Al principio parece un juego. Alguien ha encerrado al niño en un lugar oscuro y él tiene que intentar salir de allí por su propios medios. Lo primero sería encontrar el interruptor de la luz, pero el niño no lo busca porque piensa que la puerta se va a abrir en cualquier momento. [] La puerta no se abre.
Primero es el desconcierto. Ese niño en ese lugar y la intriga: ¿qué le pasará? La respuesta se irá descubriendo casi en paralelo a la trama central a medida que avanzan las páginas, puesto que la historia de ese niño es contada como introducción de cada una de las cinco partes que componen los setenta y ocho capítulos que obligarán al lector hacer un alto a las series y a dejar el control remoto de lado.
La novia gitana (2018) es una novela atrapante desde la primera oración. Fuerte, descriptiva al punto de generar escalofríos. Además, sorprende porque Carmen Mola —pseudónimo de la autora— se mantenga en el anonimato luego de que este, su primer libro, lograra las mejores críticas en los cuatro países en los que fue publicado antes que en España, en 2018: Francia, Alemania, Noruega y Holanda.
En febrero de este año llegó a Argentina editado por Alfaguara. Sin dudas, un novela negra sin precedentes que introduce a la escena de la literatura policial a Elena Blanco.
Las novias gitanas, dos crímenes escalofriantes, la familia y Elena Blanco
La historia está ambientada en Madrid y se centra en descubrir al asesino de Susana Macaya, una joven gitana educada como paya (los que no son de la raza), que desaparece tras su despedida de soltera.
Su cadáver es encontrado dos días después: ha sido brutalmente torturada siguiendo un ritual repugnante y atroz. ¿Lo más sorprendente que descubren los investigadores? Su hermana Lara sufrió idéntica suerte siete años atrás, en vísperas de su boda, pero el asesino cumple condena en prisión: ¿alguien ha imitado sus terribles métodos o hay un inocente encarcelado?
Para investigar qué pasó y quién lo hizo está la inspectora Elena Blanco, una policía veterana amante del karaoke, los coches antiguos, las relaciones ocasionales y la grappa, en la que intenta ahogar su doloroso pasado. La mujer deberá levantar los velos uno a uno para descubrir quién pudo vengarse con tanta saña de las hermosas novias gitanas, pero en el camino, se enfrentará a sus peores fantasmas.
“En Madrid se mata poco”, le decía al joven subinspector Ángel Zárate su mentor en la policía; “pero cuando se mata, no tiene nada que envidiarle a ninguna ciudad del mundo”, podría añadir la inspectora Elena Blanco, jefa de la Brigada de Análisis de Casos, un departamento creado para resolver los crímenes más complicados y abyectos.
La Quinta de Vista Alegre, patrimonio olvidado del madrileño barrio de Carabanchel, es el lugar elegido por la autora como escenario donde aparece el cuerpo de Susana Macaya. A simple vista, los detectives locales asumen que podría tratarse de un crimen más, pero poco después descubren que había sido cruelmente y meticulosamente torturada.
No les llevó mucho tiempo relacionar ese crimen con otro que ocurrió 7 años atrás, cuando mataron a Lara. Más tarde saben que no solo se relacionan por la saña sino que las víctimas eran hermanas y que ambas estaban a punto de contraer matrimonio.
Algo que confunde a los policías es que el asesino de Lara cumple condena desde entonces, por lo que solo caben dos posibilidades: o alguien ha imitado sus métodos para matar a la hermana menor o hay un inocente encarcelado.
Aparecerán en escena el comisario Rentero que decide apartar del caso al novato policía Zárate y encargárselo a la veterana Blanco, una mujer peculiar y solitaria, pero vulnerable que se mantiene en el cuerpo de investigaciones para recordar cada día y cada noche que en su vida existe un caso pendiente, que no ha podido cerrar.
Blanco se meterá de lleno en la investigación del crimen y asomará en la vida de una familia gitana que han renunciado a sus costumbres para integrarse a la sociedad paya. Esa "traición" otros no la perdonan.
¿Los crímenes de las novias gitanas habrán sido por venganza?
“Poderosa, original y adictiva. Una nueva voz con un increible potencial, que recuerda a Dolores Redondo, Pierre Lamaitre y Luca D´Andrea”. Sander Knol, editor de Xander (Holanda)
¿Quién es la intrigante Carmen Mola?
