Luego de trabajar cinco años como fotógrafo en la revista Look y tres cortometrajes, el director neoyorquino Stanley Kubrick realizó 13 películas en sus 45 años de carrera, lo que revela el tiempo que se tomaba en preparar cada proyecto.
A 20 años de su muerte, una invitación a cerrar los ojos e imaginar cómo habrían sido algunos de los proyectos que abordó, pero nunca llegó a realizar.
Su producción en largometrajes comenzó gracias a la ayuda de un tío adinerado que financió Fear and Desire (1953) – donde además de dirigir, realizó el guion, la fotografía y el montaje. El filme narra la historia de cuatro soldados que se encuentran atrapados entre líneas enemigas. La guerra como metáfora y excusa para describir el eterno conflicto humano entre la razón y el caos volvería en otras tres tres producciones: Senderos de gloria (1957), Dr. Insólito o cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba (1964) y Nacido para matar, en América del Sur, o Cara de guerra en América Central y México (1987).
Luego de aquel debut con buenas reseñas, realizó El beso del asesino (1955) -también financiada por un conocido- y Atraco perfecto (1956), la que fue su primera película "profesional", financiada por United Artists con un elenco de actores ya establecidos en la industria y hasta un operador de cámara, tarea que el estadounidense manejaba a la perfección, por otro lado.
A partir de allí comenzaría a recibir propuestas de todo tipo para estar detrás de cámaras, muchas le encantaron, otras siquiera llegaron a pre-producción. A continuación, una selección de aquellas películas de Stanley Kubrick que nunca veremos.
Lunatic at Large
Descubierto el guion en 1999, tras su muerte, Lunatic at Large es una pieza que cuenta con la coautoría de Kubrick y el novelista Jim Thompson, con quien ya había trabajado en Atraco perfecto y luego lo haría en Senderos de gloria.
El cineasta estaba listo para comenzar el rodaje, pero el ofrecimiento por parte de Kirk Douglas para liderar Espartaco (1960) lo hizo desistir de la idea. La cinta iba a estar ambientada en una Nueva York a finales de los 50 y la historia centrada en la relación entre un ex trabajador del ferias con serios problemas de ira y una camarera atractiva y nerviosa.
La película plantearía un misterio al que el público debía dilucidar: cuál de los personajes era un asesino que se escapó de un asilo. El yerno de Kubrick, Philip Hobbs, quien encontró el guion, comentó al New York Times: "Sabía de qué se trataba. Porque recuerdo que Stanley hablaba de Lunatic. Siempre decía que deseaba saber dónde estaba, porque era una gran idea". En 2011, el proyecto pareció resurgir e iba a tener a Scarlett Johansson y Sam Rockwell como protagonistas, pero nunca llegó a rodarse.
Ardiente secreto
Entre Atraco perfecto y su siguiente filme, Senderos de Gloria -su primer gran éxito comercial y el debut de la productora Harris-Kubrick films en asociación con Kirk Douglas- el director recibió una propuesta de la Metro-Goldwyn-Mayer para adaptar Ardiente secreto (A burning secret), una novela de 1913 de Stefan Zweig, y para la que convocó al novelista Calder Willingham.
La idea de Kubrick era realizar su propio homenaje a uno de sus directores favoritos, Max Ophüls, y la adaptación que éste hizo de otro relato de Zweig, Carta de una desconocida. Kubrick nunca negó la influencia de Ophuls en su carrera y de él tomó el travelling, aunque a diferencia de los realizados por el alemán, que eran más sinuosos y continuos, el estadounidense los reconvirtió en una pieza más geométrica, con movimientos de cámaras laterales o hacia adelante y atrás.
En Ardiente secreto, un hombre traba amistad con un niño para apoderarse de las riquezas de su madre. "Se podría decir que quizá este guion impulsó su interés por Lolita (1962). Creo que los temas del matrimonio, la fidelidad, el adulterio y el triángulo freudiano entre madre, hijo y padre son lo que lo atrajeron de ambos proyectos", dijo Nathan Abrams, quien descubrió el guion para el filme mientras realizaba una investigación para su libro sobre la última película del realizador, Ojos bien cerrados (1999), en 2018.
El gran impedimento para que el proyecto llegase a la pantalla fue el famoso Código Hays que funcionó hasta 1967 y que determinaba las reglas de aquello que se podía ver en pantalla y qué no. Luego, analizó llevar a la pantalla una obra de Willingham, Natural Child, pero otra vez el Código de Producción lo hizo desistir.
El rostro impenetrable
A pesar de los reveses, la sociedad con Willingham continuó. El escritor estadounidense participó del script de Senderos de Gloria y volvieron a trabajar juntos en 1958, en la elaboración de El rostro impenetrable, basada en The Authentic Death of Hendry Jones, de Charles Neider. El rostro… hubiese sido el único Western en la filmografía de Kubrick, sin embargo, a medida que la escritura avanzaba el interés de Marlon Brando por dirigirla también lo hacía. Ante las presiones del estudio y de Brando, que ya tenía el rol protagónico, decide abandonar la producción y Brando, finalmente, dirigiría la única película de su vida.
