Hasta los payasos que animan fiestas infantiles serán controlados por el Estado en Cuba si finalmente entra en vigor el nuevo decreto del régimen. La apertura del régimen a los negocios no va acompañada de una apertura en el plano político. La libertad de expresión sigue brillando por su ausencia.
Invitados por el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), los activistas culturales cubanos Iris Ruiz y Amaury Pacheco, vinieron a Buenos Aires para dar una conferencia sobre los desafíos que enfrentan los artistas en su país. Iris Ruiz es actriz y pedagoga y ha estado coordinando la campaña contra el decreto 349 que pretende regular la actividad artística hasta en el más privado de los ámbitos. Su esposo, el poeta Amaury Pacheco, es una de las figuras más influyentes del arte independiente cubano.
En esta charla con Infobae, cuentan las condiciones en las que desarrollan su arte, el asedio constante que padecen, que va desde la "advertencia" supuestamente amigable hasta el encarcelamiento -con incomunicación- por algunos días, pasando por algo más siniestro aún: la velada amenaza de quitarles la custodia de sus hijos…
— Se podía pensar, a partir de la asunción del nuevo presidente, Miguel Díaz Canel, que es un hombre joven, que no pertenece a la camada de los protagonistas de la Revolución, que las cosas iban a cambiar en Cuba. ¿Pero ha cambiado algo realmente?
AP — No ha cambiado nada porque es continuidad. Díaz Canel es un presidente designado. Viene con las instrucciones de la Cuba sesentista, incluso ya cuando los líderes históricos han prácticamente desaparecido, entonces tratan de dominar al país a partir de esa ideología pasada. Y con las nuevas normas y leyes que le dan más impunidad al régimen.
— Se refieren al decreto 349, ¿verdad?
IR — Sí, el decreto 349, del Ministerio de Cultura, que sale publicado en la gaceta oficial el 10 de julio, el año pasado. Tenía ciento cincuenta días para entrar en vigor, o sea, el 7 de diciembre empezaba a aplicarse. Es un decreto que busca institucionalizar y legalizar, darle un marco legal penal a la censura. A la total criminalización del arte y a la censura.
— Crea, por ejemplo, la figura de inspectores que puedan revisar exposiciones y otras manifestaciones artísticas.
IR — Exactamente. ¿Qué sucede?, que va directamente no solo a las exposiciones o los espacios oficiales del arte, es un decreto que se aplica a todos los espacios, estatales, no estatales, públicos, privados. O sea, va incluso a que si en tu casa, siendo un pintor, tienes una exposición de cuadros y no tienes el permiso expreso y el contrato del Ministerio de Cultura, tú no puedes hacerlo y ese inspector puede decomisarte toda tu obra y tus herramientas de trabajo. Es muy extremo, es un decreto extremo.
— Y en diciembre fuiste detenido…
AP — En diciembre. Pero hemos tenido varias detenciones. Desde comienzos de julio cuando realmente reaccionamos un grupo de artistas frente al Capitolio, ahí es donde primeramente nos detienen y estamos como dos, tres días en prisión preventiva. En ese momento un grupo de cinco personas, Luis Manuel, Yanelis Núñez Leiva, Iris, Del Río y yo, decidimos hacer una intervención frente al Capitolio.
— Una protesta.
AP — Una protesta. Íbamos a veternos excremento en el cuerpo porque creemos que esa ley es eso: es un excremento, es brutal, es un excremento brutal sobre la experiencia de la libertad de expresión. Pero no lo logramos porque el trabajo policial, la investigación, la persecución, prácticamente no nos dejó intervenir el espacio, salvo a una de las integrantes, Yanelis. Y a partir de ahí se creó todo, fue como fue la chispa inicial, que hizo que se creara la sinergia y la conexión entre muchos artistas, activistas e intelectuales cubanos, dentro de la isla y fuera de la isla. Ha sido muy exitosa la campaña porque no siempre uno logra esa conectividad con toda la intelectualidad cubana.
