Goya, Picasso, Dalí y esa extraña fascinación por las corridas de toros

Una muestra en el Museo Larreta reúne parte de la obra en grabados y litografías de los tres artistas españoles en torno a la tauromaquia, en la que dialogan a partir de sus estilos: realismo, cubismo y surrealismo

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Goya, Picasso y Dalí: tres
Goya, Picasso y Dalí: tres maneras de abordar la tauromaquia

La exposición Goya + Picasso + Dalí. Arte y tauromaquia no solo reúne a tres de los nombres más relevantes del arte español, sino que indaga también en la relación que tuvieron con las corridas de toros y es, a su vez, un interesante contraste en el que los pintores dialogan entre ellos a partir de sus estilos -realismo, cubismo y surrealismo- alrededor de los mitos de una disciplina polémica, que aún se practica en el país ibérico, pero que, salvo en Colombia, México y Perú, está prohibida en esta parte del mundo desde hace más 200 años por el cruel desenlace que tienen los animales.

No podría haber mejor escenario para la muestra que el Museo Enrique Larreta, en Av. Juramento 2291. Desde el ingreso a la residencia de quien fuera un celebrado escritor y diplomático argentino, con ese estilo neocolonial en el exterior y renacentista español en el interior, se produce un viaje en el tiempo y ya allí, en el hall principal, un traje de luces, prestado por el Teatro Colón, da la bienvenida.

Izq: Jean Cocteau. Pablo Picasso
Izq: Jean Cocteau. Pablo Picasso y el torero Luis Miguel Dominguín en Málaga. Der: Salvador Dalí en la plaza de Figueres

Cada artista tiene su propia sala, aunque además también existe un espacio para las producciones literarias relacionadas al mundo taurino -con autores como Ernest Hemingway, Rafael Alberti o Federico García Lorca– y, en el increíble baño de la antigua casona, se montó una sala de proyección, donde se recorre la relación de los toros con el arte, desde sus inicios a la actualidad, con obras que van desde la representación histórica que celebraba las corridas hasta las críticas postmodernas.

Goya: de la realidad al drama

Las obra de Francisco de Goya (1746-1828), que son parte del acervo del museo, se realizaron entre los años 1814 y 1816. Patricia Nobilia, curadora de la muestra, explica a Infobae Cultura: "Hacía poco tiempo que las corridas habían sido autorizadas por Fernando VII, ya que antes estaban prohibidas, cuando recibió el encargo. Era un momento propicio porque la serie no tendría lecturas políticas, como le había sucedido con las serie Los caprichos y Los desastres de la guerra, por la que tuvo mucho problemas a tal punto que la Inquisición terminó confiscando esas planchas. Además, el trabajo le presentaba una ayuda económica, ya que no tenía tantos encargos como anteriormente. De hecho, la mayor parte de las estampas que conocemos de Goya fueron hechas luego de su muerte".

Algunas de las aguafuertes de
Algunas de las aguafuertes de Francisco de Goya en exhibición

En las aguafuertes, Goya indaga en el universo de la tauromaquia a partir de tres perspectivas: Historia, Fiesta y Drama. En la primera, "hace un relato visual de situaciones que no vivió, pero imaginó o leyó. Como, por ejemplo, la presencia de los moros en las corridas o del Cid Campeador, Rodrigo Díaz de Vivar, un caballero del siglo XI".

"En la segunda parte, las imágenes son contemporáneas a Goya y reflejan las destrezas de los distintos toreros de la época, como un torero sobre una mesa o saltando con una garrocha. La tercera parte tiene que ver con la tragedia y con hechos de los que fue testigo, como la muerte del célebre Pepe Hillo, autor del famoso libro El arte de torear, o cuando un toro salta a las gradas y mata al alcalde de Torrejón, donde muy probablemente haya realizado un autorretrato", explica Nobilia.

El autorretrato oculto en un
El autorretrato oculto en un aguafuerte que representa la muerte del alcade de Torrejón

Los toros en Argentina

Otra perlita en la sala de Goya son dos trabajos de Emeric Essex Vidal, marino inglés y pintor aficionado, autor de las primeras piezas pictóricas realizadas sobre la vida pública en Buenos Aires y Montevideo.

Como en muchas colonias, las corridas de toros eran una celebración popular para distintas fechas, como los santos o la llegada de un virrey. El primer espacio estuvo localizado en la actual Plaza de Mayo y se seguían las corridas desde los balcones del Cabildo, luego se construyó un coliseo en donde actualmente se encuentra el Ministerio de Obras Públicas -25 de Mayo y Belgrano-, que se llamaba El hueco de Montserrat, pero por diferentes razones decidieron clausurarla. En 1801 comenzó la construcción de la Plaza del Retiro, la actual San Martín, que tenía capacidad para 10 mil personas, similar a la población de la ciudad, en forma octogonal y de estilo morisco.

