“The Vietnam War”: drama, emoción y reflexión en un increíble megadocumental

Dirigida por el prestigioso Ken Burns y Lynn Novick, la serie de 10 capítulos -disponible en Netflix- genera una extraordinaria relación empática con los personajes mientras se recupera el viejo hábito de escuchar una historia bien contada

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¿Dieciocho horas sobre la guerra de Vietnam? ¿No será mucho? No, si se trata de una producción de Ken Burns, el Steven Spielberg de los documentalistas. La miniserie documental The Vietnam War, desplegada a lo largo de 10 capítulos de 100' de duración en promedio (¡es como ver diez películas!) tiene las características de las mejores ficciones: drama, emoción, reflexión y una inagotable pulsión pedagógica. La cantidad de información suministrada es enorme pero al mismo tiempo se genera una extraordinaria relación empática con los personajes mientras se recupera el viejo hábito de escuchar una historia bien contada.

Ken Burns ha desarrollado un método para contar largas historias a lo largo del tiempo. Se trata del formato documental más clásico: material de archivo más testimonios en tiempo presente más voz en off que ordena el relato. Burns (y su acompañante de las últimas producciones, Lynn Novick) tiene además de las herramientas más tradicionales un hiperdesarrollado talento narrativo.

La serie repasa todos los aspectos de la Guerra de Vietnam, a través de historias personales y cuestiones históricas
La serie repasa todos los aspectos de la Guerra de Vietnam, a través de historias personales y cuestiones históricas

Su primera gran obra, que lo hizo trascender, fue su opera magna de once horas sobre la Guerra de Secesión norteamericana (Civil War, 1990), vista en televisión por decenas de millones de espectadores. Allí comenzó a mostrar sus habilidades. En primer lugar, un trabajo de preproducción asombroso que lo hacía contar con un archivo deslumbrante; luego, el talento para encontrar historias humanas apasionantes.

Estéticamente mostraba un uso muy refinado de la música y un trabajo de movimiento sobre las fotografías que se hizo famoso. Lejos de rendirse ante el estatismo de las fotos, Burns hace que la imagen se desplace por sobre ellas, yendo de la perspectiva más general a un detalle que a primera vista pasaba desapercibido. O a la inversa, arrancando con un detalle que el movimiento de zoom hacia atrás revela dentro de un contexto general que lo resignifica. Esos efectos, ese movimiento constante, fue incorporado a los programas de edición de Apple con el nombre Ken Burns effect.

La Guerra de Vietnam se prolongó durante 30 años
La Guerra de Vietnam se prolongó durante 30 años

La guerra de Vietnam duró nada menos que treinta años, comenzando por la lucha de descolonización contra los franceses en el final de la Segunda Guerra Mundial hasta el triunfo final en 1975 del comunista Vietnam del Norte sobre el régimen corrupto del sur, respaldado con diversos grados de involucramiento a lo largo del tiempo por los Estados Unidos.

La serie permite ver en detalle cómo los EEUU, llevados por la ansiedad de la Guerra Fría, se fueron enredando cada vez más en un país del cual nada sabían y nada les interesaba, salvo que corría el riesgo de convertirse en comunista. Como una persona a la cual cada movimiento para salirse de un pantano la hunde más en el fondo, los gobiernos norteamericanos no hicieron más que involucrarse más y más, aún cuando tenían en claro que era una guerra imposible de ganar, impopular, que les generaba cada vez más dificultades internas.

Si bien la obra de Ken Burns permite analizar la gran marcha de la historia, su jugo está en las decenas de historias personales que se van desarrollando a lo largo de sus capítulos. Los entrevistados no son historiadores especializados sino protagonistas de los acontecimientos. Militares norteamericanos, soldados reclutados, participantes del movimiento de protesta, familiares de las víctimas, militares convertidos en resistentes, ex guerrilleros norvietnamitas, población civil de Vietnam del Sur. Todas las posiciones están expuestas y todos los entrevistados son inteligentes y articulados. Luego de varias horas, la empatía con los testimoniantes y sus historias personales crece y se convierte en un eje fundamental del documental.

En particular, dos de los participantes resaltan en la atención del espectador. Uno es Tim O'Brien, quien convirtió su experiencia como soldado reclutado en literatura. Su hermosa colección de cuentos cortos llamada Las cosas que llevaban los hombres que lucharon es uno de los grandes hitos artísticos derivados de la contienda en Vietnam. Algunos fragmentos son escuchados en el documental de la voz del propio escritor. El relato de O'Brien sobre el día que llegó el telegrama informándolo del reclutamiento, que se puede ver al comienzo del capítulo siete, podría ser uno de sus más conmovedores cuentos.

Tim O’Brien en una fotografía durante la contienda bélica
Tim O’Brien en una fotografía durante la contienda bélica

El otro personaje de expresión literaria es John Musgrave quien combatió en Vietnam en su condición de Marine y que luego de su retorno a los EEUU se convirtió en un pelilargo y activo opositor a la guerra. Su testimonio, sereno y reflexivo, se desarrolla a lo largo de varios capítulos y cierra las 18 horas de manera especialmente emocionante. También se dedicó a volcar su experiencia a través de la literatura convirtiéndose en un reconocido poeta.

Destacar a dos de los 79 testimoniantes es injusto: cualquiera de los no mencionados puede resultar tan atractivo como estos dos literatos. Más absurdo es rescatar puntualmente episodios de una miniserie compuesta de centenares de grandes momentos. De todas maneras, recordar algunos es inevitable. Aquí recordaremos el relato de Hal Kushner, médico militar, de su encierro en la selva vietnamita, su retorno a los EEU luego de cinco años y de cómo, como le sucedió a tantos otros prisioneros de guerra, su matrimonio no sobrevivió al reencuentro.

La secuencia en el capítulo 7 de los veteranos condecorados convertidos al movimiento contra la guerra arrojando sus medallas al Capitolio es otro secuencia memorable. Y, luego de la guerra, la construcción del memorial en Washington conmemorando a los caídos en la guerra es de un nivel de emoción difícil de superar. Aún así, cualquier otro espectador está en condiciones de elegir otros tantos episodios de igual calidad e impacto.

La guerra terminó siendo profundamente anti-popular
La guerra terminó siendo profundamente anti-popular

Envolviendo semejante despliegue disfrutamos del uso de una discografía perfecta: la música pop de la década del 60 y comienzos de los 70 son la mejor banda de sonido imaginable; quizás la mejor y la más distintiva música que haya identificado a una generación. La generosa billetera de la PBS (Public Broadcasting Service) y sus 30 millones de dólares para financiar la película, no encontró obstáculos de derechos y los mejores temas de los Beatles, Rolling Stones, Bob Dylan, Simon & Garfunkel y todas las bandas señeras de la época conforman una atmósfera sonora perfecta.

La incorporación de la obra de Ken Burns a una plataforma de video on demand es un acontecimiento extraordinario. Lo que antes era materia para cinéfilos empedernidos y maniáticos obsesivos ahora está disponible a un solo click del control remoto. Netflix cuenta con otras de sus obras (Prohibition, sobre la Ley Seca, The War, sobre el efecto de la Segunda Guerra Mundial en cuatro ciudades norteamericanas) y es de esperar que otras de sus series de largo aliento (la mencionada Civil War, la historia del jazz y la increíblemente adictiva historia del baseball) se incorporen al catálogo.

*The Vietnam War, dirigida por Ken Burns y Lynn Novick, 10 capítulos de aproximadamente 100' cada uno, está disponible en Netflix.

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