VIDEO: LA PROTESTA DE LOS ARTISTAS CUBANOS
— Esta actitud del régimen hacia los artistas no es nueva por otra parte.
AP — Hay una línea que viene desde las palabras de Fidel a los intelectuales, a comienzo de la revolución, 1961, pasando por la parametración.
IR — La UMAP [N. de la R: Unidades Militares de Ayuda a la Producción].
AP — La UMAP, que eran campos de concentración para artistas y para homosexuales. Es decir que la 349 no es más que ese registro, esa continuidad de ley tenaza sobre el arte ya convertirlo en ley. Inmediatamente hubo reacción. Uno sabe que la espada de Damocles va a caer directamente sobre muchos intelectuales y sobre los artistas más independientes.
— Antes de este decreto, ¿el artista en Cuba tenía libertad para hacer lo que quisiera?
IR — En realidad, ya desde finales de la primera década del 2000 había toda una impronta de alternatividad, de espacios que, aunque dialogaban de alguna manera con las instituciones y el Ministerio de Cultura, eran autogestionados. Y a finales de esa década, del 2010, hay toda una arremetida policial de la seguridad del Estado y del Ministerio de Cultura cercenando los festivales como Poesía Sin Fin, Rutilla, Puños Arriba. Festivales de música electrónica, de hip hop, de música urbana. Expresiones multiculturales, teatro, danza, participando del espacio público en aquel momento. Tenían fuerza y estaban muy vitales. Y el gobierno en aquel momento arremetió contra todo eso. El Ministerio se divorcia de todos ustedes, dijeron. Pero hablamos de miles de artistas, era un movimiento bastante fuerte. Entonces muchos asumimos estos mismos festivales, estos eventos, estos grupos de arte, en nuestros propios espacios; se convirtieron en festivales domésticos, en las casas, en los patios…
— ¿Se podían hacer esos eventos?
IR— Se convirtieron en fiestas asediadas, pero se podían hacer. El último de estos espacios fue la 00 Bienal de La Habana, como propuesta de los artistas ante la decisión del Ministerio de Cultura de no volver a hacer la Bienal de La Habana con el pretexto de utilizar el presupuesto para los damnificados del huracán Irma. Hicimos la Bienal con miles de ataques, ataques a los artistas internacionales, por ejemplo amenazarlos con que "te deporto del país", con que "te quito el pasaporte si vuelves a presentarte", "podemos venir a recogerte" y cosas así. Y difamaciones constantes en el periódico oficial, Granma. Que somos pagados por la CIA y que lo que estamos buscando es hacer contrarrevolución, somos terroristas, y todo eso.
AP — Yo quería decirte que realmente no ha existido un espacio de libertad para el arte en sí. Lo que sucedió es que en los 90 está la crisis económica y las instituciones están muy destruidas e inmediatamente hay una propuesta cultural por parte de la gente, aparece el hip hop, aparecen determinados movimientos que necesitan canalizarse. Y por eso es que aparecen estos proyectos dialogando con las instituciones y extendiendo los límites de permisibilidad. Esto ellos lo tuvieron que asumir. Pero apenas se fortalecieron, inmediatamente entrando Raúl al poder, empiezan a cortar estos grupos. A ponernos en la diáspora. Y quedamos muy relegados.
— Ahora, ¿es un arte muy contestatario del gobierno? O es simplemente un deseo de controlar…
AP — Hay de todo. Pero en otra línea paralela, la oposición y la disidencia estaba tomando las calles. Es decir, se habían creado condiciones donde esa disidencia artística y los grupos de oposición política tenían puntos en común y ya empezaba ese diálogo. Y eso el gobierno no lo quería. Inmediatamente decide cortar por lo sano y van desmembrando todo el proceso. Pero el arte siempre es emancipador, porque estamos hablando de una cultura totalitarista. Cualquier brote es…
— ….es peligroso.
AP — Es peligroso, exacto.
— Ustedes dicen que tuvieron éxito con las últimas protestas. ¿Se enteran los cubanos de lo que está pasando?
