalmente, pero fue muy abierto para escucharme y trabajarla conmigo.
–¿Se identifica con alguna de las princesas del libro?
– Me gusta mucho la princesa travesti que tiene barba, y las que son lo menos princesas posible.
– ¿Tiene algún nuevo proyecto en camino?
– Sí. Acabo de terminar un libro de papel troquelado, con la técnica del Pequeño teatro de Rébecca, con papel troquelado, pero en el mundo de Jacominus. Se llamará en español La cita. Se trata de que Jacominus está esperando a su novia, al fin del libro. Y el lector tiene que atravesar las páginas, siguiendo el personaje de Dulce, para ver si se va a encontrar o no, eso no lo sabemos, con Jacominus que la espera en su barco porque tiene que marcharse, pero antes de irse quiere declararle su amor.
También estoy trabajando con la novela De Ratones y hombres de John Steinbeck, para adultos, con la misma casa de edición con quienes hice Seda de Baricco pero con un tipo de ilustración totalmente diferente. Es una novela grafica de más de 400 páginas.
– Si tuviera que elegir del universo de sus personajes uno, ¿con cuál se quedaría?
– Con Jacominus, sin dudas, me enamoró, él es mi personaje preferido. Es un personaje con quien quiero trabajar más y más, para siempre, hasta terminar mi vida.
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Marjorie Pourchet: "La ilustración es una manera de crear poesía"