"Call my agent": una comedia con el desparpajo francés y el tempo perfecto de Hollywood

Con una estructura ligera y ágil, la serie gala -que ya tiene tres temporadas disponibles en Netflix- es un clásica novela de enredos sentimentales, crisis y dilemas empresariales, pero a su vez una refinada muestra de cómo tratar la incorrección y los temas tabú

Guardar

Diez por ciento es el porcentaje de dinero con que se quedan los agentes de los actores franceses. También el título original de una serie emitida por Netflix (cuyo título en inglés es Call My Agent). Cuenta las tribulaciones de una agencia de representantes parisina, la ASK. Súbitamente huérfanos de su socio fundador, cuatro agentes quedan a cargo de las idas y vueltas laborales y emocionales de esa especie tan complicada como los actores.

Estructurada como una comedia romántica ligera y ágil, 10 pour cent desarrolla dos líneas argumentales, a menudo entrecruzadas. Una es la clásica soap opera de enredos sentimentales, crisis y dilemas empresariales que tuvo su cumbre grave e importante con Mad Men. La otra le da un brillo especial a esta serie y es la aparición en cada capítulo de un importante actor francés haciendo de sí mismo.

Los cuatro personajes centrales son interpretados por actores sencillamente brillantes. Andréa (la extraordinaria Camille Cottin) es una lesbiana con una sexualidad desinhibida y activa; Mathias (Thibault de Montalembert) hombre de mediana edad, ambicioso e insatisfecho con su vida; Gabriel (Grégory Montel), un simpático solterón, botarate y atolondrado, y Arlette (Liliane Rovère), una vieja actriz de éxito, ahora solitaria y acompañada de un perrito a quien llama "Jean Gabin".

Reparto de “Call my agent”, disponible en Netflix
Reparto de “Call my agent”, disponible en Netflix

Como en las buenas series norteamericanas, una gran selección de personajes secundarios da sostén e interés. Al comienzo, Camille (Fanny Sidney) la hija no reconocida de Mathias, se pone la serie al hombro pero desde la mitad de la primera en adelante, será la desopilante asistente Noémie (Laure Calamy, reina del humor físico) la que se convierta más y más en protagonista. A lo largo de las tres temporadas, el asistente gay Hervé (Nicolas Maury), representa un pilar de la comicidad de la serie.

Las interacciones de los personajes permanentes son la estructura principal pero la frutilla de cada postre la da la presencia del actor/actriz famosa (¿cuál será el inclusivo de actor/actriz?). Nombres rutilantes como Juliette Binoche, Isabelle Huppert, Monica Bellucci, Isabelle Adjani, alternan con otros no tan conocidos entre nosotros pero que en muchos casos representan caras familiares de las películas francesas.

La comedia francesa popular (salvo en sus exponentes más sofisticados, como Jacques Tati) no ha sido especialmente refinada. No es el caso de Dix pour cent, que combina con feliz eficacia el ritmo y el tempo perfecto que Hollywood convirtió en lenguaje con el desparpajo moral francés. La trama avanza con más voluntarismo que rigor pero la empatía con los personajes y la gracia que destilan invisibilizan las debilidades argumentales.

Si uno debiera señalar aquellos puntos en los que la serie se destaca, hay dos que son sencillamente formidables. Uno es la libertad con la que se tratan los temas sexuales. La naturalidad con que Andrea encara su voracidad sexual; el hecho de ser una mujer que puede usar su cuerpo como una herramienta, incluso para su trabajo; la increíble libertad de acción (SPOILER: ¡se embaraza haciendo un trío!); el aborto como una posibilidad de elección: todas esas cosas son hoy impensables en la comedia norteamericana, atacada por el puritanismo de la corrección política imperante.

Juliette Binoche
Juliette Binoche

El otro punto de brillo de 10 pour cent tiene que ver con el humor con que las grandes figuras de su star system se representan a sí mismas. La neurosis perfeccionista de Isabelle Huppert es interpretada por Isabelle Huppert como si de otra persona se tratara; Juliette Binoche se pone un vestido para la presentación del festival de Cannes que no le entra y se le rompe antes de salir al escenario; Monica Bellucci, una de las mujeres más sensuales del mundo, se siente sola y quiere formar pareja con un "hombre común". Algunos casos son especialmente llamativos: un señor actor como Guy Marchand, ahora octogenario, se muestra a sí mismo sufriendo un pequeño ACV que pone en riesgo la filmación de una película. No hace falta explicar la valentía que representa para un actor ponerse con su propio nombre en ese lugar sólo para dar más lustre a una comedia de televisión.

Acostumbrados a la constelación de actores locales que busca legitimarse ante la sociedad con sus posiciones políticas y sus statements, expresados en público con la solemnidad de las grandes causas, nos provoca una gran impresión que los actores franceses se muestren a sí mismos como tremendamente neuróticos, inseguros y sin la necesidad de simular tener cuerpos perfectos.

10 pour cent, por otra parte, explora una parte no demasiado expuesta del mundo del cine: los contratos, las dificultades a la hora de hacer una carrera actoral, las incomodidades de las locaciones, la confrontación de egos y los vaivenes profesionales. Son demasiadas cosas para una serie de menos de una hora: hay que aceptar esos regalos milagrosos que cada tanto nos ofrece la televisión.

 

*10 pour cent tiene tres temporadas de seis capítulos cada una, de aproximadamente 50' de duración cada uno. Se espera una cuarta temporada para 2020. Está disponible en Netflix.

 

SIGA LEYENDO

"Brexit": una película sobre las razones que llevaron al Reino Unido a separarse de la Unión Europea

"Leaving Neverland": ¿se puede seguir escuchando a Michael Jackson como si nada?

Guardar