Cómo construyó Stalin la figura del gran escritor oficial de la Unión Soviética

Mijail Sholojov (1905-1984) fue el autor más celebrado durante el stalinismo y también en los años posteriores. Su estética obedecía a los lineamientos del llamado "realismo socialista", diseñado por el líder soviético. En 1965 recibió el Nobel de Literatura. Una nueva biografía cuenta su historia

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Iosif Stalin y Mijail Sholojov
Iosif Stalin y Mijail Sholojov

En su libro Obra de arte total Stalin, el ensayista germano-ruso Boris Groys postula una teoría según la cual la construcción de la Unión Soviética se correspondía con la de la producción de una obra de arte cuyo demiurgo habría sido Iosif Stalin. La cuestión sería así: Stalin había proclamado, ante el fracaso de la revolución en Alemania, el triunfo del socialismo en un solo país: no sólo se había implementado el socialismo, sino que se marchaba a paso redoblado hacia el comunismo. Tal era la obra de arte que, para ser tal, necesitaba cierta armonía. Esa cualidad en la concepción de Stalin no se lograba tan sólo con la eliminación de toda corriente de pensamiento político que se le opusiera, sino con el fusilamiento en masa de los adherentes a este tipo de "desviaciones" del oficialismo, su encarcelamiento en el "gulag" y la persecución de esas corrientes más allá de las fronteras (como sucedió en España, donde la GPU, servicio de espionaje internacional, reprimió y asesinó a dirigentes anarquistas y trotskistas o en México, donde el mismo León Trotsky fue asesinado por uno de sus agentes). Una armonía que se manifestaba en los grandes desfiles militares y las muestras de amor de su pueblo. Y en un arte depurado de toda desviación crítica, es decir, la implantación del "realismo socialista", una estética, según sus promotores, propia de la nueva sociedad dirigida por el conductor de los pueblos Iosif Stalin.

Mijail Sholojov (1905-1984) fue el escritor más celebrado en la Unión Soviética durante el stalinismo y en los años posteriores también. Fue uno de los más importantes exponentes del "realismo socialista" y cobró fama masiva a partir de su primera novela, que fue publicada en cuatro entregas a lo largo de veinte años, El don apacible. Nacido en 1905 en una familia cosaca (los cosacos eran un pueblo con sus propias características nacionales que se había opuesto, en un primer momento, al gobierno bolchevique y que brindó combatientes al Ejército blanco, que respondía a los enemigos de la revolución), se unió al Ejército rojo a su paso por el Don, antes de emigrar a Moscú, donde comenzaría a escribir.

MIjail Sholojov, el favorito de Stalin
MIjail Sholojov, el favorito de Stalin

Era muy joven, tenía 23 años, cuando en 1928 publicó el primer volumen de El Don apacible, que ganó el favor del público con fervor. Máximo Gorki (cuya residencia en una isla de Capri había acogido muchas veces a revolucionarios rusos exiliados, incluso Lenin, Trotsky o Bogdanov, entre otros) había superado las diferencias con el gobierno bolchevique y Stalin había hecho todo lo posible por congraciarse con el escritor que opinó sobre su colega cosaco: "A juzgar por el primer volumen, Sholojov tiene talento" y lo había convertido en su protegido, elogiándolo en público en varias oportunidades.

El Don apacible trata sobre el amor entre un hombre y una mujer cosacos con el fondo de la guerra civil post revolución de 1917 en la que los protagonistas toman partido por el bando blanco (opuesto al nuevo gobierno bolchevique). El espíritu cosaco que atraviesa la novela la convierte no sólo en una pieza literaria, sino antropológica ya que permitió que se conocieran las costumbres de un pueblo que, hasta 1925, había sido declarado como enemigo interno de la revolución.

Máximo Gorki
Máximo Gorki

El éxito de ventas fue extraordinario, como extraordinaria fue la polémica tanto por las reprimendas de los escritores oficialistas que le recriminaban que el héroe no fuera un cosaco comunista como por las acusaciones de plagio que recibió y seguiría recibiendo esa publicación. Feoktist Berezovskii, uno de sus primeros editores, se preguntaba: "¿Cómo podría alguien creer que una persona de 23 años sin ninguna educación podría escribir un libro con tanta profundidad psicológica y verdad?". Dos años antes, el editor le había rechazado un cuento a Sholojov, con el argumento de que tenía problemas técnicos.

“La madre”, célebre obra de Gorki
“La madre”, célebre obra de Gorki

En 1932 Stalin proclamó la nueva estética oficial, el "realismo socialista", y decretó la necesidad de la "reconstrucción de las organizaciones literarias y artísticas". Se fundó la Unión de Escritores Soviéticos para su promoción y la nueva política fue consagrada por el I Congreso de Escritores Soviéticos de 1934, para ser a partir de entonces estrictamente aplicada en todas las esferas de la producción artística. El objetivo de los apologistas del "realismo socialista" era expandir la conciencia de clase y aportar de este modo a las tareas de la revolución con sus propios materiales. El realismo era el paradigma estético de los "socialistas" de entonces y cualquier desviación podía ser considerada como contrarrevolucionaria. En nombre del realismo el teórico Georg Lukács condenaba a Franz Kafka por su pesimismo burgués, por ejemplo.

La entronización de tal estética como "oficial" llevó a grandes polémicas, debido al uso panfletario y propagandístico del régimen stalinista que practicaban sus cultores y la condena política y el ostracismo cultural al que eran sometidos quienes no se plegaban a la línea oficial que, según el propio Stalin, le otorgaba a los escritores el rol de "ingenieros del alma humana". Por ejemplo, desde el exilio, León Trotsky –que había sido uno de los líderes de la Revolución de Octubre y jefe del Ejército rojo luego de la toma del poder por parte de los bolcheviques, entre otras tareas, y que había sido la cabeza de la Oposición de Izquierda enfrentada a Stalin dentro y fuera de la Unión Soviética– señaló: "El estilo de la pintura soviética es presentado como 'realismo socialista'. La definición sólo pudo haberla inventado un burócrata encargado de dirigir un departamento de Bellas Artes. El realismo consiste en imitar daguerrotipos provincianos del último cuarto de siglo pasado, y el estilo 'socialista' en utilizar trozos de fotografía retocada para representar sucesos que nunca han ocurrido. No se pueden leer sin repugnancia y horror los poemas y novelas, o ver pinturas y esculturas en los que funcionarios armados de plumas, pincel, o cincel, y vigilados por funcionarios armados de pistolas, glorifican a los 'grandes jefes geniales' en los que no hay una sola chispa de genio o de grandeza. El arte de la época de Stalin quedará como la expresión más notable de la más profunda decadencia de la revolución proletaria".

León Trotsky
León Trotsky

Trotsky había analizado, durante los descansos en los años de la guerra civil, las corrientes artísticas que actuaban en la Unión Soviética y había polemizado con ellas en el libro Literatura y revolución, de 1923.

A fines de 1929 la revista literaria Nastoiashchee publicó una serie de artículos que atacaban a Gorki y también a su protegido Sholojov. Una nota titulada "¿Por qué Sholojov complace a las Guardias Blancas?" comparaba El Don apacible a otros textos condenados por el Partido Comunista. "Incluso con las mejores intenciones subjetivas, Sholojov objetivamente
llevó a cabo la misión de los kulaks". Los kulaks eran aquellos campesinos ricos que se oponían a la colectivización y que habían ayudado durante la guerra civil al bando blanco. Alexander Fadeev, director de la revista Octubre, comenzó a publicar los nuevos materiales de la novela de Sholojov a partir de enero de 1930 pero en octubre discontinuó la tarea. Para Fadeev le hacía faltaban protagonistas comunistas o, al menos, comprometidos con la causa. Por el contrario, el héroe de la novela se alejaba cada vez más del comunismo. Entonces la publicación cesó. "No puedo transformarlo en un bolchevique comprometido al final de las páginas –le escribió Sholojov a un amigo–. Preferiría dejar de publicar". Adelantándose a los hechos, Sholojov escribe una carta a Stalin en defensa de su obra y le pide una cita a Gorki para que interceda por la continuidad de la publicación de su novela.

Tapa del libro de Brian Boech
Tapa del libro de Brian Boech

En su libro Stalin's Scribe: Literature, Ambition, and Survival: The Life of Mikhail Sholokhov, el historiador estadounidense Brian Boech, estudioso de Rusia y la ex Unión Soviética, reconstruyó un encuentro en la casa de Gorki, ya instalado en Moscú, al que fue invitado Sholojov, quien se encontró al ingresar, sentado junto al hogar, al propio Stalin. Luego de las introducciones y amabilidades que recomienda todo manual de buenas costumbres, comenzó el diálogo.

