La silueta de la niñera desciende entre las nubes del cielo londinense. Vestida con un trench coat oscuro, deja asomar sus zapatos de institutriz dispuestos a 180 grados. Lleva también un paraguas negro, con un mango que culmina en una cabeza de loro tallada y una valija simil gobelino en tonos de marrón, un sombrero con margaritas y otras flores silvestres, un moño rojo, y guantes blancos. Representa una de las imágenes de moda, cine y literatura más amplificadas por la cultura pop: Mary Poppins.
El manual de estilo Mary Poppins fue bocetado en 1962 por el vestuarista y escenógrafo Tony Walton para vestir a la niñera emulada por Julie Andrews en el clásico de Disney dirigido por Robert Stevenson en 1964: "Mi premisa fue conferir a Mary Poppins una vida secreta, si bien la ropa era gris, negra o azul, mostré que tenía los interiores forrados en tonos muy brillantes, en especial en color carmesí. A Julie le encantó esa idea y realmente la aprovechó en la actuación".
Walton, premiado por su dirección de arte en los musicales The Wiz -protagonizado por Michael Jackson y Diana Ross (1978)-y All that jazz, el clásico de Bob Fosse (1980), estuvo casado con Andrews entre 1959 y 1967 y pese al divorcio continuaron desarrollando una serie de libros infantiles junto a su hija Emma.
La apariencia contemporánea de El regreso de Mary Poppins, protagonizada por Emily Blunt, fue diseñada por la costume designer inglesa Sandy Powell. El manual de estilo, según Powell, contempla un abrigo de paño azul -con la singularidad de un efecto de doble capa a la altura de los hombros-, un sombrero azul a tono de los guantes con lunares, una camisa blanca y un lazo además de un tailleur rojo cuya falda otorga comodidad para bailar y un sombrero rojo.
Entre uno y otro look exultantes de polka dots, lunares y rayas asoman los delantales almidonados que dialogan con las estampas de los empapelados y los cuadros de temática floral, y también prendas en tonos rosa y liláceo, ricas en enaguas y frufrús que fueron pintadas.
"El objetivo fue hacer un vestuario elegante y definitivamente a la moda porque a mi criterio el personaje es vanidoso, la realización del vestuario de Mary Poppins fue la más parecido a realizar una colección de moda; contemplé diseñar diferentes camisas, faldas, moños y abrigos que debían combinar entre sí", destacó Powell, desde las bitácoras de producción del film de Disney.
Trascendió además que el departamento de vestuario desarrolló 448 atuendos, que se rigieron por la estética de la moda londinense de 1930.
"Preferí los estampados geométricos en las telas, zig zag, símbolos y lunares que eran populares en esa época. El estilo y el corte del abrigo no difiere mucho del abrigo de estilo eduardiano que llevaba en la primera película, pero tiene un dobladillo más largo y botones característicos de la década de 1930",agregó la diseñadora de vestuarios.
Sandy Powell estudió en la escuela Saint Martins y desarrolló sus primeros diseños por encargo del director Derek Jarman. Ofició de vestuarista en los films Orlando, protagonizado por Tilda Swinton e inspirada en la novela de Virginia Woolf, The Crying Game – la película de Neil Jordan referida a un personaje transexual- y abordó con extrema gracia la estética glam rock reflejada por el film Velvet Goldmine de Todd Haynes.
En conjunto Powell cimentó un nuevo abordaje a las temáticas de género desde el cine contemporáneo. Sus vasto listado de desarrollos para cine también incluye El Aviador, Shakespeare in Love y también Carol, inspirada en la novela de Patricia Highsmith y que erigió a Cate Blanchett en icono de la moda de 1950 con joyas de Van Cleef & Arpels, sombreros hechos a mano y a medida, bolsos vintage, guantes de cuero y zapatos realizados en base a moldes vintage de la maison Ferragamo.
Para los personajes de los niños Banks abundan los tonos verdes y azules, la ropa de lana sutilmente raída que deviene en texturas más preciosistas durante las secuencias de los baños de espuma y los paseos oníricos por un sendero de porcelana.
En un proceso de ensayo y error y con la ayuda de ocho artistas textiles, Powell creó modelos del siglo diecinueve sobre un canvas de lona y para emular a los personajes implícitos en el bowl de porcelana Royal Doulton de modo tal que lucieran tridimensionales. Al zambullirse en un musical denominado A Cover is Not the Book, que invita a no juzgar por las apariencias, Poppins y su amigo Jack, el farolero, vistieron trajes rosas, sombreros bombín y bastones.
