Morrissey nuevamente entre nosotros. El 7 de diciembre, quien nació como Steven Patrick Morrissey va a alegrar nuevamente y por quinta vez (su primer recital en estas tierras fue el 30 de marzo de 2000) los corazones de todos sus seguidores.
En realidad, los de cualquiera que guste de buenas, sofisticadas, y a la vez populares canciones. Excelentes canciones, mejor dicho. Porque el cantante y co-compositor de uno de los grupos más rutilantes del pop moderno, The Smiths, tiene una carrera solista dotada de gemas en la que sería utópico condensar, no ya sus mejores quince o veinte himnos, si no acaso treinta…o más.
¿Se podrían dejar afuera en una selección de sus mejores canciones The more you ignore me, the closer I get?, You have killed me, Alma matters, Boxers, Hairdresser in fire, I´m throwing my arms in Paris, Ouija board, ouija board, Interesting drug, Trouble loves me, las nuevas Spent the day in bed y Jacky´s only happy when she´s up on the stage del reciente álbum Low in High School o esa motosierra al corazón que es Speedway? Y esto sin mencionar sus hits más conspicuos y radiales como Suedehead o Everyday is like Sunday.
Infobae Cultura entrevistó vía email a este artista genial. Un Morrissey, como siempre, a secas. Morrissey, como decir Wilde, Sinatra, Brando: uno de los artistas pop más sugestivos de las últimas cuatro décadas.
– Usted suele componer junto a otros músicos (como en The Smiths lo hacía junto a Johnny Marr) ¿Podría contarnos cómo es su proceso creativo?
– No hay tal cosa como un proceso en sí. Las canciones parten de mi experiencia y en general se ajustan a alguna estructura musical. Tengo un fuerte sentido de la melodía y usualmente ésta es la raíz y el centro de cada una de mis canciones.
– En la madurez y pico de su carrera, al contrario de otros artistas (como Rod Stewart, Bob Dylan o Paul McCartney), usted nunca ha echado mano de los cancioneros clásicos para sus discos.
– Bueno, justamente ayer he empezado a grabar lo que será mi nuevo disco: será enteramente de covers y con 12 canciones. Así que ya ves: ¡ya estoy haciendo lo que muchos dicen que nunca haría!
– En su autobiografía cuenta cómo David Bowie insistentemente lo buscaba para un proyecto conjunto. Ahora que Bowie ya se ha ido: ¿qué es lo que más extraña de él?
– Nunca olvidaré el respeto que tenía por él cuando yo era muy, muy joven porque Inglaterra todavía atravesaba una era violenta y skinhead y él emergió con sus grandiosas melodías y una imagen confrontativa junto a una apariencia femenina. Y con todo eso tuvo que luchar contra quienes lo criticaban: y fue un milagro porque triunfó. La prensa en general lo llamaba "una desgracia nacional". Ahora lo adoran, por supuesto… Pero su talento y su vocación lo abandonaron en 1980: su música se convirtió en una carrera profesional y, desde esa época, cantar o componer no le trajeron nuevos desafíos y placeres. Y en este sentido, el esfuerzo que tuvo que hacer con a partir de entonces es obvio.
El tira y afloja que mantiene Moz con la prensa (ya no de su país, sino de todo el mundo) es conocido. Y el odio casi infantil de Morrissey hacia los medios es transparente, algo que rubrica en su autobiografía, dedicándole al tema cuantiosas páginas y colocándose en un lugar de víctima y de J'accuse…! de la música pop. Por supuesto que sus opiniones no ayudan demasiado.
Morrissey parece ser un hombre contradictorio: los diarios lo han acusado de actitudes xenófobas o intolerantes (con certera objetividad: basta leer sus declaraciones) o cercanas a la extrema derecha. Pero al mismo tiempo, mantiene una actitud crítica hacia el imperio inglés o hacia la era de Margaret Thatcher. Basta leer el jacobino subtítulo de su último disco: en la portada, un chico sostiene una pancarta que reza, sin sutilezas, "Guillotina a la monarquía". ¿Se siente Morrissey cómodo con alguna postura política tradicional?
– En el Reino Unido un par de diarios "del odio" han conducido una campaña denigrante contra mí: todo lo que digo u opino es construido y tratado como "diabólico". Esto se debe a que son de extrema izquierda, con lo cual mis críticas hacia la matanza ritual de animales, la ablación de clítoris o la inmigración sin control, no encaja en su filosofía. Y desafortunadamente los extremistas de izquierda controlan los medios más importantes de Inglaterra, con lo cual no hay debate multicultural posible: si te metés con esos temas, tus opiniones son reprimidas por esta izquierda frágil que no las somete siquiera a consideración. Mi banda, que me acompaña hace años, es multiétnica, mi disco más reciente tiene una dedicatoria a Dick Gregory, uno de los activistas por los derechos civiles estadounidenses más importantes que hubo. Y mis letras tratan de observar la diversidad de lo que ocurre en Turquía, Israel, Ucrania, Egipto, Francia, Italia, España o Barein. Y, así y todo, estos dos diarios "del odio" me catalogan como racista. Jamás conocí a ninguna persona racista y creo que la idea de xenofobia es absurda. Pero los medios ingleses están en la "Edad de la idiotez" y acusan de racista a cualquiera que pida una discusión abierta. Help!
Morrissey, 'el bocón' como él mismo tantas veces ha cantado, 'ataca de vuelta'. Parece ver banderas rojas como si estuviese en plena la guerra fría (y como si hubiera nacido en Kansas, más que en Manchester). ¿Creerá en su percepción del vuelco ideológico a la izquierda de los medios que un tabloide reaccionario y popular como The Sun es ahora progresista?
Sobre el final, y a pesar de desechar de cuajo al Bowie post-80 (amoroso, moderno y bailable: de Modern love a New killer star), se guarda una broma o una alabanza irónica hacia él en su última respuesta.
– ¿Podría adelantarnos algo de su show en Buenos Aires?
– Si: voy a estar en el escenario con una araña gigante de vidrio. Esa sería una buena idea, ¿no? (N del R: El Glass Spider Tour fue una famosa gira mundial de David Bowie durante los 80).
*Morrissey visitará esta parte del mundo a partir del 22 y 23 de noviembre, en México; Perú (27/11); Brasil (30/11 y 2/12), Argentina (7/12) y cerrará en Chile (14 y 15/12)
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