AP — Sí. Este diciembre fue muy interesante porque no estuvo solo la 349 como propuesta. Se dieron varias agendas en la lucha civil y social en Cuba.
IR — La misma gaceta Nº 35 que saca el decreto 349 saca otros para el resto del sector privado. Con la nueva Constitución, ellos pretenden asimilar el sector privado de cuentapropistas y microempresas en Cuba y entonces tenían toda una serie de regulaciones en este decreto.
— ¿Pero cómo se entera la gente, cómo difunden ustedes sus demandas?
IR — Generalmente por internet, por las familias que están afuera que les avisan, les dicen "oye, vimos esto publicado". Entonces: "ah sí, esperate, dejame buscarlo"; se hace difícil buscarlo. Pero en resumen es así.
AP — Las redes están supliendo esa conectividad. También las televisoras de Miami que prácticamente todo el mundo ve.
IR — Es ilegal pero la gente tiene conectada la antena.
AP — Nosotros hicimos la manifestación frente al Capitolio y ya al otro día ya mucha gente nos miraba en la calle, nos saludaba, pero esta ley 349 es para el sector privado básicamente. Quieren controlar todo. Y es control cultural, no sólo a los artistas, sino a todas las fiestas…
IR — A los religiosos, al que sea. Cuba tiene una fuerte cultura yoruba, de tradiciones afro descendientes, con su música, su danza. Generalmente cuando hacen sus bembés, sus fiestas de santos, vienen músicos y tocan. Eran músicos empíricos, practicantes de la misma religión, se les paga, pero eso no había sido normalizado, penalizado, regulado, hasta este momento. Con la 349 resulta que para tú hacer en tu casa un toque de santos, una fiesta, tú tienes que acudir al catálogo del Ministerio de Cultura de músicos, pagarle tú al Ministerio de Cultura, ese músico entonces recibe su pago a través del Ministerio, el Ministerio le descuenta el 20 por ciento, en fin. Todo esto es un trámite, una burocracia.
— Incluso para una fiesta en casa.
IR — Sí, sí, sí, por ejemplo la fiesta de cumpleaños de tu hijo. Hasta ahora tú querías hacer una fiesta de cumpleaños venía un payaso y el payaso podía ser cualquier persona que tuviera ciertas habilidades y pagaba su impuesto y ya. Ahora no es así, ahora el payaso depende de si el Ministerio de Cultura lo reconoce o no como payaso, como artista.
— O sea que un artista tiene que registrarse.
IR — Está obligado bajo penalización a registrarse, sí. Para poder gozar de los privilegios de que su obra sea comercializada o expuesta. O sea, en realidad hay un solo empleador que es el Estado cubano, el Ministerio de Cultura. De alguna manera es trabajo forzado: tú estás obligado a emplearte con ellos bajo penalización.
AP — Algunos decían que esto era directamente contra el reggaetón, que era una manifestación llena de vulgaridad. El reggaetón en Cuba ha cumplido un papel muy importante desde el punto de vista social porque estas personas que están haciendo reggaetón no están en la violencia. Están produciendo y se están convirtiendo en pequeñas empresas de los barrios, de los guetos, y están trayendo prosperidad para sus propias vidas y cuando uno se empodera de manera económica, sabe que tiene cierto poder. Y tiene que ver también con la racialidad, con el negro. Estábamos hablando de la parametración, que fue directamente con las manifestaciones que venían de la cultura yoruba.
— ¿Qué es la parametración?
IR — En los años 70, 80, era un control del Ministerio de Cultura. Las personas que parecían conflictivas, los creadores, los intelectuales, los artistas, que para ellos parecían tener problemas ideológicos, no cumplían los parámetros del ser revolucionario, del ser socialista, eran expulsados de su trabajo, condenados al ostracismo, y personalidades de la cultura como Virgilio Piñera, Lezama Lima, Heberto Padilla, Reynaldo Arenas, Cabrera Infante, sufrieron ese proceso de la parametración. Pero ese proceso estaba destinado como decía Amaury básicamente a la cultura de los yorubas y de los afro descendientes. Ahora contra el reggaetón.
