Las imágenes del incendio que envolvió el lunes a la catedral de Notre Dame, un ícono de París, dieron vuelta al mundo llevando angustia y por momentos incredulidad, mientras se espera que los expertos determinen si la estructura medieval sobrevivirá o no.
La catedral católica comenzó a construirse en el año 1163 y se terminó en 1345, y desde entonces es considerada una joya de la arquitectura gótica. Pero más allá de su valor artístico, Notre Dame se convirtió con el paso de los siglos, y tras lograr sobrevivir a muchos otros incendios en la ciudad, diferentes invasiones y ocupaciones y el mismo paso del tiempo, en un símbolo de París y prácticamente de toda Europa Occidental.
Por esta y otras razones, el edificio de madera y piedra, que ahora corre peligro aunque se hayan extinguido las llamas y sin que se conozcan aún las causas del incendio, era hasta la fecha visitado por casi 12 millones de personas al año.
Pero no es el único edificio-monumento que ha sido víctima de las llamas, desde la antigüedad hasta los tiempos más recientes.
1-El incendio en el Museo Nacional de Río de Janeiro en 2018
Hace apenas seis meses atrás, el 2 de septiembre de 2018, un voraz incendio destruyó casi por completo al Museo Nacional de Brasil, en Río de Janeiro, y gran parte de su valiosa colección recolectada en sus más de 200 años de historia, considerada la más importante de América Latina.
El Palacio Imperial de São Cristóvão comenzó a construirse en 1803 como residencia de la familia imperial brasileña y las obras sobre la estructura y el parque Boa Vista se extendieron hasta 1863.
Tras la caída del Imperio de Brasil y la llegada de la República, se convirtió en 1892 en la imponente sede del Museo Nacional, fundado en 1818, y se trasladó allí su colección de objetos en las áreas de antropología y sociología, botánica, geología y paleontología y zoología, como señala el periódico Nodal.
Pero el incendio que comenzó por la tarde del 2 de septiembre, tras el cierre a los visitantes, consumió una gran parte de este valioso acervo y dañó considerablemente a la estructura del Palacio, cuyos techos se derrumbaron. Sin embargo, el edificio no colapsó y el gobierno Brasileño ha anunciado obras de reconstrucción.
2-El Hotel Taj Mahal, atacado en 2008
El inconfundible edificio del Taj Mahal Palace Hotel abrió sus puertas al público en 1903 en Mumbai y rápidamente se convirtió en el albergue más lujoso de la India, superando durante su historia al período de dominación británica y a la independencia posterior hasta convertirse en un ícono del ascenso indio en el concierto internacional.
Fue un hotel pionero: el primero de la India en tener luz eléctrica, el primero en utilizar ascensores para subir sus seis pisos, el primero en ofrecer el servicio de mayordomos ingleses, y el primero en abrir un bar, un restaurante sin horario de cierre y una discoteca, como recuerda la revista Vogue.
Pero el 26 de noviembre de 2008 el Taj Mahal casi desaparece luego de que el grupo terrorista paquistaní Lashkar-e-Toiba lo eligiera como uno de los blancos, precisamente por su valor simbólico, de su brutal ataque contra varios puntos de la ciudad de Mumbai.
El hotel fue uno de los seis sitios históricos asaltados por un comando de 10 terroristas armados con fusiles AK-47, explosivos y granadas. En total, asesinaron a 166 personas e hirieron a más de 300, antes de que fueran abatidos por las fuerzas de seguridad indias.
Sólo en el Taj Mahal 31 personas fueron asesinadas cuando los terroristas ingresaron, tomaron rehenes y se atrincheraron. Además, el uso de explosivos causó un incendio en los primeros pisos e hizo colapsar el techo del hotel. El asedio duró tres días, hasta que fuerzas especiales indias recuperaron el edificio.
Se necesitaron 21 meses para las obras de reconstrucción, iniciadas rápidamente y sin consideración por los gastos por el dueño del hotel, el grupo industrial Tata.
3-Piromanía y crisis política en el Reichstag, 1933
Se trata de uno los incendios más politizados de la historia. El 27 de febrero de 1933, apenas un mes después de que el futuro dictador Adolf Hitler fuera designado Canciller de Alemania y en medio de fuertes tensiones internas entre nazis y comunistas, las llamas destruyeron casi por completo el Parlamento alemán en Berlín.
Mientras los bomberos intentaban apagar el incendio, la policía alemana halló en el interior del edificio al militante comunista holandés Marinus van der Lubbe, semidesnudo y junto a material inflamable, y lo arrestó.
Van der Lubbe acabó confesando en su juicio que había actuado en soledad para incitar la resistencia ante el régimen fascista que apenas comenzaba a gobernar, y fue sentenciado a muerte y ejecutado en 1934.
El incendio del Reichstag fue justo lo que el nacionalsocialismo, que gobernaba en una coalición conservadora y aún bajo la normativa de la llamada República de Weimar, necesitaba para dar su golpe, ya que con la excusa de una incipiente campaña terrorista de parte de fuerzas comunistas, Hitler logró que el presidente Paul von Hindeburg firmara un decreto de suspensión de garantías para lidiar con la crisis en las calles, y con esto, para muchos, se dio el inicio de la dictadura nazi.
Por esta razón, el incendio del Reichstag ha sido visto cuanto menos como un golpe de suerte para Hitler gracias a la obra de un descarriado militante comunista, y cuanto mucho como un autoatentado perpetrado por los mismos nazis y orquestado en secreto por Hermann Göring, como sostuvo un ex espía alemán tras la Segunda Guerra Mundial.
