"Game of Thrones": la lucha por el poder hasta el final

Este domingo comienza la octava y final temporada de la serie más popular en la actualidad. No sólo una historia de casas nobles enfrentadas, intrigas cambiantes, dragones y zombies, sino una elevada reflexión sobre el dinamismo del poder y del afán de los humanos por retenerlo o desfallecer. Aquí las claves de la serie, de lo que dejó la séptima temporada y lo que les espera a sus personajes en la guerra contra los muertos

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Por Alfonso Semenoni

"¿Cómo va a terminar Game of Thrones?", interrogó Daenerys Targaryen a Jon Snow. Ocurrió el 6 de abril en Nueva York: la actriz Emilia Clarke irrumpió en cámara mientras Kit Harington hacía el monólogo inicial como anfitrión del show Saturday Night Live. Él sonrió: "Vos también sos parte del programa". Y Clarke retrucó. "Pasó mucho tiempo desde la última temporada, y en muchas escenas le hablo a un dragón que, en verdad, es una pelota de tenis clavada en un palo. No tengo idea qué va a pasar".

En cada aparición promocional, los protagonistas potencian el enigma para evitar filtraciones: Game of Thrones es una de las series que sufrió más ciberataques, hace ocho años, y una leyenda dice que se rodaron varios finales para que ni sus actores supieran el verdadero. ¿A qué dragón le hablará Daenerys este domingo, cuando arranque la octava temporada de Game of Thrones por las señales HBO y Cinemax? Nadie sabe si va a sobrevivir. El invierno llegó para todos en Game of Thrones.

En el último episodio de la séptima, los White Walkers (los caminantes blancos, de piel azul traslúcida) atravesaron al Norte el inmenso Muro de Hielo, con su ejército de zombies, para aniquilar a los humanos. Esta será la gran batalla. La de los vivos contra los muertos. El domingo, en el episodio estreno, la Madre de Dragones, Daenerys Targaryen, llegará al norteño castillo de Winterfell junto a Jon Snow y a su consejero Tyrion Lannister (Peter Dinklage) para encabezar la guerra contra esta horda de zombies.

Nadie ignora que, en aquel mismo episodio (el más visto de todos), Jon y Daenerys tuvieron sexo en un barco, y que esto podría sumar un conflicto adicional. La líder platinada siempre deseó gobernar a los Siete Reinos, y aquél todavía cree que es un bastardo del patriarca Ned Stark. Pero los fans no ignoran que Snow es hijo de los fallecidos Lyanna Stark -hermana de Ned- y de Rhaegar Targaryen -hermano de Daenerys-.

Por lo tanto, por línea sucesoria tendría más derecho al Trono de Hierro que su tía Daenerys. Habrá que ver cómo reacciona ella. Aunque a Snow no lo desvela dominar los Siete Reinos. Su real obsesión es acabar con los White Walkers. ¿Quién puede conservar el Trono de Hierro para siempre? De eso habla Game of Thrones. Del dinamismo del poder y del afán de los humanos por retenerlo o desfallecer.

El Rey de la Noche y su ejército, la gran amenaza
El Rey de la Noche y su ejército, la gran amenaza

Piezas móviles

Esta serie de David Benioff y D.B. Weiss ampliará su atracción y sus números en sus seis episodios finales, desde el domingo. Game of Thrones ya ganó 47 Premios Emmy -el récord- y es la serie más vista en la historia de la TV. Gracias a su gran poder de fuego publicitario, de una ficción de nicho se transformó hace años en una ficción de alcance mundial. Sus diez o doce personajes centrales se volvieron verdaderos íconos de la cultura pop y del entretenimiento en esta nueva era dorada de las series, expandidas por el consumo en las plataformas on-line.

Pero Game of Thrones, que se basa en la saga literaria Canción de Hielo y Fuego (de George R. R. Martin), no debe su éxito sólo a buenas estrategias de mercado. Su fama y su prestigio están en su calidad narrativa, en sus giros sutiles, sus diálogos de alto calibre y las psicologías de elevada complejidad de sus actores vitales. Los más amados y los más odiados desde que todo comenzó, en 2011.

"En el Juego de Tronos, o se gana o se muere". En la primera temporada, ésa fue la advertencia de Cersei Lannister (Lena Headey) al honorable Ned Stark (Sean Bean), cuando él amenazó con revelar que la rubia había tenido a sus tres hijos con su mellizo Jaime (Nicolaj Coster-Waldau), no con el rey Robert Baratheon. Cersei no pestañeó. Tres episodios después, el monarca ya no respiraba, y Stark era decapitado en la ciudad de King's Landing. Este giro drástico en la trama fue un hito de la TV, y signó el impacto creciente de Game of Thrones. Si su mayor ícono podía morir, nadie por debajo estaba a salvo en el juego de tronos.