Emeric Essex Vidal y la
Emeric Essex Vidal y la Plaza del Retiro

"En una de sus acuarelas, Essex Vidal dejó plasmado el interior de lo que era la plaza del Retiro. Su contribución -comenta Nobilia- fue muy importante en la construcción del imaginario de la época, en especial en las imágenes relacionadas a las fiestas patrias".

Por otro lado, dentro de la serie de Goya, hay una representación de "Mariano Ceballos, torero nacido en Buenos Aires, que fue contratado para ir a España y se convirtió en uno de los más famosos de la época". El Indio, como lo llamaban, triunfó primero en Buenos Aires y luego en el país ibérico, para morir allí tras una cornada en la Plaza de Tudela, Navarra, en 1780.

Ligereza y atrevimiento de Juanito
Ligereza y atrevimiento de Juanito Alpiñani en Madrid

Picasso: pasión y simbolismo

Pablo Picasso (1881.1973) "era un fanático de las corridas. Asistía a las plazas de Málaga y La Coruña desde pequeño. De hecho, uno de los momentos que recuerda con mayor emoción es cuando su padre lo llevó a conocer al torero Cara-Ancha y su primera obra se llamó El picador amarillo, que la hizo a los 8 años. Solía decir que si no fuera pintor, sería picador".

La curadora explica que la imagen del toro tiene mucha presencia en su obra: "Para él tenía un significado simbólico, que iba desde las relaciones humanas a la violencia y también otros más ambiguos, como el erotismo y el amor. Si pensamos en El Guernica, una de sus obras más emblemáticas, dos imágenes principales son el toro y el caballo".

Avant la Pique
Avant la Pique

El sector del artista malagueño está centrado en las aguatintas que realizó para el editor Gustavo Gili, un proyecto que se inició antes de la Guerra Civil y que continuó luego ya en el exilio. "Muchas de sus obras las realizó en una sola tarde en su casa de Cannes, donde representó todas las etapas de una corrida. De algunas solo se hicieron 12 ejemplares en 1956, por lo que tenerlas aquí es un lujo, y fueron parte del libro Tauromaquia o el arte de torear de Pepe Hillo. También se encuentran trabajos que salieron en Toros y Toreros, un libro de Luis Miguel Dominguín, el padre de Miguel Bosé, que era su amigo", suma Nobili.

Alceando a un toro
Alceando a un toro

La pasión de Picasso por las corridas llegaba a tanto, que llegó a asistir a las corridas con sus amigos Georges Braque, Jean Cocteau y Georges Bataille, entre otros, y durante "su estadía en Francia organizaba corridas con sus amigos intelectuales y colegas y solía hacer hasta los carteles".

Dalí: los toros que corren en sueños

El espacio dedicado a Salvador Dalí (1904-1989) puede dividirse en dos etapas: las litografías coloreadas y por el otro la tauromaquia surrealista.

Nobili explica que "Dalí tenía aversión por la técnica de litografías, pero terminó aceptándola e incluyó otros materiales, realizando un trabajo experimental". Como valor agregado, dice, la serie Tauromaquia de 1968 no es muy conocida. Dentro de la misma temática, se encuentra "El torero mariposa": "Lo que resulta muy interesante es que había trabajado esta temática en 1954 en una fiesta de las Fallas de Valencia, cuando diseñó una carroza con una figura muy similar y que además tenía los rostros de Picasso y el suyo".

El torero mariposa y su
El torero mariposa y su representacion en la Fallas de Valencia de 1954

Además, se exhiben obras de la serie Tauromaquia Surrealista. La característica esencial de esta colección es que "en 1967 elige siete obras de Picasso del Arte de torear de Hillo, hechas una década atrás, para transformarlas bajo su mirada surrealista. Por ejemplo, El toro arrastrado pasó ser reemplazado por un piano de cola. Esto está relacionado con un elemento autobiográfico: Durante su infancia, su padre solía dejar, sobre el piano del hogar, un libro de medicina abierto con imágenes de enfermedades venéreas y eso le causó un gran trauma. Muchas otras obras dan cuenta de este trauma relacionado a lo sexual".

"Lo que en Picasso eran tres toreros con trajes de luces, los transforma en toreros con cabeza de papagayos, donde estaba la capa coloca la imagen de El gran masturbador, un cuadro muy famoso que está en el Reina Sofía".

Para el final, en lo que fue el lujoso baño morisco de Larreta, se puede asistar a una proyección en la que se recorre el tópico de los toros y sus corridas en la historia del arte, tanto a partir de autores que los celebraban, como en visiones más modernas y críticas.

 

*Goya + Picasso + Dalí. Arte y tauromaquia
Museo Larreta, Avenida Juramento 2291
De martes a viernes 12 a 19; sábados, domingos y feriados de 10 a 20.
Hasta el 6 de enero de 2019
Entrada: $ 30
La Lic. Patricia Nobilia realizará visitas especiales hasta el 1° de noviembre de 2018, los días martes y jueves a las 12:30 y 16h
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