Medellín, enviada especial. Todavía no lo sabemos, pero en un rato nomás, va a llover torrencialmente. No lo sabemos, pero podemos intuirlo porque a esta altura del año en Medellín, todos los días en algún momento llueve torrencialmente: baldes y baldes de agua caen de un cielo plomizo que unas horas antes y unas horas después, regala sol abriendo los puños. En un rato va a llover en Medellín pero mientras no llueve, en el escenario del Orquideorama del Jardín Botánico -un espacio semicerrado cubierto por techos de figuras hexagonales en madera cultivada en donde se exhiben las más exquisitas especies – hablan los finalistas del Premio Gabo, organizado igual que este festival por la Fundación Nuevo Periodismo, en la categoría Innovación. Quienes entretienen a la audiencia que colma este singular invernadero en medio del verde fulgor son periodistas que representan a tres equipos audaces que buscaron conmover a sus audiencias con nuevas propuestas, en tiempos en los que cada periodista y cada medio, en español y en la lengua que sea, se pregunta cómo seguir adelante con públicos cada vez menos interesados por los modos tradicionales de contar historias y mucho mucho más desconfiados del lenguaje, del propósito de los medios como servicio público y del valor de la palabra en general.
Coordinados por Pere Ortín, de España, los tres periodistas que junto con nueve colegas más de otras tres categorías esperan esta noche ser consagrados los ganadores de uno de los premios más prestigiosos del periodismo iberoamericano, conversaron durante una hora sobre la elaboración de sus trabajos y también sobre el concepto mismo de innovación. Además, como ocurre con todas las mesas y charlas, respondieron a las preguntas del público, que asiste a los debates, charlas y talleres que integran una agenda de 75 actividades con entrada libre y gratuita.
Juan Heilborn contó como su equipo de El Surtidor -un sitio online del Paraguay- creó y elaboró Los desterrados del Chaco paraguayo, un original informe sobre la deforestación y los negocios que hay detrás de esa alteración de la naturaleza a través de cuatro historias ilustradas pensadas directamente para ver y leer en teléfonos móviles. Producido para ser consumido mediante lo que se conoce como scrollytelling, la dinámica de la combinación entre mucha ilustración y menos texto no sólo fue pensada para atraer a audiencias jóvenes sino que es una tendencia que le entrega el control de la navegación y el tiempo al usuario, permitiéndole ahorrar datos en un país con conectividad lenta y cara.
La española Mari Luz Peinado relató la concepción del especial 28 días, 28 historias para acabar con los tabúes sobre la regla, un trabajo en el que intervinieron unas 30 personas entre periodistas, diseñadores, ilustradores, editores y otras especialidades y que surge a partir de la constatación de que las muchachas más jóvenes hablan con naturalidad de un tema natural, algo que hasta ahora nunca había ocurrido. "Toda la vida nos pasamos las compresas como si fuéramos traficantes", bromeó Peinado. El trabajo fue publicado en el suplemento Verne del diario madrileño El País y aborda a partir de 28 notas el tema de la menstruación desde todos los ángulos posibles, en un arco que va del tradicional enfoque de salud hasta historias de vida, cuestiones que tienen que ver con el lenguaje, y todo o prácticamente todo, salpicado con un humor ácido, inteligente y sobre todo muy útil para deconstruir prejuicios y tabúes.
La catalana Carola Solé -corresponsal de AFP en Brasil- habló de Balas perdidas, el trabajo especial que elaboraron en la agencia en las favelas de Rio, esta vez poniendo el foco en las personas anónimas que quedan en medio del fuego cruzado entre narcos y fuerzas de seguridad, enfrentamientos que pueden darse a la salida de la Iglesia o en una escuela, en escenarios que transpiran crueldad, dolor, abusos policiales e impunidad, en una ciudad castigada por la corrupción y la violencia. Son historias de víctimas o de hermanos o madres de aquellos que no pueden contar lo que vivieron. El trabajo se hizo en coordinación entre varias redacciones de la agencia, en diversos países.
La búsqueda de nuevas técnicas, mezclas de géneros antes consideradas inconvenientes, recursos poco explorados como ensayo para lograr nuevos lenguajes y la competencia cada vez más agresiva con las redes sobrevolaron toda la charla. La mesa fue entretenida y entregó buenas definiciones sobre conceptos que muchas veces creemos tener aceitados. Pero no. A modo de ejemplo, aquí van tres definiciones de innovación que los protagonistas ensayaron ante la pregunta del moderador.
"Es probar y hacer lo que no se había hecho antes"
"Es mezclar cosas que otros han hecho y hacen muy bien", buscando nuevos resultados.
"Es un laboratorio en el que se prueban diferentes lenguajes"
Y aquí otras dos frases que resumen la gran preocupación del ejército de militantes del "mejor oficio del mundo", como lo llamó García Márquez y que se resumen en lo que por ahora es un interrogante: ¿cómo lograr el interés del público en un mundo superpoblado de información?
"La información es abundante y ya no es suficiente. Para conmover se necesitan otros recursos".
"Sacar a la gente de las redes sociales es un desafío".
Mientras seguimos pensando cómo hacerlo, esta noche a las 20 se hará la premiación de los mejores cuatro mejores trabajos presentados de un total de más de 1.700, una cifra que demuestra que hay periodismo pese a todo.
Antes, seguramente, veremos llover.
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