La novela se llama Bande de Français y su autor es el franco israelí Marco Koskas pero si los lectores la buscan, no van a encontrarla en las vidrieras ni en los escaparates de las librerías francesas porque se trata de un libro digital, autoeditado a través de Amazon. O sea que solo podrán encontrarla en internet. Hasta aquí, pura modernidad digital. Pero ocurre que a los jurados del prestigioso premio Renaudot se les ocurrió nominar a la novela de Koskas candidata a su galardón y a partir de esa decisión se generó un escándalo que aún no termina.
Entregado año a año desde 1926, el Prix Renaudot es uno de los cinco más prestigiosos de Francia y entre sus premiados figuran escritores como Louis-Ferdinand Céline, Virginie Despentes, Yasmina Reza o Pascal Bruckner, naturalmente todos más o menos reconocidos internacionalmente y todos ellos autores de libros tradicionales de papel, publicados en colecciones y sellos convencionales. La inclusión del libro autoeditado por Amazon, la plataforma más odiada por los libreros franceses -con quien están en guerra desde el vamos al considerarlo competencia desleal- fue vista como una provocación y no como una torpeza.
En su primera selección, el jurado eligió siete ensayos y 17 novelas. Entre estas últimas, Bande de Français (Banda de franceses), de Koskas. El anuncio encendió la mecha y el enojo de los libreros inundó las redes sociales. Mélanie Le Saux, una librera parisina, envió una carta abierta al jurado. Según ella, la situación "abre a lo grande la puerta a la bestia". El mayor problema de los libreros con Amazon tiene que ver con el tema de los precios y con el riesgo de que el crecimiento del sistema los conduzca a la extinción.
"¿Nos van a pedir que vayamos a pagar a nuestro competidor más feroz? ¿Que le demos dinero para que nos mate? O bien le compramos el libro, o bien no lo tenemos. Es una señal muy fuerte. Están apoyando a Amazon", denunció Le Saux.
El escritor Patrick Besson, quien además de haber sido premiado por el Renaudot es miembro del jurado, defendió la selección que hicieron y buscó restarle importancia: "Hace décadas que hay libros que son autoeditados o que se publican con la plata del autor. Mire Proust, si no. Por el camino de Swann fue publicado por la editorial Grasset en 1913 de este modo. (…) Lo que a mí me interesa es el texto, lo otro poco me importa", dijo al semanario Le Point.
Por parte de Koskas, el autor de la novela polémica, hay otro tema que también podría ser polémico. Koskas no es un desconocido, ya tiene publicadas varias novelas en las editoriales Fayard, Grasset o Robert Laffont. Pero para este libro, que narra la historia de judíos franceses que se fueron a Israel, no encontró editor. Según Koskas, el problema fue haberse dado de narices contra una "israelofobia delirante": "Hablar de los judíos franceses que dejan Francia por el antisemitismo y que se instalan en Israel era un tema tabú, que no había que tocar", explicó al sitio literario ActuaLitté. Fue a partir de entonces, cuando ninguna editorial aceptaba publicarlo, que tomó la decisión de autoeditar su libro en Amazon.
Para la librera Le Saux, el problema no es en absoluto la autoedición: "Tuve a varios escritores autoeditados en mi librería", afirma. Para esta librera que tuvo que cerrar su negocio hace un año, el verdadero enemigo es Amazon: "Su dueño lo dice claramente. Quiere matar a sus competidores, que son los libreros y los editores. Quiere ser el único eslabón de la cadena"
Su opinión es compartida por el Sindicato de la Librería Francesa: "Con esta elección, ¿sabe el Premio Renaudot que no les hace un favor ni al autor ni a los libreros, y que da una señal inquietante para el porvenir de la creación y de la difusión del libro?", dijo el sindicato en un comunicado. "Engañoso y siniestro es el mundo soñado de Amazon. Ya no hay jerarquía en las obras, reducidas a una matrícula en una plataforma, ya no existe una línea editorial sino millones de títulos acumulados sin puntos de referencia, ya no está esa presencia del libro en los lugares vivos del 'comercio' en el corazón de las ciudades y de los barrios, ni estos intermediarios comprometidos para llevar las obras y los autores hasta los lectores, sino sólo un algoritmo sofisticado y almacenes en lugar de la palabra compartida".
Algunos libreros quieren ir más lejos en esta batalla y llaman a boicotear el Premio Renaudot y a dejar de vender los libros de Patrick Besson. Para Le Saux, esta situación es un alerta: "No se puede comprar en Amazon y luego quejarse porque su librería desapareció".
El resultado del premio – el año pasado fue para Olivier Guez por La desaparición de Josef Mengele (publicada por Tusquets, en castellano), será anunciado el próximo 7 de noviembre. Esta polémica continúa.
SIGA LEYENDO: