Elena Ferrante es un seudónimo. Y un misterio. Aún así, en 2016 fue ubicada en una lista de las "100 personas más influyentes del año" por la revista Time. Pero su verdadera identidad sigue sin develarse. Un tema fascinante de investigación para periodistas, fans obsesivos, estudiantes y profesores de literatura: se buscaron pistas incluidas en sus textos, otros rastrearon la ruta del dinero que percibe por su obra, compuesta por títulos bestseller que en conjunto vendieron 30 millones de copias en todo el mundo. Al fin y al cabo, lo que no se sabe es si tan férreo anonimato es fruto de una inteligente operación editorial de marketing, o bien una muestra inédita de ausencia de ego. Lo que está claro es que funcionó. Vaya que funcionó, al punto que sus historias dieron el salto al formato -tan en boga- de serie y Mi amiga brillante emitida por HBO es uno de los puntos más altos de la televisión mundial en 2018.
La gran serie italiana de 8 capítulos -basada en la primera novela de la llamada "saga napolitana", que se publicó en español como La amiga estupenda– narra las aventuras de dos napolitanas en la Italia de la posguerra. Una historia que abarca más de 60 años de sus vidas en los que Elena trata de explicar el misterio de su amiga "brillante", Lila, alma gemela pero de varias formas, también su peor enemiga. El resultado es un violento y poderoso viaje a un barrio humilde del Nápoles, a través de los ojos de dos niñas precoces, Elena Greco (Lenù) y Rafaella Cerullo (Lila), que muestran cómo el mundo las golpea desde que se conocen en el primer curso del colegio.
En los créditos del programa producido por RAI y HBO que dirigió Saverio Costanzo, la misteriosa Ferrante figura como coguionista. Así que aunque su identidad siga siendo un secreto, la escritora (o escritor) se involucró en la adaptación televisiva. Además se cuenta que ella decidió que el director fuera Costanzo (romano, de 42 años, director de la elogiada La soledad de los números primos, basada en la gran novela de Paolo Giordano), con quien ya había trabajado antes –nunca cara a cara, claro– hace más de una década cuando fracasaron en el primer proyecto de llevar al cine otra de sus novelas, La niña perdida.
En una entrevista con The New York Times, Costanzo explicó que Ferrante corrigió los ocho guiones de la primera temporada. Según el director, pedía cambios importantes en los giros de las tramas y en sus comentarios era tan dura como los personajes: "Me escribía cosas como 'Este diálogo es ridículo, la forma en que hablan aquí es ridícula'", reveló. "Solo nos dio una directriz: tenía que haber un prólogo donde viéramos a la protagonista en su madurez", contó Costanzo. La autora intervino únicamente por correo electrónico para no perder su preciado anonimato. "No sabemos quién es, pese a haber trabajado con ella durante un año", confesó el guionista Francesco Piccolo, colaborador habitual de Nanni Moretti y Paolo Virzì.
"Cuando leí los libros, no me imaginé dirigiendo una adaptación", reconoció Costanzo en la Mostra de Venecia, donde se estrenaron con gran pompa los primeros episodios. "Acababa de llevar al cine otro bestseller, La soledad de los números primos, y me había prohibido volver a hacer nada parecido. Quería evitar las comparaciones y la decepción inevitable de algunos lectores", contó el director. Que Ferrante impusiera su nombre le hizo cambiar de opinión en pocos segundos. "En realidad no me dio miedo, porque compartimos el mismo imaginario. Si me pidieran que hiciera Blade Runner seguramente no sabría, pero esto sí que lo sé hacer. Fue como probarme unos zapatos cómodos. Solo tenía que ponerme a andar", señaló.
La trama se ajusta a la primera novela de Ferrante, con la acción en Nápoles. Se anuncia como la primera entrega de una adaptación en cuatro temporadas, una por libro, con un total de 32 capítulos. Lenù (interpretada primero por Elisa Del Genio y después por Margherita Mazzucco) y Lila (Ludovica Nasti y Gaia Girace, respectivamente) aparecen descritas como esas niñas brillantes y curiosas que se crían en una comunidad que no tiene ni idea de cómo tratar a dos chicas con personalidad. La ambición y la inteligencia provocan miedo y cosas aún peores, por lo que juntas, y desde su limitado punto de vista, afrontan decisiones: cómo seguir sus estudios o trabajar, casarse jóvenes o no… La serie, al igual que la novela, explora esas facetas en diferentes dimensiones.
Más allá de su fidelidad al texto de Ferrante, el resultado impacta por una natural, explícita violencia que rodea a las niñas a cada momento. En casa, en la escuela, en el trabajo, en la ciudad. Ambientada en un polvoriento paisaje de un humilde suburbio napolitano, no ahorra escenas de alto voltaje en ese sentido (que además impresionan en tiempos de cuestionamiento frente al poder patriarcal). La idea de llevar la saga napolitana a la televisión fue de Lorenzo Mieli, productor de la lisérgica The Young Pope, la serie del ganador del Oscar Paolo Sorrentino -por La grande belleza– sobre un hipotético primer Papa estadounidense, que aquí emite la cadena Fox.
Y cuenta con un detalle de producción que enaltece el producto artístico, aún financiado en su mayoría por un gigante estadounidense: se rodó en italiano y contiene numerosos diálogos en dialecto napolitano. "HBO quería algo auténtico. No me impusieron nada y pude ir adonde quisiera", aseguró el cineasta. En verdad, un detalle corporativo explica mejor la decisión. La vicepresidenta de la cadena, Francesca Orsi, es hija de una italiana nacida en el Nápoles de los cincuenta, y fan absoluta de los libros de Ferrante.
Como sabroso complemento a los ocho capítulos, HBO emite -en los servicios de televisión paga y en su plataforma online- un documental titulado My true brilliant friend, que cuenta los detalles de esta superproducción y sobre todo, ingresa en el mundo íntimo de las adolescentes protagonistas Margherita Mazzuco y Gaia Girace. A ellas se sumaron en el reparto más de 150 actores y 5.000 extras en el rodaje en Caserta, donde se construyó un set de 215 mil metros cuadrados que semeja el barrio Rione Luzzatti. "Abre la puerta a una nueva forma de contar historias, con menos acción y más psicología. Es totalmente diferente de lo que usualmente vemos en televisión, no vemos gente saltando por todas partes en todas las escenas, sino que está más centrado en la complejidad y el punto de vista de los personajes femeninos", afirmó Lorenzo Mieli, productor de la serie.
Si una tentación del marketing es "vender" la serie como una gran historia de amistad femenina, su director desmiente el concepto. "Los libros de Ferrante hablan sobre el poder de la educación. Cuentan que un profesor puede salvarte la vida y cambiar tu destino", sostuvo. "El conocimiento y la cultura son las únicas maneras de construir un alma sólida. Esa es la idea más política y provocadora del libro, aunque esté escondida dentro de una historia de amistad y sentimientos", agregó.
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