Así, las piezas comenzaron a moverse y, los demás héroes, a ganar profundidad. Las dos hijas mujeres de Ned fueron testigos de la decapitación. La pelirroja Sansa (Sophie Turner) quedó presa de los Lannister y la pequeña Arya (Maisie Williams) se escondió y escapó, para volverse una asesina -de daga y espada- en busca de venganza, que puede tomar la identidad y el rostro de quienes liquide. Tras la muerte de su padre, su hijo mayor Robb Stark (Richard Madden) fue declarado Rey en el Norte y lanzó la guerra contra los Lannister. Y el supuesto bastardo de Ned, Jon Snow, se abocó a la Guardia de la Noche, allá en el Muro, para defender la frontera de los salvajes, sufrir traiciones, y, por fin, unir a todos contra el enemigo común.

Durante años, Game of Thrones expuso las peripecias de los Stark y de Snow, soportando el afán de dominio de los Lannister, con sus cambiantes aliados y traidores en el continente Westeros. A la par, en el exilio avanzaba Daenerys Targaryen, con tres dragones (Rhaegal, Drogon y Viserion) que crecían rápidamente y un claro deseo: gobernar los Siete Reinos. "Soy la legítima Heredera del Trono de Hierro", repitió Daenerys año a año, mientras esquivaba intentos de asesinato, liberaba esclavos y obtenía ejércitos y barcos para avanzar sobre King's Landing.

Además se expandió la historia del, tal vez, más rico personaje de Game of Thrones: Tyrion Lannister. El hermano de Cersei y Lannister creció despreciado por su padre Tywin (el hombre con más poder en los Siete Reinos), y sostuvo su sarcasmo y su talento político incluso al soportar un falso juicio por el envenenamiento de su sobrino e hijo mayor de Cersei: el torturador rey Joffrey. Tyrion mató a su padre por tener sexo con la amante de él. Jaime el que lo hizo huir de la ciudad y terminó convertido en la Mano de Daenerys (su consejero), por su buena experiencia en el mismo cargo en King's Landing. Y la Madre de Dragones le cobró un afecto sincero. ¿Quién puede odiar a Tyrion Lannister, dueño de frases brillantes y varios de los mejores diálogos de la serie?

Tyrion Lannister
Tyrion Lannister

Sin tregua para los vivos

En la séptima temporada, Daenerys conoció a Jon Snow y entendió que los White Walkers son un peligro mayor que los Lannister. La última del linaje de los Targaryen nació para conquistar, aunque no con la crueldad de Cersei. "La gente que te sigue cree en un mundo diferente. Si usás tus dragones para derretir castillos y quemar ciudades, va a ser igual que los demás", le dijo Jon Snow en uno de los últimos episodios. Y volvió al Norte: necesitaban capturar a un zombie para ofrecérselo a Cersei y lograr una tregua. El Trono de Hierro podía esperar.

Pero los muertos lograrían un poder adicional. Cuando la propia Daenerys voló con sus dragones al otro lado del Muro para rescatar a Jon y a sus aliados de una muerte segura entre la nieve, el Rey de la Noche (el líder de los White Walkers) le arrojó una lanza a Viserion y éste se hundió en un lago semi-congelado. Más tarde, cientos de zombies reflotaron al animal muerto, y el Rey de la Noche le posó su mano azulada. Lo transformó en un dragón de hielo zombie a su servicio, que no arroja fuego: escupe un frío letal.

El 27 de agosto de 2017, en el séptimo episodio de la última temporada ocurrió el anhelado cónclave de todos los personajes de Game of Thrones. Jaime y Cersei Lannister recibieron a Snow y a Daenerys en King's Landing. ¿Cuál era el objeto de la reunión? Despejar sus dudas acerca de la existencia de los White Walkers. Trajeron al zombie en una caja, éste salió corriendo con los dientes abiertos hacia Cersei, aterrada. Hasta que Snow lo prendió fuego y lo remató con una daga de dragonglass (obsidiana), que junto con acero valyrio son las tres cosas que los exterminan. "Sólo hay una batalla que importa. La gran guerra. Y está aquí", dijo Snow.