Willingham volvería a tener un papel crucial en la carrera del director, ya que fue el puente entre Kubrick y Vladimir Nabokov. Cuando el autor ruso estaba quebrado financieramente, Willingham lo convenció de vender sus obras a Hollywood y llevó personalmente una copia de Lolita al director.
Napoleón
Luego de tres años de trabajo, en 1968 se estrena 2001, odisea del espacio. No pasa demasiado tiempo para que Kubrick comience a abordar su siguiente y muy ambicioso proyecto: Napoleón Bonaparte.
"Me fascina el personaje. Su vida se ha descrito como un poema épico de acción y su vida sexual era digna de Arthur Schnitzler", dijo Kubrick en una entrevista. Para realizar su "poema épico de acción" miró todas las películas realizadas sobre el conquistador galo, desde las de Abel Gance hasta la serie soviética Guerra y Paz y leyó cuanta biografía cayó en sus manos.
El primer guion, disponible en internet, estuvo listo para septiembre de 1969. La pieza, que iba a durar tres horas e iba a ser filmada durante 150 días, incluía escenas al aire libre en Francia y Rumania y en estudio en el Reino Unido, entre otros países. De hecho, el director contaba con el apoyo de las fuerzas armadas rumanas que habían comprometido a 40 mil soldados y 10 mil hombres de caballería para rodar los grandes combates.
Cerrado ya el grueso del trabajo, comenzó la danza de nombres para los roles principales. Kubrick tenía claro que el papel de Josephine lo debía realizar Audrey Hepburn, mientras que el de Bonaparte tuvo primero a David Hemmings, pero luego fue reemplazado por Jack Nicholson.
A medida que el mega proyecto avanzaba los costos comenzaron a preocupar a los productores. Además, dos filmes del ucraniano Sergei Bondarchuk terminaron por minar su realización. Por un lado, la épica versión de la novela Guerra y Paz de León Tolstoi (1968), que si bien se quedó con el Oscar a la Mejor Película Extranjera de aquel año, superaba las cinco horas y tardó siete años en finalizarse, un riesgo que nadie quería asumir. Por otro, un caso totalmente opuesto: el fracaso estrepitoso Waterloo (1970), que también tenía a Napoleón en el centro de la escena.
La cancelación por parte de MGM fue un gran revés para Kubrick, quien deseaba hacer "la película más grande de todos los tiempos" y el final de la relación con el estudio. Luego de firmar con Warner por tres películas -siendo la primera La Naranja Mecánica (1971), basada en la obra homónima de Anthony Burgess– su nueva casa le ofrece financiar Barry Lyndon (1975), situada en 1789, aproximadamente quince años antes del comienzo de las Guerras Napoleónicas. Fue un premio consuelo, un desastre de la crítica y un fracaso comercial, pero sin dudas una de las más bellas propuestas fotográficas del director.
Con respecto a Arthur Schnitzler, Kubrick terminó convirtiendo su obra Relato soñado en Ojos bien cerrados. Así como con Lyndon pudo llevar adelante algunas de las ideas que tenía para su Napoleón, en el filme -que cuenta con la actuación de Tom Cruise y Nicole Kidman– pudo desarrollar la escena de la orgía que, originalmente, iba a tener a Bonaparte y a una prostituta en el centro de la escena.
Sin embargo, todavía existe una esperanza. Esta historia y todo la recopilación documental puede apreciarse en Stanley Kubrick's Napoleon: The Greatest Movie Never Made (Taschen) y en 2016, HBO anunció que producirá una miniserie de seis capítulos basada en el guión de Kubrick, que cuenta con el padrinazgo de Steven Spielberg, ferviente admirador y a quien conoció durante el rodaje de El resplandor, en 1978.
Inteligencia Artificial
Cuando Kubrick leyó el cuento Supertoys Last All Summer Long del británico Brian Aldiss supo que quería llevarlo a la gran pantalla. Comenzó a trabajar en el proyecto en lo momentos libres -pocos- que le dejaba Barry Lyndon.
Las reuniones con Aldiss se espaciaban cada vez más y finalmente no prosperó. Finalmente, su amigo Spielberg realizó el largometraje, tal como se lo había prometido. El estreno se produjo en 2001, dos años después de la muerte de Kubrick y en simultáneo con Stanley Kubrick: A Life in Pictures, documental realizado por su cuñado y productor Jan Harlan.
Shadow on the Sun y Los papeles arios
Entre 1987 con el estreno de Nacido para matar y 1996, que comienza el rodaje de Ojos Bien Cerrados, Kubrick estuvo involucrado en dos proyectos: Shadow on the Sun y Los papeles arios (The Aryan papers).
La primera basada en el programa homónimo que se transmitió a principios de la década de 1960 en BBC Radio. La obra de Gavin Blakeney trata sobre un virus que se introduce en la tierra a través de un meteorito. En 1998 compra los derechos para la gran pantalla y como se describe en el libro The Kubrick Archives el filme iba a ser un cruce entre la Guerra de los Mundos y Marte Ataca.