Vive en Madrid. Es lo único de ella que dice la solapa de La novia gitana. Nadie aún, desde que el libro vio la luz y tras tres ediciones en pocas semanas, pudo verla en persona. Lo sorpresivo o extraño es que esta sería su primera obra y tremenda puesta no parece ser la primera.
"El 29 de septiembre de 2017, a las 8:26 de la mañana, apenas llegada a la oficina, recibí un email de la agente Justyna Rzewska: 'Te hago llegar una novela policíaca ambientada en Madrid que espero te guste'. A continuación seguía una descripción muy intrigante sobre la trama, y una aún más intrigante biografía de la autora: 'Carmen Mola (Madrid, 1973) es profesora de universidad. Vive en Madrid con su marido y sus tres hijos. La novia gitana es su primera novela'", cuenta en Zenda la escritora y directora literaria de Alfaguara, en Madrid, María Fasce, sobre cómo le llegó el "manuscrito" (un archivo en PDF).
Sigue el relato sobre ese momento: "Abrí el archivo: la novela empezaba con la escalofriante escena de un niño encerrado con un perro moribundo. El primer capítulo, sin aparente conexión con la escena anterior, contaba una despedida de soltera que terminaba muy mal. Reconocí esa adrenalina: el cuerpo que te pide no soltar un libro. Es una sensación muy particular, vivo buscándola", reconoce Fasce.
María Fasce: "¿Una Elena Ferrante de la novela negra? Recordé el documental Ferrante Fever, en el que una mujer siempre de espaldas y con gabardina se pasea por las calles"
Elena Ferrante es el pseudónimo de una escritora de la cual hay poquísima información y muchas suposiciones. Autora de una serie de libros con grandes ventas y mejores críticas, quien en 2016 fue elegida por la revista Time entre las cien personas más influyentes del año.
El caso Ferrante se habría cerrado gracias al periodista italiano Claudio Gatti, quien luego de una profunda investigación aseguró, con argumentos, que la autora de esta tetralogía de éxito mundial era una traductora freelance que respondía al nombre de Anita Raja.
Luego de mucho buscar, Fasce logró contactarse con Mola (aparentemente) por correo electrónico. A continuación lo que se escribieron:
María Fasce: —¿Por qué ocultarse detrás de un seudónimo?
Carmen Mola: —En realidad, hay tantos motivos que no entiendo por qué otros autores no lo hacen. Para empezar, creo que lo importante es la novela, no quién la haya escrito. ¿Qué más da que sea una mujer guapa y alta o un señor feo y bajito? Mi interés era que la gente leyera la historia de las dos novias gitanas y la inspectora de policía aficionada a las canciones de Mina Mazzini que investigaba sus muertes. Pero he dicho que había más motivos. Es mi primera novela y eso quiere decir que me dedico profesionalmente a otra cosa. No quería que mis compañeros y compañeras de trabajo, mis amigas, mis cuñadas o mi madre supieran que se me ocurría escribir sobre alguien que mata a una joven haciéndole perforaciones en el cráneo para meter larvas de gusano y sentarse a ver cómo le van comiendo el cerebro… No lo entenderían, para todas ellas soy tan convencional… Hay más. ¿Y si la novela hubiera sido un absoluto fracaso? Tendría que dar explicaciones y pasaría mucha vergüenza. Y, por el contrario, ¿si fuera un clamoroso éxito? A lo mejor me veía obligada a cambiar de vida, que es algo que no me apetece, estoy muy satisfecha con la mía… Se me ocurrirían más razones, estoy segura.
María Fasce:—¿La decisión es previa o posterior a la escritura de la novela?
Carmen Mola: —No lo tengo muy claro. Siempre soñé escribir una novela, y en mis sueños siempre la firmaba con pseudónimo. Pero mientras la escribía ni siquiera pensaba que fuera a ser capaz de terminarla, mucho menos de publicarla; así que hasta que hablé con Justyna Rzewska, la agente literaria que ha sido capaz de llevarla a Alfaguara Negra y de vender los derechos para tantos países, no volví a acordarme del tema del pseudónimo. Lo único que me apetecía que se supiera es que la novela está ambientada en Madrid porque soy madrileña y amo mi ciudad, por muy incómoda que sea a veces.
Publica sobre Carmen Mola ABC Culura: "Llegó en silencio, sin hacer ruido, el pasado 17 de mayo, justo para la Feria del Libro de Madrid, y cinco meses después ya va por la sexta edición, con 20.000 ejemplares vendidos, según su editorial".
Sin más, una novela para enamorarse del género.
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