También desde las notas de la producción, Powell se refirió a los trajes para los personajes que encendían los faroles londinenses. "Investigué que en 1930 no tenían un uniforme o ropa de trabajo habitual, simplemente llevaban sus viejos trajes y sombreros. Decidimos confeccionar ciento veinte trajes austeros para exaltar el estilo de Jack, el personaje protagonizado por Lin-Manuel Miranda. El usó un chaleco de lana roja con un pañuelo y una camiseta a rayas azules que lleva debajo de la camisa".
La moda ilustrada
La apariencia de la niñera que protagonizó el film dirigido por Stevenson se forjó mediante referencias a los trazos de la ilustradora inglesa Mary Shepard, la responsable de los dibujos que en todos los libros de Pamela Lyndon Travers.
Las descripciones indumentarias de la niñera implícitas en los cuentos de Travers fueron precisas desde sus primeros capítulos: "Sacó de la bolsa vacía un delantal blanco, todo almidonado y se lo ató a la cintura. A continuación extrajo una pequeña butaca plegable y una caja de pastillas para la garganta…. De la bolsa salieron siete camisones de franela y cuatro de algodón, un par de botas".
O bien en relación al paseo de la niñera y junto a su amigo deshollinador y pintor esgrimió: "Le pareció que se había comprado ropa nueva, llevaba a una chaqueta de rayas verdes y rojas muy brillantes y un flamante sombrero de paja. Entonces se dio cuenta de que también ella había cambiado. De sus hombros colgaba una preciosa capa de seda artificial con un estampado ondulado y sus mejores zapatos habían desaparecido por otros con unas hebillas de diamante".
El encuentro entre la escritora y la dibujante surgió luego de que Ernst Howard Shepard, el caricaturista e ilustrador británico célebre por sus trazos para Winnie the Pooh debió rechazar el encargo inicial de Travers por exceso de trabajo.
La versión oficial indica que durante una reunión en el estudio del dibujante, Travers quedó cautivada por unas ilustraciones de la hija del artista, quien por entonces estudiaba arte.
Cuando comenzaron las reuniones para las colaboraciones, L. P. Travers se refirió a la representación de la niñera como una muñeca holandesa con un pasador de madera, el pelo negro pintado y una nariz arrugada. Shepard decidió compró una muñeca similar para colocar junto a su tablero de dibujo mientras hizo los dibujos lineales para los ocho libros de Mary Poppins. La primera película de Disney cambió sutilmente el período en el que transcurrió la historia, pero adaptó el vestuario y el estilo de Shepard para el personaje de Andrews.
La autora y la artista supieron discutir sobre la apariencia de la niñera. Un tema fundamental en sus debates de estilo remitió a la posición de los pies que adoptaría la niñera al descender desde las nubes. En las ilustraciones de los libros, los pies de Poppins estuvieron en un ángulo recto, pero en el film los tacones se juntaron en un ángulo de 180 grados.
Galería de extravagancias
El sombrero de paja rojo que Mary Poppins vistió al llegar a la casa de los Banks está adornado con un pequeño pájaro y plumas bordadas con hilo de seda. Fue la pieza más pequeña y más compleja que creó el departamento de vestuario e ideada para sujetarlo mediante un alfiler para que Mary Poppins pudiera usarlo en diferentes sombreros.
Independientemente de las arbitrariedades de estilo de Mary Poppins y de la familia Banks, irrumpió el personaje de Topsy, una prima de la niñera consagrada a reparar objetos de diversa procedencia. La representó la actriz Meryl Streep vestida con un pijama art decó de terciopelo de seda y que el personaje ornamentó con maquillaje excesivo, doce pulseras compuestas de esferas de relojes y un maxi collar realizado con descartes de lápices, pinceles y bobinas de máquinas de coser.
La vestuarista admitió que en la construcción del personaje indagó en el estilo de mujeres excéntricas, de la poeta Edith Sitwell– quien combinó insólitos turbantes y joyas- los modismos de la escritora Nancy Cunard y los excesos contemporáneos de la decoradora norteamericana Iris Apfel.
Sin embargo, el resultado se aproxima más a la apariencia y los recursos de estilo de Anna Piaggi, la excéntrica editora de Vogue Italia y así se erige en un guiño cinéfilo y parodia al personaje de Miranda Priestly en El diablo viste a la moda (The devil wears Prada). Pero fue Mary Poppins emulada por Blunt, quien con su desfile de una colección de sastrería sublime, sombreros, guantes con lunares y moños se redimió de su rol como asistente frustrada en el film consagrado a la industria de la moda.
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