¿Cómo será el arte de futuro? ¿Qué tal si algún día, todos los monumentos destruidos, las culturas desaparecidas, las obras de arte efímeras, pueden recrearse a través de la tecnología en tres dimensiones? ¿Qué tal si la cultura es recreada a gusto en una plataforma tecnológica en paralelo a la vida analógica? Reconstruir una obra que ya no está y verla a través de la realidad aumentada o en una plataforma on line o aplicación ya no es una visión del futuro.
La tecnología avanza a veces a pasos agigantados y la sociedad actual no siempre otorga ni promueve el tiempo necesario para reflexionar al respecto. El Festival Ars Electronica, plataforma dedicada a las artes electrónicas y la cultura digital, que se realiza cada septiembre en la ciudad austriaca de Linz, dedicó su última edición (la de 2017) al arte y la inteligencia artificial bajo el subtítulo "El otro yo", para pensar si este fenómeno es un antagonista o un alter ego, como "punto de partida para una reflexión sobre nosotros mismos, nuestras debilidades y nuestras fortalezas".
El encuentro de arte y tecnología buscó hacer foco en las expectativas y temores asociadas a la inteligencia artificial, desde una mirada que contemple los aspectos culturales, psicológicos y filosóficos.
Si bien los sistemas de aprendizaje automático sorprenden por su rapidez para detectar en segundos algo que el ojo humano tardaría años, cualquier inteligencia artificial carece de interpretación para decir que el cuadro Esto no es una pipa de René Magritte -de la serie La traición de las imágenes– en efecto, no lo es, según explicaba recientemente la periodista española Montse Hidalgo Pérez, en un artículo publicado en el diario El País. Tampoco es capaz de detectar una figura femenina en la obra cubista Mujer con mandolina de Georges Braque.
La creatividad y la tecnología abre a futuro un gran interrogante. Mientras quedan pendientes tantas respuestas como debates con respecto a este tema, las empresas tecnológicas suman la inteligencia artificial de maneras diversas y con diferentes programas, con la idea de volver accesible sitios culturales e historias que a veces son inaccesibles. Hace unos años, Google creó la plataforma Arts&Culture, un espacio que reúne obras de 1500 museos e instituciones culturales de todo el mundo, con la intención de ofrecer una suerte de democratización de la cultura.
La ecuación se planteó del siguiente modo: si una persona quisiera ver todas las obras que pintó Rembrandt en su vida, tendría que acudir a 40 museos de diecisiete países. En esta plataforma, se las encuentra todas juntas, una al lado de la otra, permitiendo comparar colores, estilos o pinceladas, a un click de distancia.
"Sin dudas, la experiencia de ver una obra de arte cara a cara es irreemplazable, y este proyecto no intenta reemplazarla sino más bien animar a la gente a visitar esos espacios culturales. Estadísticamente, nunca antes como ahora los museos han tenido tantos visitantes y al mismo tiempo nunca han tenido tanta inversión digital, esto nos hace pensar que la experiencia digital no quiere reemplazar la visita sino más bien de animar a la gente a visitar los museos, con un plan, con mejor información, con más interés", explica a Infobae Cultura Luisella Mazza, gerente de operaciones de Google Arts & Culture.
La idea comenzó en 2011 como "un pequeño proyecto" -dice Mazza- titulado Art Project que reunía 17 museos internacionales de nueve países que comenzaron a compartir sus obras on line, uno de ellos por ejemplo era la Galería de los Uffizi, una de las pinacotecas más importantes del mundo, ubicada en la ciudad italiana de Florencia. El proyecto hoy se llama Arts&Culture y reúne 1500 instituciones de 70 países. Abarca más de 6 millones de imágenes y más de 9.000 exposiciones digitales.
Los modos de recorrer son tan amplios que un usuario podría elegir, por ejemplo, los años 70 en fotografías (una década signada por el Watergate, la música disco y la guerra de Vietnam), o la historia de los samurais (guerreros japoneses) desde el acervo del Museo Nacional de Kyoto o incluso acceder Caras de Frida, una exposición homenaje dedicada a la emblemática pintora mexicana que reúne on line más de 800 objetos, obras y piezas, la primera artista latinoamericana homenajeada por la plataforma de esta multinacional estadounidense.
El laboratorio de Google Arts & Culture, con sede en París, creó varios experimentos basados en algoritmos de Inteligencia Artificial: una de las herramientas, realizada en colaboración con el MoMA (Museo de Arte Moderno) de Nueva York, permite identificar cuáles son las obras de arte presentes en las casi 30 mil fotografías que el museo tomó desde su primera exposición en 1929.
Tal vez uno de los más lúdicos, Art Palette, permite comparar la paleta de colores de las obras de arte. Al seleccionar una tonalidad, se puede ver cómo ese mismo color está presente tanto en una obra de Van Gogh como en un folio iraní del siglo XVI, por dar un ejemplo. E incluso, el programa permite tomar una fotografía del outfit del día, o de la decoración de una casa y, mediante una combinación de algoritmos de visión por computadora, saber en cuáles de las miles de obras de arte coinciden con ese tono. La IA permite analizar gran volúmenes de imágenes en segundos, y conectar un color determinado con todas las obras que lo incluyen.
Otro experimento realizado con inteligencia artificial, el Programa Curator Table -ideal para los estudiantes de curaduría de arte- permite descubrir conexiones entre obras de arte, ya sea por objetos, estilos o artistas (todas las obras de arte que contienen oro, o todas aquellas donde hay pintado un caballo, por décadas, etcétera).
Cualquier museo, archivo, institución o fundación cultural, de cualquier parte del mundo, pueden participar de manera gratuita. El requisito principal es que sean instituciones sin fines de lucro, que busque compartir cultura de forma gratuita, explican desde Google.
– Al navegar por la plataforma se pueden descubrir detalles de obras que sería imposible ver en exactitud frente a la misma obra ¿Cómo nos habla esta experiencia del arte del futuro?
– Es una muy buena pregunta que los museos y socios de Arts and Culture nos hacen muy a menudo. Muchas veces, lo que estamos haciendo es contestar a ese tipo de preguntas, mejorando las herramientas para los museos asociados, por ejemplo con Art Camera, una tecnología que permite tomar fotografías con una resolución muy alta, de millones de píxeles, podemos digitalizar obras de arte de una forma que pueda ser visible lo invisible al ojo humano. Estas conversaciones son el corazón del desarrollo de Google Arts and Culture porque nos ayudan a saber qué es lo importante para los socios, sean museos grandes o pequeños. Para algunos museos es muy importante la digitalización de obras de arte en 3D, ya que quieren compartir la historia de monumentos u obras que ya no existen, por ejemplo, templos en Asia que gracias a la reconstrucción en 3D podemos ver cómo fueron pensados hace siglos.
–¿La creación artística estará fuertemente atravesada por la tecnología?
– Pensamos que la tecnología puede ayudar a los artistas y las comunidades artísticas alrededor del mundo no sólo a producir arte sino también a compartirlo. En 2014, el Street Art Project reunió cinco mil obras de arte urbano, entre murales y graffitis, muchos de ellos de Buenos Aires y también de otras ciudades. Varias asociaciones de street art se unieron a la plataforma para compartir imagenes y fotografias. Pudimos ofrecer la tecnología para tener una imagen permanente de obras de arte que en muchos casos -por el carácter fugaz del street art- quizás ya no existe.
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