El escritor Alfredo Bryce Echenique (Lima, 1939) asegura que "solo se puede escribir sobre cosas que uno amó" y que "para que duela menos, la realidad se corrige con la fantasía".
"Mis libros son memorias que se inventan, éste sobre todo. He tenido que frenar recuerdos que se extendían y se convertían en invención pura", afirma acerca de Permiso para retirarme, presentado en la Feria del Libro de Buenos Aires, tercer tomo de sus Antimemorias luego de Permiso para vivir (1993) y Permiso para sentir (2005).
Dentro de una gira que incluye a Perú, Chile, México y Colombia, el autor de Un mundo para Julius, Tantas veces Pedro y La vida exagerada de Martín Romaña concedió una entrevista para hablar de su vínculo con la literatura y sobre cómo tomó la decisión de despedirse de la escritura.
– ¿Cómo fue el proceso de trabajo de este libro presentado como una despedida?
– Lo he escrito con mucha dificultad, ya no puedo escribir en la computadora, tengo que dictarle a una señora, corregirlo después. Fue un proceso largo y lento, parece que el libro tuviera el doble de páginas de las que tiene. Este tomo en comparación con los dos anteriores tiene el sentido de la despedida. Se aclaran muchas cosas a medida que uno escribe.
– El humor y la ironía han atravesado toda su obra. ¿Cómo analiza esa característica en perspectiva?
– Lo veo con una perspectiva autobiográfica porque mi familia estaba llena de humor, era una familia grande, bastante unida, con parientes en Buenos Aires que iban mucho a Lima. De chico disfruté oír hablar a los grandes. Creo que de muy niño fui un cuentacuentos, cuando no estaba conforme con la realidad, salía la literatura que reemplazaba lo que había ocurrido. El humor y la literatura fueron aliados porque sin humor y literatura no habría podido ser. Siento que es un humor familiar, que desciendo de lo que escribo, que pertenezco a un grupo que al mismo tiempo mantengo con vida. La necesidad de contar ha estado siempre.
– ¿Por qué Antimemorias?
– Viene del escritor y político francés André Malraux, que decía que ya no se podía escribir memorias porque el psicoanálisis era más rico que la memoria, por consiguiente solo se podían escribir antimemorias.
– ¿Cómo se acerca a la ficción y cómo a la autobiografía?
– Creo que se entremezclan tanto que uno no puede constatar qué es biografía y qué invención de la memoria. Mis libros son memorias que se inventan, este sobre todo. He tenido que frenar recuerdos que se extendían y se convertían en invención pura, se disparaba la imaginación entonces he tenido que corregir para poner la realidad.
– En esta gira presentada como despedida, ¿cómo recuerda hoy al Alfredo Bryce Echenique de los primeros libros?
– Es el mismo, fui apasionado lector de escritores como Stendhal que me fascina y cuyas frases han sido motor de este libro "Escribió, vivió, amó". También lo ha sido (Julio) Cortázar, a quien vi en París en un acto público, en el Barrio Latino, mientras hablaban (Jean Paul) Sartre y (Mario) Vargas Llosa acerca de la historia de Vietnam. De repente miro y veo un hombre muy alto, me di cuenta que era él y estuve tentado de acercarme y molestarlo. Al pensar que podía ser así, no lo hice y comencé a leer sus libros, entonces quedé fascinado con su sentido del humor. Ahí descubrí que el humor y la biografía, el dato autobiográfico y la invención de mundos se daban en Cortázar. Él escribía sobre París pero para contar mejor Buenos Aires y eso ha sido lo mismo que hice desde entonces; escribir sobre Perú hablando de París o de otras ciudades en las que he vivido. Contar Lima a través de esos personajes limeños. Mi traductora, al leer uno de mis primeros cuentos traducidos al francés, me dijo que daba una versión de París que no existía y que sin embargo era creíble. Creo que eso describe algo muy cierto de lo que yo he escrito sobre ciudades y personas.
– En una entrevista decía que solo podía escribir sobre los lugares una vez que se había ido, que los había dejado.
– Es una forma poderosa de revivir y recordar. Creo que solo se puede escribir sobre cosas que uno amó, no se puede escribir totalmente sobre la fantasía, tiene que haber una base real siempre. Se corrige la realidad con la fantasía para que duela menos.
– En este momento de balance, ¿hay un libro que recuerde especialmente?
– Sí, el libro que más quiero es Tantas veces Pedro, porque todo el proceso de escritura fue mágico, me fui a vivir verano entero a un pequeño pueblo de pescadores, me instalé solo y escribía todos los días muchas horas. Salía, me daba cuenta que tenía hambre, me iba a un bar y me tomaba unas copas. Después de semanas, el dueño de ese bar me dijo: "Usted es el cliente más raro de los que ha entrado a este lugar porque llega totalmente ebrio, luego se toma unas copas y está totalmente sobrio". Claramente ese era mi mundo literario que me tenía absorto.
Bryce Echenique asegura que Permiso para retirarme. Antimemorias 3 es su último libro, pero el editor peruano Germán Coronado, quien lo acompaña en su gira por América Latina, adelanta que está trabajando en una publicación con correspondencias que el autor ha mantenido desde los años 60 con algunos amigos al llegar a París.
El libro llevará como título Cartas desde la hondonada, comienza en 1966 y según explica Coronado será "interesante para los lectores de la obra literaria de Bryce descubrir que hay vasos comunicantes y que no todo lo que ha contado en sus novelas o ha puesto en marcha en la vida de sus personajes corresponde a su vida pero sí ha tomado elementos de esa vida que le ha tocado vivir en Europa".
Coronado contó que en principio las cartas que se iban a publicar eran las que había escrito Bryce Echenique y que sus amigos habían guardado especialmente pero hace unos meses el autor de Huerto cerrado le entregó algunas de sus respuestas, lo que hizo repensar el trabajo del editor, si se publicarán también o no.
"Las cartas son un género en sí mismo, durante largo tiempo he mantenido una correspondencia con una amiga salvadoreña que ha dado lugar a una novela epistolar 'La amigdalitis de Tarzán'. Este proyecto es diferente y también lo celebro, será interesante leerlo", aseguró el escritor peruano que se presentó en la Feria del Libro de Buenos Aires junto con Cecilia García-Huidobro y Federico Jeanmaire.
– ¿Cómo ha tomado estos viajes de promoción, de presentación de libros, ferias? Algunos dicen que les quitan tiempo para escribir, que es la parte que menos les gusta, otros que es una oportunidad para tener material para escribir.
– Yo digo siempre que no viajo a países, viajo a amigos. Ahora por ejemplo vine con la ilusión de ver a Federico Jeanmaire. Esos afectos completan mi viaje, es la parte personal, intima del viaje. Vienen siendo unas muy lindas jornadas, jornadas sentimentales.
Durante la entrevista recomendó autores peruanos como "Alonso Cueto que acaba de publicar una novela llamada La Perricholi, Jorge Luis Barco Benavides, que tiene una obra apasionante y de gran calidad, Fernando Ampuero o Renato Cisneros".
Al relatar sus viajes y el encuentro con sus amigos escritores, las reseñas que le pidieron y los últimos libros leídos, Bryce Echenique asegura que en esas prácticas se concentrará su vínculo con la literatura después de este último tomo de sus Antimemorias.