La exposición más ambiciosa en la carrera del artista argentino Tomás Saraceno, On Air, que se exhibe hasta el 6 de enero en el imponente Palais de Tokyo de París, reúne sus principales trabajos, un entramado donde las arañas cobran protagonismo, concebido como un "ecosistema para encontrar nuevas narrativas al asociarnos con otros modos de vida no humanos".
"La muestra busca que empecemos a escuchar aquellas voces que no están tan presentes; tenemos que observar la forma que separamos la naturaleza de la forma en la que vivimos, de la que hoy somos parte. Es cuestión de repensar la manera que habitamos el mundo", dijo este tucumano nacido en 1973 y afincado en Berlín desde hace años.
El año pasado, Saraceno presentó en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, la tela de araña más grande de la historia, kilómetros de tela tejidos por siete mil arácnidos de la especie Parawixia bistriata, un ejemplar autóctono del norte argentino.
Para la exposición en el imponente espacio parisino, de 13.000 metros cuadrados, el personal de limpieza pasó un año sin retirar las telarañas, 500 arañas que el artista "incorporó" como parte de este ecosistema artístico, cuyos sonidos además amplificó a través de micrófonos, en una invitación a extender nuestro conocimiento "más allá de lo que es visible".
Las obras de arte de Saraceno -que atraen por igual al mundo de la cultura como al de la ciencia, desde la Bienal de Venecia y Art Basel hasta el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT)- bien pueden pensarse como una investigación en curso donde se mixtura arte, arquitectura, ciencia, ingeniería y astrofísica.
En esta exposición, todo su imaginario busca dar cuenta de las innumerables presencias, visibles e invisibles, que se encuentran y cohabitan dentro del espacio, desde las esculturas flotantes que exploran nuevas formas sostenibles de habitar el medio ambiente, hasta los Algor(h)i(y)thms, instalaciones circulares de cuerdas tensadas que al mover sólo un fragmento hacen vibrar el resto de la estructura.
"Creo que debe haber un entendimiento mutuo de la coexistencia de diferentes agentes que forman parte de este ecosistema, y darle autoría también a las arañas que es una manera de complejizar la autoridad de las cosas, buscar su ritmo, es parte de eso", apuntó el artista.
La muestra incluye también una serie de sesiones bautizadas Jamming with spiders, una improvisación musical muy asociada al jazz, suerte de experimentos lúdicos para abrir canales de comunicación con las arañas y el cosmos, "una forma de intentar ser consciente sobre los mundos sensoriales de las arañas", dijo Saraceno.
En entrevistas anteriores, Saraceno ha revelado su pasión por las arañas: esta especie lleva 140 millones de años en la tierra, mucho más tiempo que los humanos, por lo que de ellas tenemos mucho que aprender.
"Las jam sessions buscan provocar otro tipo de percepción, tratar de entrar en el mundo sensorial de otras especies, dilatar e tiempo hacia la percepción de otros mundos", señaló.
La muestra en Palais de Tokyo, que se da en el marco del ciclo Carte Blanche, fue curada por Rebecca Lamarche-Vadel y permanecerá hasta el 6 de enero, como uno de los imperdibles del otoño parisino.
"La muestra juega mucho a con eso de tratar de relacionar diferentes escalas y modos de percepción a través de diferentes obras. La invitación al público no es a ser un visitante sino, a ser un participante", concluyó Saraceno.
Fuente: Télam
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