Mijail Sholojov
Mijail Sholojov

–¿Por qué representó al general Kornilov de manera tan suave? –le preguntó el Padre de todas las Rusias al escritor. Kornilov había sido el militar que más empeño había puesto para dirigir las tropas contrarrevolucionarias desde 1917 en adelante–. ¿Cómo alguien que fue preparado para derramar sangre del pueblo no es representado más duramente?
–Objetivamente, claro que Kornilov fue un enemigo que estaba preparado para derramar la sangre del pueblo, pero desde una perspectiva subjetiva, era un hombre valiente que era fiel a los principios de su casta –dijo Sholojov.
–¿Pero cómo usted le dio tal trato humano a un enemigo como Kornilov? –insistió Stalin.
–Kornilov se distinguió en el frente austríaco con actos de valentía, fue capturado por el enemigo y escapó para retornar a Rusia. Podía ser descripto, incluso, como 'honorable' –continuó Sholojov, que sabía que debía mostrarse seguro de su obra ante Stalin.
–¿Honorable? ¿Un hombre que actuaba contra el pueblo? Un hombre así nunca podría ser considerado honorable.
–Subjetivamente hablando, él era honorable. Desde el punto de vista de su clase se comportó honorablemente. Estaba motivado por un fuerte sentido del deber. Poseía el sentido del honor de los oficiales. Arriesgó su vida para regresar a Rusia. Amaba a su patria. Pero también reseño cómo Kornilov dio órdenes de linchar por entero al soviet de obreros y soldados de Petrogrado. Demuestro que, al final, hasta los cosacos mismos estaban en su contra –se defendió Sholojov.
–¿Cómo podría un libro objetivo acerca de los cosacos servir a la causa soviética? –preguntó Stalin.
–Al retratar a los generales blancos objetivamente demuestro el logro de nuestros comandantes rojos. Le mostré a los lectores qué difícil era vencer a enemigos tan comprometidos, bien entrenados y militarmente capaces.
–Yo conocí a un oficial blanco que se convirtió en un distinguido comandante rojo. Se unió a nosotros durante la batalla de Tsaritsyn –recordó Stalin, ablandado–. Tomé el riesgo y se convirtió en un valiente comandante rojo. Él tiene altas responsabilidades en nuestro ejército aún hoy.
–Camarada Stalin, todo lo que escribí acerca de la rebelión es fiel a la historia. Las historias de la guerra civil reconocen su importancia pero dicen poco sobre sus causas –dijo Sholojov.
–¿Entonces puede probarle a sus críticos que los cosacos fueron perseguidos por nuestro bando? –dijo Stalin.
–Nuestros archivos están llenos de materiales acerca de esos eventos, pero los historiadores evitan esos documentos en sus estudios de la guerra civil –respondió Sholojov–. Incluso hoy todavía no hay nada impreso sobre las causas de la rebelión. Yo representé las realidades brutales cuando hablé de las violencias arbitrarias y de cómo excesos sin sentido inflamaron la hostilidad no sólo hacia los extremistas errantes en nuestras filas, sino hacia toda la idea del poder soviético.

Sholojov recibió el Nobel en 1965
Sholojov recibió el Nobel en 1965

Las explicaciones del escritor parecieron complacer a Stalin, que lo convirtió a su vez en el escritor de la nación. A mediados de los treinta se publicó una nueva edición de El Don apacible, sin embargo, algunas de sus páginas habían sido cercenadas: aquellas que nombraban a León Trotsky, convertido en el enemigo principal de la Unión Soviética. Era la época de las purgas, en las que decenas de miles fueron fusilados. El realismo socialista ascendía como tendencia estética oficial del antiguo país de los soviets.

Sholojov, el mayor representante del “realismo socialista”
Sholojov, el mayor representante del “realismo socialista”

Sholojov acompañó las decisiones del poder cuando condenaba a sus colegas, y adhirió en todo momento a la línea oficial gubernamental. Fue elegido como diputado del Soviet Supremo. En 1941 ganó el premio Lenin, entregado por Stalin en un gran acto. Más tarde, en 1965, ganó el premio Nobel de Literatura, convertido en un trofeo que respondía más a la diplomacia internacional que a los valores literarios. Sholojov fue un polemista contra todo aquel que se opusiera a la línea oficial del gobierno estalinista. Ingresó al Comité Central del Partido Comunista en 1961. Conservó ese cargo hasta su muerte en 1984.

 

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