De cualquier manera, la destrucción casi completa del parlamento fue un golpe cultural muy fuerte en Alemania y repercutió en todo el mundo. El edificio del Reichstag había comenzado a construirse en 1871 poco después de la unificación alemana y con el objetivo de albergar a la dieta imperial, y había sido inaugurado en 1894.
Fue un símbolo del ascendente poder del Imperio Alemán hasta el fin de la Primera Guerra Mundial, y luego una representación de la debilidad de la República de Weimar, caracterizada por la atomización política precisamente en la representación de partidos dentro del Reichstag.
Los nazis nunca rehabilitaron el edificio, mudando en cambio al parlamento, convertido en poco más que un espacio para aplaudir a Hitler, a la ópera Kroll.
Así, quedó como una ruina y un recuerdo de tiempos pasados hasta que la República Federal comenzó su reconstrucción en la década de 1960, sin tener en claro un uso específico. Tras la reunificación de Alemania en 1990, finalmente el Reichstag fue rehabilitado como parlamento de la nueva nación, incorporando una nueva cúpula y deshaciéndose de símbolos heráldicos vinculados al pasado.
4- Las llamas sobre Westminster, 1834
El Reichstag no fue el único parlamento en arder. El hoy famoso Palacio de Westminster, en Londres, fue también víctima de un furioso incendio en la primera mitad del siglo XIX que destruyó casi por completo la estructura medieval original.
Las obras de construcción del viejo palacio de Westminster comenzaron en el año 1016 por orden de Canuto II, rey de Dinamarca e Inglaterra, y el edificio sobre el río Támesis se convirtió en la residencia principal de la familia real.
Comenzó a ser usado como parlamento en 1295, cuando Eduardo I convocó a la primera asamblea inglesa.
Para el año 1834 el Palacio de Westminster había recibido mejoras y reformas y había crecido considerablemente en tamaño. Hasta que el 16 de octubre de ese mismo año ocurrió el desastre.
Según registros y testigos de la época, el incendio fue provocado por una quema de palos tallados, fragmentos de madera utilizados en aquella época para contar, que se salió de control.
Aunque afortunadamente no se registraron víctimas, la destrucción fue casi total, no sólo del viejo palacio sino también de los archivos del parlamento.
Poco después se encomendó el diseño y construcción de un nuevo Palacio de Westminster en el mismo lugar, y las obras tuvieron lugar entre 1840 y 1876, hasta llegar al actual Parlamento Británico que se ha convertido también en un ícono de Londres.
5- Desastre en el Globe Theatre, en 1613
El Globe Theatre (teatro del globo, o teatro del mundo) fue una sala isabelina que saltó a la fama por su asociación con el dramaturgo inglés William Shakespeare, autor de algunas de las obras más importantes de la literatura anglosajona y mundial.
Fue construido en 1599 por la compañía de teatro Lord Chamberlain's Men (Los hombres de Lord Chamberlain), de la que Shakespeare era parte como su principal dramaturgo.
Aunque sólo se conocen algunos bocetos, se cree que el Globe Theatre era un edificio fiel al estilo de su época: un teatro circular construido en madera con varios pisos y un techo abierto justo en el centro.
Precisamente la construcción en madera, desplegada en toda la Europa medieval, presentó en aquellos tiempos siempre un peligro de incendio y Londres, de hecho, ardió numerosas veces en su historia.
El 29 de junio de 1613, mientras los hombres de Chamberlain representaban la obra Henrique VIII, de Shakespeare, un cañón de utilería fue disparado y el fuego encendió el techo del teatro, que se consumió completamente, como reconstruye el portal especializado Shakespeare Online.
6- La casi mítica Biblioteca de Alejandría
Se trata posiblemente de uno de los símbolos más importantes de la cultura helénica y del mundo antiguo. La Gran Biblioteca de Alejandría, creada por la dinastía griega que dominaba por ese entonces Egipto, fue construida en el siglo III a. C. y desapareció progresivamente en los siglos posteriores.
Se cree que su primer bibliotecario fue el griego Zenódoto de Éfeso y las estimaciones sobre la cantidad de papiros que llegó a albergar varían entre 40.000 y 700.000, de acuerdo al historiador James Eason de la Universidad de Chicago.
La biblioteca sufrió numerosos ataques durante el período ptolemaico durante el cual fundada, así como también durante la dominación romana posterior y también luego de la caída de Roma, hasta desaparecer progresivamente.
Aunque se suele hablar de un gran incendio que consumió su acervo, hoy en día se cree que la biblioteca sobrevivió a varios en el espacio de siglos, hasta finalmente desaparecer.
El primero ocurrió durante la invasión romana de Egipto comandada por Julio Cesar, en el 48 a. C., cuando la biblioteca ardió accidentalmente durante una de las batallas en Alejandría.
Se cree que la biblioteca volvió a sufrir las llamas durante la ocupación romana en el año 272, y en 391 el emperador Teodosio I ordenó que fuera destruida por considerar que albergaba textos paganos, en tiempos en los que el Imperio Romano comenzaba a adoptar oficialmente el cristianismo.
El último registro de un incendio destructor data del año 642, cuando la ciudad cayó en manos de los musulmanes comandados por el califa Omar y éste ordenó la destrucción total de los libros, por oponerse al Corán. Aunque los historiadores modernos han puesto en duda estas versiones.
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