Cersei, que está embarazada, les aseguró que sumaría su ejército. Y más tarde le confesó a Jaime que les había mentido: no va a luchar con quienes -dice- quieren destruirla. La Reina contrató a 20 mil soldados y está aliada con el jactancioso Rey de las Islas de Hierro, Euron Greyjoy, que domina el mar. "Que los monstruos se maten entre ellos", le dijo Cersei. Pero Jaime, que desde que perdió una mano se volvió un poco menos cínico, le contestó: "Si ganan los muertos van a venir a matarnos. Si ganan los vivos, también, por traicionarlos".

Jaime se animó a abandonarla (aunque no se imagine sin ella). En el primer episodio por venir se prevé que se unirá a los demás héroes en la contienda. En la última escena de la séptima temporada transcurrió el mejor gancho para aumentar la ansiedad en estos dos años de espera. Montado por el Rey de la Noche, el dragon Viserion derritió el Muro de Hielo en 30 segundos y los White Walkers iniciaron la invasión.

Dos escenas antes, Daenerys y Jon tenían sexo en un barco rumbo al Norte, donde los aguarda su hermana Sansa Stark, con el cargo de Lady de Winterfell -en representación de Snow-. En el castillo familiar también los espera Arya, tras haber liquidado al insidioso Petyr "Littlefinger" Baelish. Además los aguardan su mejor amigo Samwell Tarly (John Bradley), quien descifró los puntos débiles de los White Walkers estudiando las viejas escrituras, y Bran Stark, ya convertido en el Cuervo de Tres Ojos: el que puede "ver el pasado y todo lo que ocurre en el presente". Son los dos que conocen la verdadera identidad de Jon Snow.

Daenerys Targaryen y Jon Snow
Daenerys Targaryen y Jon Snow

Nieve y cenizas

La expectativa por lo que sucederá desde este domingo a la noche, por HBO, creció con los últimos trailers, que dejaron pistas y más enigmas sobre cómo se seguirán moviendo las piezas. "Lucha por los vivos", se titula el avance del 2 de abril, que durante un minuto muestra a Winterfell arrasada por la guerra. Entre los escombros se distinguen varios objetos-símbolos: el collar de dragones de Daenerys, la espada de Jon Snow, la daga de Arya Stark y la mano postiza de Jaime Lannister.

En el trailer del 5 de marzo, Snow y Daenerys aparecieron montando a caballo junto a sus tropas. Los dos dragones sobrevuelan Winterfell bajo la mirada pasmada de Sansa Stark. Y en King's Landing, Cersei Lanniser esboza un gesto cínico bebiendo una copa de vino. El video remata con la silenciosa figura del Rey de la Noche. ¿Otra metáfora de cadáveres por venir? En el primer tráiler, de enero, Sansa, Arya y Jon recorrieron la cripta familiar oyendo las voces de los muertos y frenaron delante de sus propias estatuas. Quizá sea un sueño, o la representación del miedo que cobija a los Stark desde que le cortaron la cabeza a Ned.

En el cuarto o quinto episodio de los seis por venir, la épica será absoluta: va a comenzar la batalla más larga e impactante de Game of Thrones. Llevó 11 semanas de filmación, de noche y muchas veces bajo cero, y confluirán en ella todos los caracteres más queridos (con sus arcos argumentales): además de los hermanos Stark y de Daenerys estarán Tyrion Lannister, Brienne de Tarth, Sam, Gendry, Jorah Mormont, Sandor "El Perro" Clegane, Tormund Giantsbane, Theon Greyjoy y Gusano Gris, el líder de Los Inmaculados, el ejército de eunucos de Daenerys.

El jueves 11 de abril llegó una extraña noticia. Estudiantes de la Universidad Técnica de Munich (TUM) crearon un sistema para predecir, mediante algoritmos, las chances de sobrevivir con que cuentan los personajes clave de Game of Thrones. En la página got.show se ven los resultados. Entre ellos y ellas, Daenerys Targaryen tiene un 99% de probabilidades a su favor, Cersei Lannister un 95% y, Sansa Stark, un 73% de morir.

Las razones de estos cálculos están en cómo se comportó cada uno a lo largo de las temporadas. En sus estrategias, brillos y oscuridades. En cómo se las ingeniaron para seguir en juego en este mundo de políticas, alianzas e intrigas cambiantes. Pero los algoritmos no pueden predecir cómo subirán los latidos de los fans de todo el mundo este domingo, cuando se dispare la trepidante melodía leitmotiv de Game of Thrones. Y cada una de las casas nobles (e innobles) mueva sus piezas, ahora rumbo a la batalla final.

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