Descartado éste, comenzó a trabajar en la producción Los papeles arios, basada en la novela semi-autobiográfica de Louis Begley, Wartime Lies.
El filme iba a estar centrado en el Holocausto. La historia era la de una mujer judía polaca, que asumió la identidad de una católica para salvar a su sobrino, mientras intentaban escapar. Antes de centrarse en este proyecto, Kubrick deseaba filmar una película ambientada en la industria cinematográfica alemana de la era nazi bajo el liderazgo del jefe de propaganda Joseph Goebbels, pero no encontró una historia que lo satisficiera. Luego, ante la dificultad de la empresa, analizó realizar un documental, pero esta idea no fue más que eso, no llegó siquiera a producir la primera página de un guion.
En 1993 ingresa de lleno en Los papeles arios. Realizó el primer borrador, viajó a Brno, en la República Checa, para elegir los sitios donde se escenificaría a Varsovia y hasta eligió a su protagonista, la actriz holandesa, Johanna ter Steege.
Harlan reveló años después que Kubrick "no deseaba realizar un drama, aunque hubiera situaciones dramáticas": "Era un tema grande y arriesgado. E iba a ser una película muy silenciosa, muy seria. La tensión sería creada por este horrendo y bajo valle de la humanidad que existió debido a los nazis".
Quien recuerda como nadie aquellos días es la propia Ter Steege, quien se preparó por meses con un profundo compromiso para el rol y que, tras su cancelación, sufrió una profunda depresión, en su vida y carrera.
En una entrevista pública, Ter Steege recordó una historia junto a Kubrick el día las fotografías con la prueba de vestuario: "Él me decía que era 'la mejor actriz que conocía'. Yo le respondí: 'Stanley, eso no es cierto'. Luego lo repitió. Luego dije: 'Realmente no me gusta cuando dices eso. En primer lugar, no es cierto y siempre digo que soy tan buena como mi director. Si me dices que soy el la mejor actriz que conoces, me das una gran responsabilidad que no puedo soportar'".
Para 1995, la Warner da de baja al proyecto. El éxito de La Lista de Schindler (1993), de Spielberg, habría generado el pedido de varios cambios en la historia por parte de los directivos, requisito que no le gustó al director, quien a su vez todavía no había abandonado el deseo de realizar lo que sería luego Inteligencia Artificial.
Otros proyectos: de Tolkien y The Beatles a El exorcista
A lo largo de su carrera, a Kubrick le ofrecieron una serie de proyectos más que, por distintas razones, nunca llegaron a realizarse o fueron finalmente dirigidos por otros directores.
Entre los ejemplos más llamativos se encuentra El Exorcista y El Exorcista II: el hereje (1977), pero el neoyorquino rechazó el convite, aunque entre sus deseos se encontraba "realizar la película más terrorífica del mundo".
En 1969, United Artists adquirió los derechos de El Señor de los Anillos, la obra máxima de J. R. R. Tolkien. La idea del estudio era armar un tanque que no podía fallar: reunir a Kubrick con The Beatles. La banda de Liverpool se mostró emocionada con el filme, pero el director dio un rotundo "No" debido a que consideraba que debido a su inmensidad era entonces imposible de adaptar. La idea era que Paul McCartney interpretara a Frodo Baggins; Ringo Starr, a Sam Gamgee, George Harrison a Gandalf, y John Lennon a Gollum.
Finalmente, la realizó Peter Jackson y se estrenó en 2002. En aquella oportunidad, Jackson reveló que en realidad Tolkien era el menos interesado de todos en que el proyecto avanzara, ya que a su criterio John, Paul, George y Ringo no le iban a hacer justicia a su obra.
Jackson relatóun encuentro con McCartney, quien le confirmó la veracidad de la historia: "Paul fue muy amable. Me dijo 'estuvo bien que no hiciéramos nuestra adaptación porque entonces no habrías hecho tú la tuya, y ha sido genial poder ver la tuya'. Le dije: 'lo que me apena son las canciones; habrías creado unas melodías fantásticas para esto: al fin y al cabo eran los Beatles. Es una pena que nos lo hayamos perdido'".
Hace dos años, Emilio D'Alessandro, quien fuera su asistente, reveló que antes de su fallecimiento estaba considerando realizar Pinocho: "Me envió a comprar todos los libros publicados que había, incluso los italianos. Quería hacerlo por sí mismo porque se habían hecho tantos Pinochos. Quería hacer algo realmente grande … Dijo: 'Sería muy bueno si pudiera hacer reír a los niños y hacerlos sentir felices haciendo este Pinocho'". Otro proyecto que no prosperó fue El Perfume, basado en el best seller de Patrick Süskind. En 1981, Kubrick leyó la novela y le fascinó cómo la historia estaba compuesta por detalles, aunque consideró que era "infilmable".
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