Por Gabriel Tuñez
Fernando Cabrera (Montevideo, 1956) compuso su primera canción entre los 13 y 14 años, una época de su vida en la que leía el Martín Fierro y otros autores de la poesía gauchesca. La obra de José Hernández fue una de las primeras influencias literarias que recibió mientras abandonaba una "etapa más bien vandálica de la adolescencia" en la que consideraba "nerds despreciables a las personas que leían".
"Mis lecturas, que fueron muchas, contribuyeron a ir formando y desarrollando un estilo que es el que utilizo para escribir", dijo Cabrera en una entrevista con Infobae Cultura. Cabrera, poeta y guitarrista, comenzó su carrera solista en 1984, el año en que grabó su primer disco: El viento en la cara. Apenas tres años después trabajó junto a Eduardo Mateo (1940-1990), considerado por sus pares el músico más influyente de Uruguay. "Para los uruguayos, Mateo es John Lennon", afirmó varias veces Rubén Rada.
En 2003 Cabrera fue reconocido, junto a Joaquín Sabina y Manu Chao, como "Mejor solista Internacional" del año por la Rolling Stone Argentina. En su carrera grabó una veintena de discos y participó en otros, por ejemplo, junto a Jorge Drexler y Liliana Herrero. Además, publicó tres libros de poesía.
"Las canciones mías son de amor (con la variante desamor), o reflexiones de lo que me pasa a mí, como integrante de una sociedad. Porque en todos mis discos hay canciones que un poco opinan, aunque con elementos poéticos", expresó Cabrera acerca de su último disco, 432, que hasta el domingo 13 de enero presenta con motivo del ciclo "Uruguayos en Vinilo" en el Café Vinilo (a las 21, en Gorriti 3780, CABA).
-¿Sus composiciones tienen una influencia literaria?
-Creo que sí, porque todo lo que uno lee queda dando vueltas. Se trata del uso del idioma, aunque parezca obvio decirlo. Yo empecé a leer en la adolescencia, primero poesía y luego narrativa, y siempre me inspiró la literatura.
-En una entrevista dijo que cuando era adolescente tuvo entre sus lecturas preferidas al Martín Fierro y la poesía gauchesca. ¿Algo de aquello ingresó en su obra y permanece?
-El Martín Fierro fue un enorme disparador de mi curiosidad por la lectura, algo que no había sentido antes. Me quitó el "miedo" a los libros, o la lejanía por los libros. En la etapa más bien vandálica de la adolescencia mis amigos y yo considerábamos unos nerds despreciables a los que leían.
-Entre otros autores dijo haber sido influenciado por autores como Mario Benedetti, Juan Carlos Onetti y Jorge Luis Borges. ¿Cómo recuerda aquel primer contacto con esas obras?
-Benedetti me proporcionó un horizonte temático nuevo cuando yo estaba leyendo básicamente poesía y prosa gauchesca, a partir de José Hernández y del uruguayo Serafín José García. Me prestaron Inventario 67 cuando tenía 16 años y descubrí cosas nuevas, temáticamente nuevas para mí y también un fondo ideológico y de preocupación social. Luego dejé de leer a Benedetti pero siempre estaré agradecido por ese aporte. Recién como 10 años más adelante pude empezar a leer a Onetti y a Borges, ya que en mi adolescencia no disponía de elementos como para disfrutarlos. Tuve que leer mucho antes de poder ingresar al mundo de ambos.
-¿Conoció personalmente a Benedetti y Onetti?
-No, a ninguno. Pero tengo relación y amistad con numerosos escritores uruguayos con quienes, claro, hablamos de literatura. Desde mis comienzos en la música tuve contacto con mucha gente del ambiente literario y también teatral. Fue de gran utilidad para mí porque todos son a su manera una pequeña universidad andante y charlar con ellos fue de gran importancia informativa y también para moldear mis gustos.
– Usted es poeta. ¿Qué otros autores del género leyó y lee en la actualidad?
-Mis lecturas, que fueron muchas, son de antes. Ahora no leo. Volviendo al tema de las influencias, no creo que esas lecturas hayan influenciado automáticamente mis canciones, sino que contribuyeron a ir formando y desarrollando un estilo, que es el que utilizo para escribir.
-Los poetas-músicos como, por ejemplo, Bob Dylan, Chico Buarque, Violeta Parra, Atahualpa Yupanqui, Alfredo Zitarrosa, entre otros, ¿resultan a su criterio una suerte de enlace entre la música y la literatura?
-No creo que sean un enlace sino que hacen poesía. Solo que también tiene música y es escuchada por gente que no lee, allí su importancia. Llevan el acto poético a muchas cabezas que, de otra forma, nunca tendrían contacto con la poesía o una mirada poética. A esa lista de poetas sumaría a Joan Manuel Serrat y a otros más que me gustan: Drexler, Andrés Calamaro, Eduardo Darnauchans, Mauricio Ubal y Rubén Olivera. Cada uno tiene su característica. Por ejemplo, Darnauchans tiene una escritura más culta; Drexler enlaza miradas poéticas y científicas; Calamaro, en su aparente simplicidad, es muy extraño; Rubén Olivera es hondo y sensible; Ubal es coloquial y delicado.
-¿Cuál fue el último libro que leyó?
-Estoy leyendo un libro de dos argentinos (Mario Antonelli y Daniel Grigera) sobre el grupo Los Shakers (Al rescate de Los Shakers). Antes de ese leí un libro de Fernando Blanco (y Sergio Marchi) sobre Los Beatles (Los Beatles – Desde el comienzo 1962-1966 Tomo 1)
-¿Tiene un proceso o una rutina de composición de las letras de sus canciones? ¿Es de escribir todos los días o solo "cuando le pica la mano", según decía Eduardo Galeano?
-Solo escribo cuando me asalta una idea. Y luego, al necesitar completar esa idea y pulirla, trabajo cuando tengo ganas. No tengo horarios, escribo a mano en hojas A4, en cuadernos y libretas y también en papeles sueltos cuando estoy en un bar o en la calle o en un viaje.
* Fernando Cabrera presenta su último disco, 432, esta semana y hasta el domingo 13 de enero con motivo del ciclo "Uruguayos en Vinilo", en el Café Vinilo (a las 21, en Gorriti 3780, CABA).
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