AP — Sabemos que el negro ha tenido muchas menos oportunidades dentro de la realidad cubana.
— Eso es llamativo considerando que se trató de una revolución que pregonaba la igualdad, pero sigue habiendo racismo.
AP — Y racismo institucional.
IR — Utilizado políticamente. Esa campaña que en Cuba se acabó el racismo, que todos somos iguales, en realidad ellos tienen cuotas de negros como tienen cuotas de mujeres.
— Cuando ustedes son arrestados, ¿qué sucede?
AP — Bueno, primeramente el grupo nuestro tiene personas que nos atienden específicamente que son de la Seguridad del Estado para controlar el arte y la cultura. Nos atienden.
IR — Sí, nos reprimen.
— Los siguen.
IR: — Sí, seguidores propios.
AP — Nos reprimen. Sí, es un… ahora se me olvida la palabra.
— Un seguimiento, un acoso.
AP — Es un seguimiento que va desde el diálogo, de convencerte tranquilamente, hasta lo más violento. O simplemente amenazas y después cárcel. Para la cultura tienen un grupo de la seguridad que nos vigila directamente. Y que tiene procedimientos que van desde escarmientos, desde conversaciones directas, amenazantes, hasta que llega un momento en que, como ellos nos dicen, "vas a pasar a otro nivel".
IR — Sí, sí, nos dicen estás a punto de pasar, te nos vas de las manos, vas a parar a los opositores. Te va a atender quien atiende a los opositores. Te vamos a dar el tratamiento que le damos a los opositores. Pero en realidad están todo el tiempo arriba de ti igual reprimiéndote. De todas maneras en los encarcelamientos a veces la cosa se les va de las manos y termina en golpiza…
— ¿Y a dónde los llevan?
AP — Te pueden llevar a distintas estaciones en diferentes municipios de La Habana.
Por ley, en Cuba un abogado interviene recién al 7° día de la detención
— Te dejan incomunicado.
IR — Te dejan incomunicado. No sabes a dónde te lleva, no le dicen a nadie. No tienes derecho a una llamada porque eres CR. Desde que llegas, dicen: "Él es CR". CR es contrarrevolucionario. Entonces desde que eres contrarrevolucionario no tienes derecho a una llamada, no tienes derecho a saber dónde estás y que nadie sepa dónde tú estás.
AP — Un secuestro prácticamente.
IR — Te dejan ahí en unos calabozos.
— ¿Y en algún momento permiten la intervención de un abogado o algo?
AP — No, no, nunca.
IR — No. El abogado en Cuba por ley interviene a partir del séptimo día. Y como no están divididos los poderes tampoco, los abogados responden directamente a ellos y son muy susceptibles de ser amenazados.
AP — De hecho es muy importante decir que tenemos a dos artistas actualmente presos, Michael Castillo y Lázaro Betancourt. Son dos artistas de hip hop cubano. Uno fue porque hizo un concierto e invitó a un grupo de los que estábamos haciendo la campaña con la 349 y pasados tres días fueron a su casa y lo detuvieron. Y hasta el día de hoy sigue detenido.
IR — Está desde el 24 de septiembre. Sin causa y sin juicio.
— Ustedes han denunciado también que usan a sus hijos para presionarlos…
IR — Sí, tenemos seis hijos, el menor de 7, el mayor de 18. Uno de seguridad me dijo una vez: "los hijos salen a los padres, y a veces son peores". Pero lo más inquietante es que enviaron gente de Minoridad a preguntar entre nuestros vecinos cómo los tratábamos… Y a nuestra hija de 11 años un día la maestra le dijo: "Ayer estuviste en el parque, saliste muy bien en las fotos"…
— ¿Y sus hijos perciben lo que pasa?
