"¡Lo voy a rechazar! hasta que no se llame 'Woman' Booker…", dice Samanta Schweblin entre risas cuando Infobae Cultura le pregunta sobre la reciente nominación al Premio Man Booker Internacional. Desde luego, es un buen chiste, sobre todo porque —la escritor argentina lo sabe— el premio no se llama así por "man" (hombre), sino porque es patrocinado por el Grupo Man. Bueno, lo era. Desde junio, es presentado por la fundación Crankstart. SIn embargo se le sigue llamando así.
Este año, por segunda vez consecutiva, Schweblin volvió a quedar seleccionada. Fue por su libro Pájaros en la boca y comparte el honor con otros dos autores latinoamericanos: el colombiano Juan Gabriel Vásquez y la chilena Alia Trabucco Zerán. Figuran entre los 13 de la "long list" de este galardón que premia las obras traducidas al inglés y publicadas en el Reino Unido. Quien tradujo este libro es Megan McDowell, la misma que hizo la adaptación al inglés de Distancia de rescate, novela de Schweblin que quedó entre los seis finalistas al premio en la edición de 2017.
Ahora, en el Museo Pueyrredón de San Isidro, entrevistada por Infobae Cultura, cuenta sus sensaciones: "¡Una gran alegría!", comienza diciendo mientras cae la tarde, y continúa: "Los premios siempre son buenos. Ayudan a que los libros lleguen a más lectores. Y en el mejor de los casos dan mucho dinero, que es algo muy necesario porque hay que comprar tiempo libre para escribir, y el tiempo libre es muy caro".
El Man Booker International subraya particularmente la labor de los traductores, que comparten el premio de 50 mil libras (unos 58 mil euros) con los autores. Por esta primera preselección, cada escritor y traductor recibe 1.000 libras (unos 1.160 euros).
Este premio es el hermano del Man Booker, uno de los galardones más prestigiosos de la literatura anglosajona, que este año cumple cincuenta. El Internacional es nuevo, comenzó en 2005 y premió a escritores como Philip Roth y Alice Munro, siendo la última en obtenerlo la polaca Olga Tokarczuk en 2018.
"También me da una gran alegría ver un libro de cuentos en la long list —continúa la autora argentina radicada en Berlín, Alemania—, que no es algo normal. Creo que eso también abre puertas, va sentando precedentes. Y ver que un cuarto de los nominados on latinoamericanos, también, está buenísimo. Esta versión internacional es muy nueva, tiene pocas ediciones. Creo que sacudió bastante al mercado y a lo que están leyendo los lectores anglosajones. Esto disparó, no sé qué es consecuencia de qué, que se lea más literatura extranjera en Reino Unido."
"Además, creo que los argentinos y los latinoamericanos leen este premio como algo muy prestigioso. En los noventa, cuando yo iba a librerías, el noventa por ciento de los libros que estaban en la mesa de novedades eran de traducciones de norteamericanos. Y estos autores se vivían ganado estos premios. Nunca un latinoamericano", dice y luego concluye: Me doy cuenta que genera algo continental." Argentina también tiene sus expectativas, más allá de mis expectativas personales".
______
SEGUÍ LEYENDO
Samanta Schweblin: "Me pienso como una escritora argentina escribiendo desde afuera"
Samanta Schweblin y el universo inquietante de su nueva novela: tecnología, soledad y voyeurismo