AP — Y sí, se inquietan. Pero también estamos como en "La vida es bella", tratando de que no vean esto. Es nuestro talón de Aquiles. El Estado es impune respecto de todo lo que nos hace y lo único que nosotros tenemos en la isla es nuestra capacidad de potenciar nuestra imagen, utilizar nuestra capacidad simbólica, nuestra energía simbólica, para llamar la atención sobre lo que está ocurriendo. De hecho utilizamos las redes sociales que nos han conectado con todos los cubanos del mundo y con otros activistas. Hemos ganado porque de alguna manera hemos logrado que el gobierno ponga una pausa a esta ley.
— ¿Una pausa?
AP — Dejan en suspenso el decreto por un tiempo y como ellos dicen lo van a ir aplicando.
— Hasta que ustedes se distraigan…
IR — Exactamente. Es para bajar un poco toda la ola de visualización que hay sobre la campaña y sobre el decreto.
Ellos están vendiendo zonas del país, están haciendo negocios, y mientras tanto al pueblo lo mantienen con el viejo discurso: por el socialismo, por la patria, la revolución, Fidel…
— Esta cerrazón del régimen, ¿hasta cuándo creen que va a seguir y por qué es tan fuerte todavía?
IR — Yo pienso que ellos pretenden seguir un modelo como el de China, un capitalismo de Estado. O sea ellos manejan todo esto, pero están vendiendo zonas del país, están haciendo negocios. Y mientras tanto al pueblo lo mantienen con un viejo discurso, como con una grabación vieja, que por el socialismo, y por la patria, y la revolución, y Fidel, y…
— …y el imperio.
IR — El imperio, el enemigo eterno, exactamente, todo eso. El pueblo está dormido con ese discurso porque ha sido programado durante 60 años para esto.
AP — En la Constitución actual, que es la que se va a llevar a votación, están todas las leyes. Hay una lucha ahora entre el voto sí a la Constitución y el no. Pero el no de nosotros no es como ocurrió en Chile que tenían cinco minutos en la radio, en la televisión, no. Esto es en las redes, es imaginación, es pasárnosla por los teléfonos.
— O sea que ustedes promueven el rechazo a la Constitución.
IR — Hay campañas de votar no y hay campañas de no votar, de hacer un boicot. Pero es un poco nulo porque ellos tienen toda la propaganda, toda la publicidad, y uno no tiene ningún espacio para decir no, por esto y por esto, o no voto. Estamos por completo silenciados.
AP — Hay ese silencio pero hay mucha actividad también. Las redes sociales están cargadas de personas que están valorando la realidad. Además, el cubano vive también de las remesas que salen del exterior. Eso comanda la vida, porque si yo tengo un hermano fuera que me está ayudando económicamente y me está diciendo "abre los ojos que esto no es así, mira cómo es"… Y yo pienso que estas regulaciones son para atenazar directamente eso, controlarlo desde el primer momento porque ya hay mucho malestar. El cubano siente que tiene una deuda con la revolución por el discurso constante pero al mismo tiempo hay una gran molestia. Los sectores más de vanguardia están completamente opuestos y también han ido creciendo. Han sido también diezmados, pero todavía se mantienen con fortaleza dentro y fuera del país. Hay presencia. Y se está abriendo en la zona gris…
IR — En la sociedad civil.
AP —… un nuevo ambiente. Hay que mirarlo así, si no lo miras así, Cuba nunca va a cambiar. Hay que tener esa alegría. Hay que tener esa voluntad, ese deseo. Porque si no te imaginas, si no lo piensas, no hay libertad. Y esa es una de las cosas que nosotros queremos llevar adelante. Es que el arte nació allí en los 90 cuando la gente estaba pasando trabajo, estaba tirada en las calles, estaba pasando esa tremenda hambre, ahí nació nuestro arte. Así que toda nuestra acción va destinada a eso. Y por eso es el temor, porque sabemos y tenemos mecanismos realmente para llegarle a la gente. Y por eso nos reprimen. Y nosotros somos un sector que busca el diálogo nacional; dentro de la transición queremos jugar un papel de justicia, perdón y reconciliación. Porque eso va a llegar, yo tengo esa seguridad.
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